sinopsis

Aprendiendo a vivir es una parte de la obra periodística de Clarice Lispector. Se trata de textos publicados en O Jornal do Brasil entre septiembre de 1967 y diciembre de 1973. Esta obra, junto con Para no olvidar, es una antología de A Descoberta do Mundo, que en su conjunto recogen la labor que realizó en el citado diario. Estas crónicas contienen desde reflexiones metaliterarias de la autora hasta su propia biografía. Una manera de confesión que Lispector hizo para sus lectores. 

reseña

Un total de 24 obras (cuentos y novelas) fueron escritas por Clarice Lispector en toda su vida, pero a éstas habría que añadirle otra, los textos de su última etapa periodística donde se incluyen Aprendiendo a vivir y dos compilaciones más. Gracias a ellas, su actividad literaria llega al gran público.

En estas obras Clarice nos muestra su parte humana, además de profesional, pues trata directamente de sí misma: sus hijos, la casa, la ciudad, las criadas, su pasado, los lugares por donde fue, los amigos, los gatos, la escritura, el arte (pintura, escultura, música, danza). Y, aunque afirma no ser esta su intención, inserta también un pasado, inclusive literario, a través de textos diversos que ya fue produciendo y publicó anteriormente como cuentos crónicas, o fragmentos de novelas.

Y entre otras tantas posibles clasificaciones, se confirma lo que su primera biógrafa Nádia Battella Gotlib nos indica: los textos publicados en O Jornal do Brasil, además de ser a veces versiones de textos previos, pueden ser considerados como un extenso "diario" de Clarice Lispector que duró siete años. Ahí están sus quehaceres domésticos y literarios, como novelista, cuentista, cronista. Aparecen ahí las personas más próximas que la rodean. Ahí comparecen las lectoras de las crónicas, que dialogan con ella a través de cartas. También la convivencia con otros artistas, escritores, pintores, escultores. A veces se publican poemas, como en el caso de Carlos Drummond de Andrade, sobre quien escribe una crónica en la que narra la preparación de la casa para recibir a esa visita querida.

En los tiempos de la publicación de O Jornal do Brasil, Clarice se siente amada por los lectores y responde amablemente a sus cartas, a través de sus crónicas. Al mismo tiempo transmite la sensación incómoda de que tal vez, al escribir de esa manera, está perdiendo parte de su alma. Y siente miedo: "escrever muito e sempre pode corromper a palavra". Claramente Lispector valora más escribir un libro que hacerlo en un periódico.

En estas páginas, se muestra Clarice niña, Clarice adolescente, Clarice adulta a través de la escritura de este su "Diario", donde se percibe desde la sorpresa de encontrar un dulce o caramelo que no acababa nunca -el chicle de "Miedo a la eternidad"- hasta las conversaciones que tiene con los taxistas de Río de Janeiro, además de desvelarnos sus sensaciones al contactar con el mundo exterior, explicándonos en diversas crónicas lo que sucede con los animales, con el amor, con la casa, con los hijos, con su día a día.

Su escritura, llena de fijación instantánea de los momentos cotidianos de la vida, nos lleva una vez más a encontrar a una Clarice escritora, madre y periodista, siendo siempre una mujer comprometida. Por ello la crítica ha mencionado que las crónicas nos ofrecen una revisión de la vida de la autora. Un recorrido por las varias "Clarices" en todos los tiempos.