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Introducción y edición crítica. Siete modos de amor (Español)
Los siete modos de amor (Español)
Seven manieren van minne (Neerlandés medio)
Beatriz de Nazaret.
Introducción y edición crítica. Siete modos de amor.
Al cuidado de Blanca Garí de Aguilera.
Introducción y edición crítica. Siete modos de amor (Español)
1 Beatrijs van Tienen, 1200-1268. De vroegste mystieke autobiografie. (Vita Beatricis. De Autobiografie van de Beatrijs van Tienen o.cist. 1200-1268. In de Latijnse bewerking van de anonieme biechtvader der abdij van Nazareth) te Lier voor het eerst volledig en kritisch vitgegeven door Prof. Dr.L.Reypens S.J. Lid van het Ruusbroec Genootschap, Vitgave van Het Ruusbroec-Genootscap, Antwerpen 1964, libro I, capítulo 2, sección 19. Traducción al inglés : The Life of Beatrice of Nazareth 1200-1268,Translated and annotated by Roger De Ganck, assisted by John Baptist Hasbrouck OCSO, Cistercian Publications, Kalamazoo, Michigan, 1991
2 Vida I, 3, 21
3 Ida de Nivelles. Nacida hacia 1190 en Nivelles, Bélgica, fue begina y luego monja cisterciense en el monasterio de Rameya o La Ramée. Famosa por su mística de la compasión, por sus experiencias espirituales y por sus visiones, no se conserva de ella ningún escrito, pero sí una “Vida”. Le unió a Beatriz, según atestiguan las vidas de ambas, una relación de magisterio y una profunda amistad. Murió el 11 de diciembre de 1231.
4 Vida prólogo, 2-4
5 Vida III, 17, 273
6 Vida III, 17, 275
7 Reypens De Gank
8 Ruh
9 H.Vekeman 1985
10 A.Hollywood
11 Vida I, 8, 42
12 Vida I, 15, 72
13 Vida I, 9, 46
14 Vida I, 13, 66
15 Vida II, 11, 127
16 Vida 11,129
17 Vida II, 10,120
18 Van Mierlo
19 Ruh
20 Vida II,6,109
21 Vida III,7,213
22 Vida III,6,209
23 Vida III,6,211
24 Vida I,10,50
25 Vida I,50,10
26 Vida I,14,67
27 Vida III,1,188
28 Vida I,10,51
29 Vida I,11,55
30 Vida II,17,162
31 Vida II 9,170
32 Ruh
33 Vida III,7,215
34 Vida III,11,236
35 Vida III,14,246
36 Amy Hollywood, The Soul as Virgin Wife. Mechthild of Magdeburg, Marguerite Porete and Meister Eckhart, University of Notre Dame Press, Notre Dame Indiana 1995
37 A.M.Haas, , Beatrijs van Nazareth (um 1200-1268), en Geistliches Mittelalter Universitätsverlag, Friburgo, Suiza, 1984, págs.395-397 pág.396
38 Siete modos: Beatrijs van Nazareth, Seven manieren van minne, edición crítica de Leonce Reypens y Jozef Van Mierlo, Leuvense studiën en tekstuitgaven 12, Lovaina 1926
Los siete modos de amor (Español)
Los siete modos de amor
Hay siete modos de amor que vienen de lo más alto y retornan de nuevo hasta lo más elevado.El primero es un deseo activo de amor
Debe reinar en el corazón por largo tiempo antes de vencer todo obstáculo, obrar con fuerza y vigilancia y crecer en él ardientemente. Este modo es un deseo que viene ciertamente del propio amor. El alma buena, que desea seguir fielmente a nuestro Señor y amarlo verazmente, es empujada a alcanzar y vivir en la pureza, en la nobleza y en la libertad en la que el Creador la hizo a su imagen y semejanza, y eso debe ser amado y conservado por encima de todo. Es por esa vía por la que quiere encaminar toda su vida, obrar, crecer, elevarse hacia un amor más alto, hacia un conocimiento de Dios más íntimo, hasta alcanzar la perfección para la que ha sido hecha, y a la que es llamada por Dios. A ello se aplica día y noche, y se dedica por completo. Ese es su ruego, su empeño y su súplica dirigida a Dios. Ese es todo su pensamiento: ¿cómo llegar ahí y cómo acercarse más íntimamente al amor, asemejarse a él por el adorno de todas las virtudes, y por toda la pureza de la más alta nobleza de amor? Esta alma examina a menudo seriamente lo que ella es y lo que debería ser, lo que tiene y lo que le falta a su deseo. Y con todo su celo, con gran