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Una
breve introducción
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En 1955 George
A. Kelly presentó en su voluminosa obra The Psychology of
Personal Constructs (1.214 págs) un proyecto de psicología
alternativa de corte fenomenológico asentada sobre bases epistemológicas
constructivistas. Su teoría de los procesos humanos integra
en un mismo lenguaje áreas tradicionalmente separadas como
percepción, memoria, aprendizaje, pensamiento, lenguaje, motivación,
emoción y personalidad. Además propuso una metodología
de evaluación y un enfoque terapéutico muy innovadores.
Sin embargo, esta teoría no ha tenido una recepción
apreciable hasta finales de los años setenta. Desde entonces
se va consolidando un movimiento internacional de científicos
y profesionales de diversas áreas que van desarrollando este
enfoque en sus múltiples aplicaciones. Existen diversos factores
que han favorecido esta consolidación. Entre ellos cabe destacar
la coincidencia de la postura kelliana con un movimiento, el constructivista,
de carácter netamente interdisciplinar configurado por la Física
cuántica, la Cibernética y la Biología, entre
otras disciplinas, que ha tenido un cierto impacto en la Psicología
de la Personalidad, Social y Cognitiva; y que tiene un paralelismo
importante en la obra constructivista de Piaget (ver Feixas
y Villegas, 2000).
Kelly denominó
su posición epistemológica básica Alternativismo
Constructivo. Considera la realidad como algo que no se nos manifiesta
directamente sino a través de nuestros Constructos Personales,
lo cual prevé el hecho de que una misma situación
pueda ser vivida de formas bien distintas, idiosincráticas,
por distintas personas. Implica también, y esto tiene importantes
repercusiones terapéuticas, que una persona no es una víctima
de la realidad, sino de su construcción de esa realidad.
El sufrimiento humano sobreviene a menudo a causa de que los constructos
del individuo no son adecuados para anticipar la realidad y es necesario
sustituirlos por otros más útiles (nótese que
no decimos "más verdaderos" o "más
reales"). La Teoría de los Constructos Personales se
estructura en once corolarios que desarrollan un postulado fundamental
según el cual los procesos de una persona se canalizan psicológicamente
por la forma en que anticipa los acontecimientos. Mediante el Constructo
Personal, es decir, la captación simultánea de similitud
y diferencia entre acontecimientos, la persona comprende la realidad
y anticipa el futuro. Esta doble dimensión del Constructo
Personal, la integrativa y la predictiva, lo constituyen en predecesor
de los esquemas o "scripts" de la Psicología Cognitiva.
Desde esta perspectiva el ser humano es como un científico
que pone a prueba sus hipótesis (constructos), que se ven
validados o invalidados en aquello que Kelly considera un experimento
personal continuado: la conducta. Este proceso de cognición
no es meramente cognitivo (ni consciente), sino que gobierna y afecta
de forma holística todas las facetas de la actividad humana
orientada, según Kelly, a la anticipación de acontecimientos
y a la mejora de la capacidad predictiva del sistema de construcción
del individuo.
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El
Constructo Personal
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Como se puede
ver la noción de constructo personal es clave. Consiste en
la captación de una diferencia (dato primario de la experiencia
y unidad mínima de conocimientos), lo que implica a su vez
la captación simultánea de una similitud. Juan conoce
a Ana y la construye como "amable", como opuesto a "desagradable".
Ello implica captar la similitud de Ana con otras personas conocidas
anteriormente por Juan que habían sido construidas como desagradables.
Esta captación no es necesariamente consciente o verbalizable,
sino que es personal e implica a todos los sistemas del organismo,
y no necesariamente se ubica en lo cognitivo. Los constructos son
dimensiones bipolares de significado que constituyen el conjunto estructurado
del conocimiento que tiene el individuo para entender y anticipar
su mundo de experiencia. Así el constructo tiene la doble función
de procesar la información que llega a los sentidos y de anticipar
los acontecimientos futuros.
