sinopsis

Orlando es la biografía ficticia y paródica a través de cuatrocientos años (desde el siglo XVI hasta el presente en el que se escribe la obra) de un ser excepcional que asiste en todo ese tiempo a los inevitables cambios sociales que comporta cada época. Dotado de una sensibilidad especial que lo lleva a vivir convulsamente diversas historias de amor y a cambiar de sexo inevitablemente a mitad de la obra, se debate ente múltiples viajes, un fuerte apego a la casa y a su tierra y el interés por adentrarse en un mundo literario satirizado. Todos estos factores están condicionados por la esencia de un ser andrógino en busca de la vida en un sentido pleno.

reseña

Toda la producción literaria de Virginia Woolf está ligada a su peripecia vital y Orlando no es un caso distinto. Su amante Vita Sackville-West fue la persona que inspiró el protagonista de la novela. Pero ella no es Orlando, claro. Orlando es un ser imposible de abarcar, que vive en cinco siglos distintos, que cambia de sexo sin cambiar de identidad, que es embajador y vive una temporada con un grupo itinerante de gitanos… Orlando es un ser en busca de su plenitud vital, visto desde la óptica de un biógrafo peculiar, irónico y que parodia el propio género.

En el personaje de Orlando escenifica Virginia Woolf su particular utopía del ser andrógino armónico, integrador de ambos sexos y superador de los condicionantes de cada uno. El cambio de sexo no es un problema para este humano inusitado: supone un hecho inevitable que sobreviene como forma particular de vehicular una sensibilidad sin límite.

Pero hay más. Orlando es la biografía de muchos Orlandos. De aquel que transita a través de la historia adaptándose a cada época. Que se mueve, asimismo, en una multiplicidad de espacios que lo acercan a un mayor conocimiento de la vida. Sin embargo, hay una parada recurrente en su trayecto: su casa, casi siempre como reencuentro con un pasado que no olvida.

Y hay más. Orlando empieza siendo un lector apasionado, luego es un escritor precoz y más tarde un aspirante a escritor "de verdad". Mientras Virginia Woolf aprovecha para satirizar los sancta sanctorum de la literatura inglesa, Orlando va dando forma a su única y verdadera obra, "El Roble", poema escrito durante toda la vida, testigo y parte de la misma, en una suerte de ligazón indestructible entre literatura y existencia.

Y aún hay más. Porque Orlando siente en sus mayores momentos de crisis un deseo imparable de comunión con la naturaleza y con su tierra, motivo por el que regresa a casa cuando regresa, se detiene en la contemplación solitaria del paisaje o, finalmente, decide casarse con Marmaduke.

¡Ay, el amor! Para Orlando la vida es el impulso del amor. A través del tiempo y de los cambios sociales. Al margen de las convenciones y de los sexos, o más bien superando estas barreras. El amor reescrito en su única obra. Y, finalmente, el amor en cierto sentido pleno: como una vertiente más de su fusión con la naturaleza, materializada en su unión con Marmaduke y en la maternidad. Como un anhelo incansable de libertad.