anhelo y con todo el ingenio del que es capaz se esfuerza por guardarse y apartarse de cuanto pudiera serle obstáculo o estorbo en este asunto. Su corazón no descansa ni ceja jamás de buscar, reclamar, aprender, atrayendo hacia sí y guardando consigo cuanto pueda ayudarle a avanzar en el amor. Tal es el mayor empeño del alma colocada en este estado; en el que debe obrar y trabajar mucho para obtener de Dios, por su celo y su fe, el poder servir al amor sin que se lo impidan las faltas pasadas, con una conciencia conciencia libre, una mente pura, una inteligencia clara. Ese deseo de tan gran pureza y de una nobleza tal, proviene sin duda del amor y no del temor. Pues el temor nos hace obrar o padecer, tomar o dejar las cosas por miedo a la cólera de nuestro Señor y al juicio de ese juez justo, o a los castigos eternos, o a las penas temporales. Pero sólo el amor obra y se esfuerza por la pureza, por la alta y suprema nobleza, tal como es él en esencia, posesión y fruición. Y el amor enseña esta obra a aquellos que se entregan a él.Segundo modo de amor
A veces [el alma] tiene otro modo de amor, en el que emprende la tarea de servir a nuestro Señor de manera totalmente gratuita, sólo con + amor, sin un porqué, sin recompensa de gracia o gloria; como una noble doncella que se emplea al servicio de su señor por puro amor, sin ningún salario, satisfecha de servirle y de que él se deje servir. De este modo quiere servir con amor al amor, amando sin medida, por encima de toda medida y por encima de todo sentido y razón humanos, con toda fidelidad. En este estado, ella arde de tal modo en deseo, tan presta a servir, tan dispuesta a sufrir, tan dulce en la penuria, tan alegre en la tristeza [que] con todo su ser no quiere sino complacerle a él. Hacer o sufrir lo que sea en servicio y honra de amor, eso es lo que le place y lo que le basta.Tercer modo de amor
A veces el alma buena alcanza otro modo de amor que lleva consigo grandes penas y tormentos. Es decir, quiere satisfacer a amor y contentarlo en todo honor, en todo servicio, en toda obediencia y sumisión de amor. En ocasiones este deseo sacude con violencia el alma que, con pasión, se esfuerza por hacerlo todo, alcanzar toda virtud, sufrir o soportar todo y cumplir todas sus obras en el amor, sin medida ni consideración. En este modo está dispuesta a todo servicio, pronta e intrépida en las penas y la labor. Pero haga lo que haga permanece insatisfecha. Y este es entre todos su mayor dolor, no poder satisfacer a amor como desearía y encontrarse siempre en deuda con amor. Sabe bien que eso sobrepasa toda fuerza humana y está por encima de sus propios poderes, pues lo que desea es imposible y es en verdad irrealizable para las criaturas. Pues ella quiere hacer, por sí sola, tanto como todos los seres humanos juntos sobre la tierra y los espíritus en el cielo, como todos los seres creados de lo alto y lo bajo, y mucho más, para servir, honrar y amar al amor según su dignidad. Y lo que no alcanza con sus obras quiere suplirlo con una voluntad perfecta y un poderoso deseo. Pero ni siquiera eso la satisface. Sabe bien que el cumplimiento de tales deseos excede en mucho sus fuerzas y está por encima de todo sentido y de toda razón humanas y, sin embargo, no consigue moderarse, contenerse, tranquilizarse. Hace lo puede: rinde al amor gracias y alabanzas, obra y trabaja para amor y se ofrece por entero al amor, y todo lo que hace lo hace en amor. En todo esto no hay reposo para ella, pues le causa gran dolor haber de desear lo que no puede conseguir. Le es necesario permanecer en tormento del corazón y habitar en la pesadumbre. Y así le parece que muere viviendo y muriendo sufre el infierno. Toda su vida es infernal, y no es sino desgracia y aflicción por el horror de los espantosos deseos que no puede ni satisfacer, ni aplacar o apaciguar. Le es necesario permanecer en este tormento hasta el momento en que nuestro Señor la consuele y la lleve a otro modo de amor y deseo, hacia un conocimiento más íntimo de sí mismo. Sólo entonces puede actuar según lo que le es dado por nuestro Señor.Cuarto modo de amor
