Inscrite dans le mouvement d'une mondialisation économique qui transforme les hommes en objets, la société dépressive ne veut plus entendre parler ni de culpabilité, ni de sens intime, ni de conscience, ni de désir, ni d’inconscient. (…) Elle ne s'intéresse donc à l'individu que pour comptabiliser ses réussites et au sujet souffrant que pour le regarder comme une victime.
Roudinesco, Élisabeth
biografía
Élisabeth Roudinesco (París, 1944 ), historiadora, psicoanalista y directora de investigaciones en la Universidad París VII-Denis Diderot, es autora de numerosos libros: Jacques Lacan. Esquisse d'une vie, histoire d´un système de pensée (1993), Histoire de la psychanalyse en France (1994), Dictionnaire de la psychanalyse (1997, en colaboración con Michel Plon) o La part obscure de nous-mêmes (2007). Con Pourquoi la psychanalyse? se confirma, una vez más, su interés por el psicoanálisis, convirtiéndola en una de las principales historiadoras del psicoanálisis y la psiquiatría en Francia.
sinopsis
En la sociedad depresiva del siglo XXI, Roudinesco aboga por el diálogo fructífero entre el psicoanálisis, la psiquiatría y la filosofía, con el fin de destruir la endogamia de la institución psicoanalítica y repolitizar un discurso que, encerrado en sí mismo, queda a salvo de los dolores y sufrimientos del mundo. Frente al imperialismo de la psicofarmacología —y del mismo modo en que Derrida lo hace en Résistances de la psychanalyse (1996) o États d’âme de la psychanalyse (2000)—, Roudinesco trata de recuperar el psicoanálisis, con el fin de luchar contra la (supuesta) predestinación biológica del ser humano, a través de la palabra.
reseña
Hoy en día, según explica Roudinesco, el psicoanálisis está siendo violentado por un discurso tecnicista, que transforma al sujeto en un objeto privado de subjetividad, incapaz de reconocer el alcance revolucionario del deseo inconsciente. Paradójicamente, cuando la lógica narcisista se apodera de la construcción ontológica del sujeto contemporáneo, la subjetividad queda desterrada por una individualidad aséptica (y cosificada), que conduce a los peligros de un ser humano meramente cognitivo. En este contexto, el psicoanálisis está perdiendo su fuerza de subversión y no parece adaptarse a un mundo que se refugia en la psicología clínica y encuentra consuelo en la farmacología, incapaz de comprender la fuerza transformadora que arrastra la palabra. En el siglo XXI, dice Roudinesco, la psicoterapia sustituye a la psiquiatría y el psicoanálisis y, en ese momento preciso, el silencio ocupa el espacio vacío que deja la retirada del lenguaje, origen del dolor y la vergüenza del ser humano. Así, tal y como ya apuntó Freud en Abrégé de psychanalyse (1938), la palabra se sustituye por el fármaco en busca de un silencio cómplice con las prácticas psicoterapéuticas, cuya única finalidad es erradicar el síntoma sin atender al motivo que lo ocasiona. De esta manera, a través de la venta de depresivos, la industria farmacéutica moderna modifica y normativiza el comportamiento de los pacientes: suprime sus síntomas, pero no consigue cambiar la condición de su estado mental y crea dependencia de los tratamientos. Así, sin poder aceptar el dolor de la pérdida y con el fin de vivir (sin cuestionar) en el engaño de la completud del sujeto consigo mismo, el sujeto contemporáneo se abandona al delirio de la farmacología. De manera detallada, a través de un análisis crítico de la historia de la psiquiatría y el psicoanálisis, Roudinesco llega a la conclusión de que el psicoanálisis —para que vuelva a ser contemporáneo— debe abandonar la ideología de la felicidad e incitar a (re)pensar el conflicto y la falta, convirtiéndose en un instrumento crítico contra las tentativas de normalización de la subjetividad. Frente a las tesis materialistas de ciertas posiciones de la neurobiología y el cognitivismo, Roudinesco afirma que el psicoanálisis debe cuestionar la metafísica sustentada en la noción de propiedad, en donde no queda espacio para el deseo del inconsciente freudiano y la responsabilidad del sujeto queda reducida a simples segregaciones químicas. En un mundo de autómatas empastillados, donde la seducción de las tecnologías se dedica a eliminar el sufrimiento, el psicoanálisis tiene que incitar a (re)pensar el momento a-económico de la destrucción. Al final, dice Roudinesco, a través de la aceptación del dolor, la muerte y el deterioro se puede pensar una nueva soberanía, como pérdida de lo propio, sin necesidad de recurrir a una (re)construcción irresponsable de la metafísica de la presencia, a través del engaño del fármaco.
Tornos Urzainki, Maider (2014), "Élisabeth Roudinesco. Pourquoi la psychanalyse?", Lletra de Dona in Centre Dona i Literatura, Barcelona, Centre Dona i Literatura / Universitat de Barcelona.