La visión de aquella carretilla abandonada al fondo de un jardín y el charquito de agua de lluvia en su interior hizo que se simultaneasen los tiempos. A la visión le acompañaba una sensación, la de una plenitud sin fisuras como no recuerdo haber vuelto a experimentar jamás
Maillard, Chantal
biografía
Chantal Maillard (Bruselas, 1951) es poeta y filósofa. Especializada en estética y filosofía orientales, ha publicado varios ensayos entre los que destacan El crimen perfecto, La sabiduría como estética, La razón estética, Rasa y Contra el arte. Con Matar a Platón obtuvo el Premio Nacional de Poesía en 2004 y con Hilos, el Premio de la Crítica y el Premio Andalucía de la Crítica en 2008. Sus libros de diarios son Filosofía en los días críticos, Diarios indios, Husos y Bélgica.
sinopsis
En Bélgica, Chantal Maillard relata un viaje particular: el del regreso a la infancia. Aunque más que un regreso, cuenta la voluntad de regresar. Y más que volver a la infancia, Maillard pretende recuperar el estado mental predominante en la infancia: el gozo. Así pues, en este diario, la escritura da cuenta del periplo de la conciencia para recuperar una de sus modulaciones perdidas. Esta búsqueda, siempre postergada, se refleja, en el carácter fragmentario de la escritura, así como en el despliegue de géneros y márgenes.
reseña
Bélgica es un diario singular y significativo con respecto a los diarios anteriores de Maillard, con los que, por una parte, establece una continuidad y, por otra, abre una brecha: prolonga la teoría epistemológica que en aquellos se forja al tiempo que acciona un requiebro.
La escritura de Bélgica surge de una nota a pie de página de otro cuaderno de la autora, Husos. Esta particularidad no es únicamente la marca de un engarce sino, sobre todo, una concepción del lenguaje. En cuanto libro-nota-al-margen, Bélgica constata doblemente la naturaleza condicionada de toda escritura: evidencia el texto en el que todo decir crece y al que viene a hacer crecer, y en el que la palabra, convertida en casi cita de otra cita, adquiere el significado cognitivo de una diferencia en la repetición. El diario de Maillard lleva al límite estas consideraciones al desplegarse como un extenso margen de escritura al margen de la escritura de Husos pero además abriendo un abanico de márgenes, y por tanto de géneros, dentro de su propio cuerpo escriturario. Así, aparecen los intervalos, las fotografías, el prólogo y los apéndices, formas en las que se desdobla (más bien se multidobla) la escritura marginal. Así también es cómo los márgenes cobran su sentido preciso: se postulan como espacios para volver a decir de otro modo lo que nunca podrá ser dicho, como escenarios para representar en todas sus variantes y hasta la saciedad lo que jamás alcanzará a ser presentado: son la única escritura posible de la escritura imposible.
Esta ineficacia denotativa de la escritura que a nivel formal revelan los márgenes tiene su correspondencia en las trabas que a nivel metódico plantea el proyecto que Maillard emprende en Bélgica y cuyo propósito consiste en recuperar la memoria de la infancia, no aquella en la que se acumulan tergiversados los sucesos, sino otra, la memoria de una sensación. El gozo es la condición anterior al surgimiento del lenguaje, el juicio, el pensamiento y su consecuencia inmediata: el sujeto. De modo que regresar a la infancia significa volver a un estado mental inocente o a-concienciado, propio de los niños. En este sentido, si los diarios de Chantal Maillard son el registro de una conciencia que trata de captarse a sí misma y observarse en sus propios devaneos mentales, Bélgica da cuenta, no de una aventura más de la conciencia, sino de su voluntad de extinción.
Fracturar la estructura clásica del sentido (en los márgenes) y esquirlar la unidad discursiva del yo (en los viajes), esto es, deconstruir verbo y sujeto, se advierten como estrategias simétricas para este cometido en el que la trayectoria de los diarios parece finalmente disolverse.
autopoética
"Pasar entre las formas como un animal entre la hierba, quedando tan solo la fragancia en su pelaje. Una fragancia es un ritmo, un color, una vibración en curso. Por lo que a mí respecta, aspiro a ser humilde aprendiz de ese animal. Llegar al poema como quien vuelve de caminar por el monte con la chaqueta mojada, y la pone al fuego y humea, y aspira ese humo. ¿Qué palabras serían ésas?" (El no saber cargado de compasión. Entrevista de L. Giordani, A. Borra y V. Gómez, Fundación Inquietudes, 2010).
Nieto Alarcón, Lola (2013), "Chantal Maillard. Bélgica", Lletra de Dona in Centre Dona i Literatura, Barcelona, Centre Dona i Literatura / Universitat de Barcelona, fecha de consulta.