nuestro Señor acostumbra a procurar otros modos de amor, ya en grandes delicias, ya en grandes penas. De ello quiero hablar ahora. En algunos momentos hace que el amor despierte suavemente en el alma y se eleve radiante y conmueva el corazón sin acción alguna de naturaleza humana. Entonces el corazón es tocado por tan tierno amor, atraído en el amor por tal deseo, tomado por amor con tanta fuerza, subyugado por amor tan impetuosamente, y tan íntimamente estrechado en el abrazo de amor que [el alma] es conquistada totalmente por amor. Experimenta así una gran intimidad con Dios, una iluminación intelectiva, un goce maravilloso, una noble libertad, un dulce embeleso, un gran dominio del fuerte amor y una desbordada plenitud de satisfacción cumplida. Y siente entonces todos sus sentidos santificados en amor y su voluntad transformada en amor, y tan profundamente se sumerge y es absorbida en el abismo de amor que ella misma ya no es sino amor. La belleza de amor la hace bella, la fuerza de amor la subyuga, la dulzura de amor la absorbe, la grandeza de amor la sumerge, la nobleza de amor la estrecha, la pureza de amor la atavía, la altura de amor la eleva y la une a sí misma, de forma que ha de ser toda amor y sólo amor puede ejercer. Cuando siente esta sobreabundancia de delicias y esta plenitud del corazón, su espíritu se abisma por entero en amor, su cuerpo desfallece, su corazón se disuelve y sus fuerzas le abandonan. Tan por completo dominada por amor, apenas puede sostenerse y a menudo pierde el uso de sus miembros y sentidos. Tal y como una copa llena desborda y se derrama al mínimo movimiento, así en ella, conmovida y abrumada por la plenitud de su corazón, sin querer, desborda.El quinto modo de amor
Sucede a veces que amor se despierta en el alma como una tempestad, con gran estrépito y gran furor y parece como si el corazón fuera a quebrarse por la fuerza del asalto y el alma hubiera de salir de sí misma en la entrega al amor y en su irrupción. Es arrastrada entonces en el deseo de amor y el cumplimiento de sus obras, grandes y puras, y quiere satisfacer al amor en sus todas sus exigencias. O bien quiere reposarse en el dulce abrazo de amor, en la deliciosa bienaventuranza y en la posesión de todo bien, de modo que su corazón y todos sus sentidos lo desean, lo buscan con celo y lo reclaman con pasión. Cuando se halla en este estado, [el alma] se encuentra tan fuerte de espíritu, abraza tantas cosas en su corazón, siente tal fortaleza en su cuerpo, es tan ágil en sus actos, tan activa interior y exteriormente, que todo en ella, según le parece, es ocupación y trabajo, al mismo tiempo que su cuerpo permanece en calma. Se siente no obstante arrastrada desde el interior, arrebatada por el amor, presa de la impaciencia y de las múltiples penas de una profunda insatisfacción. Ora es la propia experiencia de amor lo que la hace sufrir, sin un porqué, ora el deseo de esos bienes que reclama o la insuficiencia de la fruición de amor. A instantes el amor pierde en ella hasta tal punto la medida, brota con una tal vehemencia y agita el corazón con tal fuerza y tan furiosamente, que éste parece herido por todos lados y sus heridas no cesan de renovarse, cada día con dolor más amargo y con nueva intensidad. Y le parece que sus venas se rompen, que su sangre se derrama, que su médula se marchita: sus huesos desfallecen, su pecho arde, su garganta se seca, su rostro y todos sus miembros sienten el calor interior