Resumen
En este artículo, la directora de la revista adopta un tono muy combativo contra la figura de la mujer política. Faustina Sáez de Melgar califica de ignorantes y extraviadas a las ciudadanas que se introducen en la “hoguera” (3) de odios y pasiones exaltadas que es la política. Además, defiende que la instrucción de las mujeres servirá precisamente para que puedan evitar ser corrompidas y manipuladas, y para que, posteriormente, puedan ofrecer una educación de calidad a sus hijos.
La autora critica otras publicaciones que han acogido la idea de la mujer política (menciona La Margarita y La Flor de Lis) y considera que es necesaria una respuesta.
Violencias de/contra la mujer
1. Violencia cultural (no se admite la participación de las mujeres en la esfera pública; se las relega al espacio doméstico) y estereotipos patriarcales de género (las mujeres aparecen retratadas como seres sentimentales, ignorantes e influenciables)
¡Política la mujer!... ¡qué funesto error, qué horrible extravío! La que toda debe ser ternura, mansedumbre y amor, empujarla indefensa, sin instrucción, sin guía, sin apoyo, a ese antro profundo, a ese abismo de males que llaman política!... Enajenarla el amor de su esposo, el de sus hijos, introducir la discordia, la anarquía, el caos, en el hogar doméstico, separarla de sus deberes para que defiende unas ideas que ni siquiera comprende, afiliarla a un partido para que emprenda una lucha titánica, desesperada a veces, con los seres que sean más caros a su corazón; y todo esto, ¿por qué, a qué conduce, quién ha de sacar el provecho?... (3)
2. Violencia cultural (naturalización de la desigualdad) y estereotipos patriarcales de género (idealización de la maternidad; las mujeres deben esforzarse por ser buenas esposas y madres cristianas)
[…] su misión sobre la tierra no es otra que la trazada por la misma naturaleza al concederla [sic] el sublime don de la maternidad (3).
[…] consagremos todas nuestras fuerzas en hacerla una buena madre de familia y una mujer cristiana, apartándola de la funesta senda a que la quieren conducir extraviadas pasiones (4).