Resum
La autora parte una presunta asunción del tópico patriarcal “el hombre piensa, la mujer siente” para acabar dándole la vuelta hasta convertirlo en la explicación de la falta de la instrucción de las mujeres.
Violències de/contra la dona
1. Contraargumentación ambigua de un tópico de la violencia cultural patriarcal: “el hombre piensa, la mujer siente” (estereotipo patriarcal)
“El hombre y la mujer no son dos seres de distinta categoría como son dos entidades que se completan la una a la otra. Esto decía yo al principio de mis cartas y al repetirlo hoy, me creo obligada a entrar en algunas explicaciones (…) “el hombre piensa; la mujer siente (…) el hombre ambiciona; la mujer ama” y sobre este tema, tan absurdo como falso, sientan otra porción de axiomas, tan falsos, como absurdos” 183
“Si los hombres no supieran más que pensar, y las mujeres no hicieran más que sentir, como la idea no puede existir en el mundo que nosotros habitamos aislada del sentimiento, como la cabeza no puede pensar separada del corazón, como la voluntad no puede serlo sin el afecto, sin la pasión, sin el deseo que la impele y determina, resultaría que el hombre y la mujer no serían dos seres que se completan el uno al otro, sino un solo ser, que al dividirse en dos mitades sufre una horrible, y a veces insoldable, mutilación” 183
“Si insistimos sobre este tema (…) es porque el mundo lo acata bastante, y de él nace, no solo el error que proclama la inferioridad intelectual de las mujeres, sino el empeño que se tiene en que permanezcan en sistemática ignorancia (…)” 184