y el furor de amor. Otras veces es como una flecha que atraviesa su corazón hasta la garganta y más allá hasta el cerebro, y le hace perder el sentido, o como un fuego devorador que atrae cuanto puede consumir; tal es la violencia con la que experimenta el alma en su interior la acción de amor, implacable, sin medida, apoderándose de todo y devorándolo todo. Así es atormentada y su corazón es herido y desfallecen sus fuerzas. Pero el alma es alimentada, su amor es amamantado y su espíritu arrebatado por encima de sí mismo. Pues el amor está tan por encima de toda capacidad de comprensión, que no se lo puede aprehender. Y de ese sufrimiento desea a veces deshacer el lazo, quebrar la unión de amor. Pero ese lazo la estrecha tan de cerca, la inmensidad de amor la sujeta de tal manera, que no puede mantener medida ni razón, no puede atender al buen sentido, ni moderarse, ni esperar sabiamente. Pues cuanto más recibe de lo alto, más reclama; cuanto más le es revelado, más la empuja el deseo de acercarse a la luz de la verdad, la pureza, la nobleza y la fruición del amor. Y atraída y estimulada siempre con más intensidad, nada la satisface o la calma. Lo que más la aflige y la atormenta es lo que más la cura y la consuela; lo que más profundamente la hiere es su única salud.El sexto [modo] de amor
Cuando la esposa del Señor se ha alzado y ha avanzado en santidad, experimenta entonces otro modo de amor con un conocimiento más íntimo y elevado. Siente que amor ha triunfado en su interior sobre sus oponentes, que ha colmado sus insuficiencias, que ha dominado sus sentidos, ornado su naturaleza, dilatado y exaltado su ser, tomándolo totalmente sin resistencia; y así posee su corazón en seguridad para obrar libremente o reposarse en la fruición. En este estado todo es poco para el alma , y todo cuanto pertenece a amor es fácil de hacer o de dejar de hacer, de sufrir o de cargar y le resulta dulce ejercerse en el amor. Experimenta entonces una potencia divina, una pureza límpida, una suavidad espiritual, una libertad ferviente, un sabio discernimiento, una dulce igualdad con nuestro Señor y un conocimiento íntimo de Dios. Entonces es semejante a un ama de casa que ha arreglado su casa, la ha dispuesto sabiamente y bellamente la ha ordenado, la custodia con cuidado y obra con discreción. Mete y saca, hace o evita hacer según su agrado. Así sucede con esta alma: ella es amor, y amor reina en ella, poderoso y soberano, en la acción y en el reposo, en lo que emprende o en lo que evita hacer, en las cosas exteriores e interiores, según su voluntad. Y como el pez que nada a lo largo y ancho del río o reposa en sus profundidades, como el pájaro que vuela audaz en las alturas celestes, así siente ella que vaga su espíritu libremente en lo alto y lo profundo, y a lo largo y ancho de amor. El poder del amor ha requerido y conducido a esta alma, la ha guardado y protegido, le ha dado la prudencia y la sabiduría, la dulzura y la fuerza de amor. Pero este poder el amor lo ha mantenido oculto al alma hasta el momento en el que ha ascendido a nuevas alturas y se ha convertido en dueña de sí misma, de forma que amor reina en ella incontestable. Entonces amor la ha hecho tan audaz que no teme ni hombre ni demonio, ni ángel ni santo, ni a Dios mismo, en lo que hace o deja de hacer, en la actividad y en el reposo. Y siente bien entonces que el amor está en ella tan despierto y tan activo cuando su cuerpo está en reposo como cuando se emplea en múltiples obras. Sabe y siente que ni trabajo ni sufrimiento importan al amor cuando reina en el alma. Pero los que quieren alcanzarlo deben buscarlo en el temor y seguirlo en la fe, ejercerse con ardor y no ahorrarse esfuerzos ni dolores, y soportar con paciencia oprobio y desprecio. No hay cosa pequeña que estas almas no hayan de tener por grande, hasta que el amor victorioso obre en ellas sus obras soberanas, haga pequeñas las grandes cosas, facilite toda labor, dulcifique toda pena, y las libere de toda deuda. Esto es libertad de conciencia, dulzura de corazón, sabiduría de los sentidos, nobleza del alma, elevación de espíritu y comienzo de la vida eterna. Es una vida angélica ya en este mundo, a la que sigue la vida eterna. ¡Que Dios en su bondad se digne a concedérnosla a todos!El séptimo modo de amor