Los constructos
se organizan en un sistema jerárquico en el cual hay constructos
supraordenados que juegan un papel central en la construcción
del self y en la organización de todo sistema. Estos constructos
nucleares definen la identidad del individuo, y dan sentido a sus
acciones y sentimientos. La prospectiva de cambio en estos constructos
genera sentimientos de amenaza y posibles resistencias. Todo cambio
tiene que ser mínimamente coherente con este sentido de identidad,
a no ser que se modifique la estructura nuclear.
La evaluación
de los Constructos Personales puede realizarse mediante entrevista
(p.ej., rejilla, técnica de escalamiento) o mediante textos
(p.ej., autocaracterización, diarios). G. Neimeyer (1995)
ofrece una visión muy practica y exhaustiva, a la vez, de
los métodos constructivistas de evaluación, que por
fomentar el autoconocimiento pueden considerarse también,
en su mayor parte, de intervención.
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Terapia
de Constructos Personales
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Tremendamente
coherente con la teoría y la evaluación es la concepción
kelliana de la terapia. La relación terapéutica está
gobernada por la "actitud crédula", la cual supone
tomar el sistema de constructos personales del cliente tal como se
manifiesta. Se toma lo que se dice como punto de partida y reconocimiento
de que sus palabras y conducta (manifiesta y simbólica) poseen
un valor y dignidad a respetar. La "resistencia" y otras
defensas son concebidas aquí como un gesto auténtico
de preservación del propio sistema ante el señalamiento
de un punto vulnerable a elaborar; el sistema no soporta el tipo de
reflexión que le sugiere el terapeuta y conviene por tanto
preservar sus estructuras nucleares.
El clima que
pretende crear el terapeuta es el empiricismo colaborativo según
el cual cliente y terapeuta diseñan conjuntamente "experimentos"
para poner a prueba las hipótesis (constructos) del cliente.
El psicoterapeuta ayuda al cliente a evitar que sus iniciativas
se vean truncadas. Kelly, en su artículo titulado "Behavior
is an experiment" (1966b/1970; Feixas,
2001), considera la conducta (acción, actividad) como
un experimento en el cual se están poniendo a prueba algunas
hipótesis (constructos). Esto tiene algunas implicaciones
para el proceso terapéutico. Kelly diseñó algunos
"experimentos" con sus clientes para poner a prueba algunos
de sus constructos como forma de promover el cambio, como en la
técnica del rol fijo. La conducta es, así, la variable
independiente y el proceso de construcción es el objetivo
del cambio. Pensamos que este mismo mecanismo está implicado
en algunas de las prescripciones de los terapeutas sistémicos
y conductuales, aunque teóricamente no lo justifiquen de
esta manera.
El cliente ve
al terapeuta con sus constructos que inevitablemente son fruto de
su experiencia pasada. El terapeuta actúa como agente validador,
proporcionando un delicado equilibrio entre validación (más
preponderante en los momentos inidicales) e invalidación
(para aquellos constructos que resultan problemáticos). El
terapeuta acompaña al cliente tras la invalidación
y el consiguiente proceso de reconstrucción que conlleva.
Las técnicas
de intervención se interconectan con la conceptualización
del problema. Si el cliente requiere rigidificar su pensamiento
se le anima a registrar sus pensamientos y reacciones emocionales,
a revisar su lógica, a poner a prueba determinadas hipótesis,
etc... En cambio si el cliente precisa de una laxación de
su pensamiento se le puede hablar en un lenguaje metafórico,
animarle a asociar ideas libremente, otorgar importancia a sus sueños,
etc... Como puede verse, el terapeuta actúa de forma similar
a un modificador de conducta en un caso, y a un psicoanalista en
el otro. Y es que las técnicas no es lo que más preocupa
al psicólogo de los Constructos Personales, quien es técnicamente
ecléctico pero teóricamente consistente. En efecto,
la coherencia teórica es el ingrediente terapéutico
fundamental, el que permite decidir qué técnica emplear
en cada momento sin caer en un eclecticismo silvestre, y poder así
adaptarse a la necesidades cambiantes de los clientes.
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