Ejes para la mejora docente en la universidad
Cada vez con mayor frecuencia las conversaciones entre el profesorado de universidad giran en torno a cuestiones relacionadas con la docencia. Y no precisamente porque le concedan más relevancia en relación con épocas anteriores. Se refieren más a la docencia que antes porque les preocupa cómo abordarla en las condiciones actuales y porque les ocupa más tiempo que antes si quieren sentirse satisfechos con su tarea. Aunque la mejora docente en la universidad no sólo es responsabilidad del profesorado, las condiciones actuales exigen del mismo más implicación y seguimiento.
En primer lugar porque, cuando los procesos de docencia y aprendizaje se centran en la actividad del estudiante y en su aprendizaje y no sólo en la actividad del docente, el profesorado además de desempeñar la tarea de siempre debe dedicar una parte de su tiempo a regular un conjunto de condiciones y a preparar diferentes recursos para que el aprendizaje sea más eficiente y eficaz.
En segundo lugar porque la incorporación de tecnologías al servicio del aprendizaje y la comunicación en los contextos habituales de formación y acceso a la documentación generan nuevas posibilidades y permiten utilizar nuevos recursos que pueden completar la tarea del docente y mejorar la calidad del aprendizaje.
Y en tercer lugar porque un aprendizaje de calidad no se entiende hoy como una acumulación de conocimientos, por muy bien que estos hayan sido explicados por el docente e integrados por el estudiante. Un aprendizaje de calidad debe entenderse en la actual sociedad cambiante, de la información y del aprendizaje a lo largo de la vida, como un aprendizaje rico en conocimientos y además en habilidades, actitudes y valores que permitan la movilización de lo aprendido para abordar y resolver satisfactoriamente situaciones reales relacionadas con el propio aprender, con la comprensión crítica y la creación propia de cada ámbito del conocimiento y por supuesto con la posible futura actividad profesional...