El alma bienaventurada conoce todavía un séptimo modo de amor sublime, que opera en ella interiormente un singular trabajo: es atraída por amor por encima de su humanidad, por encima de la razón y de los sentidos humanos, por encima de toda obra de nuestro corazón; atraída por el mero amor eterno en la eternidad del amor, en la ininteligibilidad, en la anchura y altura inaccesibles y en el profundo abismo de la Deidad que es todo en todo y que permanece incognoscible por encima de todo, inmutable, todo ser, todo poder, todo inteligencia, todo obra soberana. [El alma] se abisma entonces tan tiernamente en el amor, y es atraída con tanta fuerza por el deseo, que su corazón estremecido se consume y no puede contener interiormente el aliento, su alma fluye fuera de sí y se desvanece en amor, su espíritu enloquece en el fuerza del deseo, todos sus sentidos tienden hacia la fruición de amor en la que quieren establecerse. Eso es lo que exige de Dios con insistencia, lo que busca en Dios con ardiente corazón; no puede sino quererlo, pues el amor no le deja respiro ni reposo, ni paz de ningún tipo. Amor la exalta y la rebaja, la atrae a sí y luego la atormenta, le da muerte y le da vida, la sana y la hiere de nuevo, la hace enloquecer y de nuevo la vuelve sabia. De este modo la atrae al estado más alto. Y es así como, elevada en espíritu por encima del tiempo, en la eternidad, por encima de los dones de amor, está fuera del tiempo, por encima de todos los modos humanos de amar y, en su deseo de trascendencia, por encima de su propia naturaleza. He ahí todo su ser y toda su voluntad, su deseo y su amor: establecerse en la certeza de la verdad y en la pura claridad, en la alta nobleza y en la belleza deliciosa, en dulce asociación con estos espíritus superiores que fluyen en oleadas de amor mientras conocen a su amor y lo poseen claramente en la fruición. Su voluntad permanece allá arriba, errante entre los espíritus celestes, especialmente con los ardientes Serafines. En la gran Deidad y en la altísima Trinidad está su amable reposo y su deleitosa morada. Busca a su Amado en su majestad, le sigue y lo contempla con el corazón y el espíritu. Lo conoce, le ama, lo desea de tal modo que no ve ni santo, ni ser humano, ni ángel, ni criatura alguna, sino sólo en ese amor común por el que ama todo en Él. Sólo a él ha escogido en el amor, por encima de todo, en el fondo de todo y en todo; con toda la pasión de su corazón y con toda la fuerza de su espíritu desea verlo, poseerlo, alcanzar su fruición. Por ello la tierra es para ella un gran exilio, dura prisión, tormento cruel. Desprecia el mundo y la tierra le disgusta; nada de lo terreno puede deleitarla ni satisfacerla y es gran pena para el alma deber vivir lejos y extranjera en todo lugar. Su exilio no puede olvidarlo, su deseo no la apacigua, su anhelo la atormenta penosamente. Experimenta pasión y martirio, sin medida ni piedad. Siente pues una gran ansiedad por verse liberada de este exilio y descargada de los lazos del cuerpo y repite sin cesar con ardiente corazón las palabras del Apóstol: “Cupio dissolvi et esse cum Christo”, es decir, querría ser desligada y permanecer con Cristo ( Carta a los Filipenses 1,23 ). Así anhela el alma con violento deseo y dolorosa impaciencia