biografía

Eva Illouz (Fez, Marruecos, 1961) estudió literatura y sociología, se doctoró en comunicación, y actualmente es profesora de Sociología y Antropología en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Su obra investiga las relaciones entre la cultura y la vida emocional, así como el impacto del capitalismo sobre la esfera cultural. Una de sus obras más aclamadas por la crítica es El consumo de la utopía romántica. El amor y las contradicciones culturales del capitalismo.

sinopsis

Intimidades congeladas es un ensayo sociológico que se inscribe en la teoría crítica de las emociones, y cuya propuesta consiste en deshacer la dicotomía entre esfera pública y esfera privada para poder atender a la compleja articulación entre capitalismo e intimidad. En los tres capítulos que componen el ensayo (escritos inicialmente como conferencias) se tratan cuestiones diversas que abordan esa problemática relación desde distintos ángulos, tales como la influencia de la narrativa de autoayuda sobre la concepción de la propia identidad o la creciente racionalización de los afectos en los romances virtuales de Internet.

reseña

Illouz se aleja de la corriente crítica que diagnostica una mutación del capitalismo contemporáneo, según la cual el trabajo productivo ha sido reemplazado en favor del trabajo cognitivo o inmaterial, para proponer una perspectiva más amplia y lúcida sobre el papel de las emociones en el capitalismo tardío. Lo que la autora llama capitalismo emocional no atañe únicamente, por tanto, al ámbito del mercado o de la producción, sino que reestructura tanto las relaciones económicas como las afectivas. Desde un enfoque marxista y heredera de la teoría crítica, particularmente de Theodor W. Adorno y Max Horkheimer, aunque también incorpora ciertas nociones de Pierre Bourdieu, Illouz asedia teóricamente las emociones en relación con la gestión empresarial, la cultura popular y las relaciones afectivas.

En el primer capítulo, a partir de la recepción del psicoanálisis en Estados Unidos, se documenta la implantación de un enfoque terapéutico de las emociones en el seno de la empresa mediante una ética comunicativa destinada a aumentar la productividad. En el segundo capítulo se aborda la transformación de la identidad emocional individual, operativa a dos niveles: por un parte, opera retrospectivamente, pues la cultura terapéutica de la autoayuda localiza en el trauma el origen de los aspectos insanos del individuo contemporáneo y, por otra parte, opera progresivamente, debido a que esa determinación cultural organiza el presente y el futuro del individuo hacia la autorrealización, la felicidad y el éxito social. Por último, en el tercer capítulo se compara el amor romántico tradicional con las interacciones en Internet con fines sentimentales: se distinguen por una serie de oposiciones que denotan una mutación relevante en la estructuración de la vida íntima, del afecto y de la atracción. Mientras el primero se caracteriza por la espontaneidad y la irracionalidad, precedidas por la presencia física del cuerpo que suscita el enamoramiento, el segundo, en cambio, se caracteriza por la instrumentalización y la racionalidad (frutos de la elección liberal) en el marco de una interacción descorporeizada en la red.

La congelación emocional a la que alude el título cifra metafóricamente tanto la solidificación del yo en su autopresentación estandarizada en el perfil de las páginas de citas, como la frialdad racional que caracteriza la lógica consumista, instrumental y reificadora de las relaciones. Sin embargo, en lugar de impugnar dicha razón instrumental, como hiciera Adorno, el texto se autodefine como crítica impura reconociendo los límites de su propia capacidad crítica, dado que las condiciones culturales de lo criticado coinciden con las del discurso crítico, por lo que la crítica no puede enunciarse como si fuera del todo ajena a su objeto. En este sentido, parte de la impureza del ensayo radica en su voluntad empírica, como muestran las múltiples referencias extraídas de distintos ámbitos de la cultura popular (películas, programas de televisión), e, incluso, se incluyen fragmentos de entrevistas realizadas por la propia autora a usuarios de portales de citas, no tanto como ejemplos, sino más bien como extensiones de la propia teoría.