Resumen
Ricardo en su agonía teme no vivir lo suficiente para ver a Carlota y Arturo. En esos momentos llegan y se arrojan a su lecho. Ricardo entonces le dice a Carlota que se siente apesadumbrado por la posibilidad de que ella se case con otro cuando él muera. Carlota entonces le promete que no se casará y, para que no tenga celos de nadie, en cuanto arregle el cuidado del niño, se meterá en un convento. Ella a cambio le pide su bendición. Ricardo profundamente emocionado, cuando se dispone a hacerlo, muere.
Violencias de/contra la mujer
Violencia cultural (sacrificio y abnegación); violencia cultural (religión: "Dios"): “aquella mujer generosa no dudó un instante en romper para siempre con su porvenir y su esperanza.
Dios mismo iba á dejarla libre para que pudiese al fin responder al silencioso deseo de su alma, y nacida para sufrir iba ella misma á cortar con resignación el hilo de su vida, porque estaba segura de que sus fuerzas no alcanzaban á tanto.
Dos lágrimas que no pudo contener, dos lágrimas de fuego rodaron por sus mejillas […]
-[…] si Dios quisiese dejarme sola en el mundo con Arturo, te juro que no daré jamás á ningún mortal el derecho de llamarme su esposa!
Ricardo estrechó su mano con un delirio que expresaba mucho más que las palabras. [ …]
-Pues bien, para que no tengas celos del mundo que me admire, yo te juro acabar mis días en un claustro […] apenas haya asegurado la felicidad de mi hijo, iré á sepultarme lejos del mundo, donde pasaré los días que me restan de vida orando por ti. ¡Oh! Bendíceme, Ricardo, porque nada más puedo ya ofrecerte.