ser liberada y permanecer con Cristo, no por hastío de esta vida, ni por temor a las penas por venir, sino que es en virtud de un amor santo, amor eterno, por lo que desea ardiente y vehementemente alcanzar el país de la eternidad, la gloria de la fruición. Su anhelo es tan profundo e intenso, su impaciencia tan dura y pesada, la pena que soporta tan indecible, que el deseo la atormenta. Le es necesario vivir en la esperanza, y esa misma esperanza le lleva a sufrir y penar. ¡Ah, santos deseos de amor, qué fuerza cobráis en un alma amante!, es una pasión bienaventurada, un agudo tormento, un dolor constante, una muerte terrible y una vida muriendo. El alma no puede ni subir allá arriba ni sentirse en paz ni permanecer aquí abajo. No puede soportar pensar en Él de tanto que lo desea y el pensamiento de estar privada de Él le llena de dolor. Por ello debe vivir en gran tormento. Y así [el alma] ni puede ni quiere ser consolada, como dice el Profeta: “Renuit consolari anima mea”, es decir, mi alma rechaza el consuelo ( Salmos, [76]-77, 3 ). Sí, lo rechaza a menudo de Dios mismo y de las criaturas, pues todo consuelo que recibe, sólo hace crecer su amor, la atrae a un estado más alto y renueva su deseo de fruición y hace que le resulte aun más intolerable este exilio. Permanece pues desapaciguada, desconsolada a pesar de los dones que puede recibir, mientras se halla privada de la presencia del Amado. Es vida de arduos trabajos esta en la que el alma rechaza todo consuelo y no admite tregua en su búsqueda. El amor la ha llamado y la ha conducido, le ha mostrado sus caminos en los que ella ha permanecido fielmente en duras penas, pesados trabajos, con ardiente pesadumbre y poderosos deseos, gran paciencia y gran impaciencia, en las dulzuras y dolores y numerosos tormentos, en la búsqueda y en la súplica, en la escasez y la abundancia, en la subida y la suspensión, en la persecución y el seguimiento, en la necesidad y en la inquietud, en la angustia y la preocupación, en la zozobra y en la desolación, en la inmensa fe y a menudo también en grandes dudas. En la alegría o el dolor está dispuesta a cargarlo todo. En la muerte o en la vida quiere entregarse al amor. Soporta en su corazón sufrimientos inmensos y, sólo por amor, quiere alcanzar su región. Cuando ha conocido todo esto, la gloria es su único refugio. Pues ésta es la obra de amor: desear la unión más íntima y el estado más alto, donde más el alma se entrega al amor. [El alma] no cesa pues de buscar el amor, querría conocerlo y gozarlo siempre, pero eso es algo imposible en este exilio, por ello quiere emigrar hacia el país en el que ha cimentado su morada y fijado su deseo, allí donde reposa en el amor. Pues sabe bien que es allí donde cesará todo obstáculo y el Amado la abrazará tiernamente. Contemplará apasionadamente al que tan tiernamente ha amado; poseerá en salvación eterna al que tan fielmente ha servido; gozará en plenitud de aquel que por amor tan a menudo ha abrazado en su alma. Entrará así en la alegría de su Señor, como dice san Agustín: “Qui in te intrat, intrat in gaudium Domini sui et cetera”, es decir, aquel que entra en ti entra en el gozo de su Señor y no temerá más, sino que será bienaventurado en el soberano Bien ( Conf. II, 10,18 , Mt,25,21 ). Entonces el alma se unirá a su esposo y será un solo espíritu con él, en una confianza indisoluble y en un eterno amor. Los que en el tiempo de la gracia lo han practicado gozarán de él en la gloria eterna, donde nada nos ocupará sino la alabanza y el amor. ¡Dios quiera conducirnos allí a todos! Amen.Seven manieren van minne (Neerlandés medio)
Seven manieren van minne
Seuen manieren sijn van minnen die comen vten hoegsten ende werken werder ten ouersten.Die ierste es ene begerte die comt werkende uter minnen.
Si moet lange regneren int herte, eer si al die wedersake wale mach verdriuen, ende si moet met crachte ende met behendicheiden werken ende vromelike toe nemen in dit wesen. Dese maniere es ene begerte die sekerlike compt vter minnen; dat es, dattie goede siele die getrouwelike wilt volgen ende gewaerleke wilt minnen, datsi es getrect in die begerte te vercrigene ende te wesene in die puerheit ende in die vriheit ende in die edelheit, daer si in ghemaket es van haren sceppere na sijn beelde ende na sijn ghelikenesse, dat hart es te minnene ende te huedene. Hier in so begeertsi al hare leuen te leidene ende hier mede te werkene ende te wassene ende te clemmene in meerre hoecheit van minnen ende in naerre kinnesse gods, tote dier volcomenheit daer si toe volmaket es ende gheroepen van gode. Hier na steet si vroech ende spade, ende soe leuert si hare seluen al te male. Ende dit es hare vraginghe ende hare leeringhe ende hare eischinge te gode ende hare peinsinge, hoe si hier toe comen mach ende wie si moghe vercrighen die naheit ter gelijcheit der minnen, in alre sierheit der dogheden ende in alre puerheit der naester edelheit der minnen. Dese siele besuect dicwille erenstelec wat si es, ende watsi wesen soude, ende wat si heeft, ende wat hare begerten ghebrect; ende met al haren nerenste.ende met groter begerten ende met al dier behendicheit datsi mach, so pijnt si hare te huedene ende te scuwene al dat hare commeren mach ende letten te dusgedanen werken. Ende nemmer engherust hare herte noch enghecist van suekene ende van eischene.ende van leerne, ende an hare te treckene ende te behoudene al dat hare helpen mach ende vorderen ter minnen. Dit es die meeste ernst der sielen die hier es gheset ende die hier in moet werken ende seere arbeiden tote dien male datsi met ernste ende met trouwen vercreghen heuet van gode,dasi vorwaert meer sonder lettenisse van verledene met staden moge dienen der minnen met uirer consciencien ende met puren gheest ende claren verstannisse. Dusgedane maniere van begerten van so groter purheit ende edelheit die comt sekerleke uter minnen ende niet van vreesen, want die vreese doet werken ende dogen, doen ende laten, van anxte der abolghen ons heren ende dies ordeels van dien gerechtegen rechtre ofte dier eeweliker wraken ofte der te ganckeleker plagen. Maer die minne es allene werkende ende staende na die purheit ende na die hoecheit ende na die ouerste edelheit, alsi selue es in hare seluen wesende. Ende aldusgedane werc so leert si den ghenen die hars plegen.Dander maniere der minnen.
Selcstont heeft si oec ene ander maniere van minnen; dat es, datsi ondersteet onsen here te dienne te uergeues, allene met minnen, sonder enich waeromme ende sonder eneghen loen van gratien ofte van glorien. Ende also gelijc alse .i. Ionfrouwe die dient haren here van groter minnen ende sonder loen, ende hare dat genuecht datsi heme moge dienen, ende dat hi dat gedoget datsi hem gediene, also begert si met minnen te dienne der minnen sonder mate ende bouen mate ende bouen menschelike sin ende redene met allen dienste van trouwen. Alse hier in es so es si so bernende in der begerten, so gereet in dienste, so licht in arbeide, so sachte in onghemake, so blide in vernoye, ende met allen dien datsi es, so begert si heme lieue te doene. Ende so es hare dat genuechlec, datsi iet vint te doene ende te dogene in der minnen dienste ende in sijn eere.Die derde maniere van minnen.
Andre maniere van minnen heeft die goede ziele op selken tijt, daer vele pinen ende weelicheiden ane geleghet; dat es, datsi begheert der minnen genouch te doene ende te volgene in alre eren ende in allen dienste ende in alre ghehorsamheit ende in alre onderdanicheit der minnen. Dese begerte wert onderwilen seere verstoremt in der zielen, ende so begrijpt si met starker begerten alle dinc te doene ende alle dogen te volgene, al te dogene ende te verdragene, ende al hare werke sonder sparen ende sonder mate in der minnen te volgene. In desen so es si harde ghereet in allen dienste ende willich ende onueruaert in arbeide ende in pinen. Nochtan blijftsi onghenuget in al haren werken. Maer bouen al es hare dat die meeste pine,datsi na hare grote begerte niet genouch encan gedoen der minnen, ende dat hare so vele moet ontbliuen in der minnen. Si weet wale dat dit es bouen menscelec werke ende bouen alle hare macht te doene, want datsi beghert, dat es onmogelike ende onwesenlec allen creaturen;dat es, dat si mochte doene allene also vele alse alle menschen van ertrike ende alse alle die geeste van hemelrike ende al dat creature es bouen ende beneden, ende ontelleke vele meer in dienste ende in minnen ende in eren na die werdicheit der minnen. Ende dats hare oec so vele ontbliuet in den werken, dat wilt si eruullen met geheelen wille ende met starker begerten. Maer dat enmach hare niet genueghen. Si kint wale dat dese begerte te eruulne es verre bouen hare macht ende bouen menschelike redene ende bouen alle sinne. Nochtan encan si hare niet gematen noch bedwingen noch gestillen. Si doet al datsi mach. Si danket ende louet der minnen, si werct ende arbeit om minne, si sucht ende begert die minne, si leuert hare seluen al op ter minnen. Al dit engheuet hare geene raste. Ende dat es hare ene grote pine, datsi dat moet begeren datsi niet enmach vercrigen. Ende hier omme moet si bliuen in die weelicheit van herten ende wonen in der ongenuechten. Ende so es hare alse of si al leuende steruet, ende steruende die pine van der hellen gevuelt. Ende al hare leuen es hellechtich ende ongenade ende ongenuechte van der vreeslecheit der anxteliker begerten dier si niet genouch enmach gedoen, noch oec gestillen noch gesaten. In der pinen moet si bliuen tote dien male datse onse here troest ende set in andre maniere van minnen ende van begerten ende in noch naerre kinnesse te heme. Ende dan moet si werken na dien dat hare wert gegeuen van onsen here.Die vierde maniere van minnen.
Noch pleget onse here ander maniere te gheuene van minnen ende selcstont in groter waelheiden, selcstont in groter welegheiden, daer wi nv af willen. Selcstont gesciet dattie minne sueteleke in der zielen verwecket wert ende blideleke op ersteet, ende datsi hare seluen beruert int herte sonder enich toe doen van menscheliken werken. Ende so wert dan dat herte si morweleke gerenen van minnen, ende so begerleke getrect in minnen, ende soe herteleke beuaen met minnen, ende so starkeleke bedwongen met minnen, ende so liefleke behelst in minnen, datsi altemale verwonnen wert metter minnen. Hier inne ghevuelt si ene grote naheit te gode, ende ene onderstendeleke clarheit, ende ene wonderleke verwentheit, ende ene edele vriheit, ende ene verweende suetheit, ende een groet beduanc van sterker minnen, ende een oueruloedege volheit van groter genouchten. Ende dan ghevuelt si dat al hor sinne sijn geheilicht in der minnen ende hare wille es worden minne, ende datsi so diepe es versonken ende verswolgen int afgront der minnen, ende selue al es worden minne. Die scoenheit der minnen heeftse geten, die cracht der minnen heeftse verteert, die sueticheit der minnen heeftse versonken, die groetheit der minnen heeftse versuolgen, die edelheit der minnen heeftse behelst, die purheit der minnen heeftse ghesiert, ende die hoecheit der minnen heeftse bouen getrect ende in hare geenicht also, datsi altemale der minnen moet wesen ende niet anders dan minnen enmach plegen. Alse aldus hare seluen gevuelt in die oueruloedicheit van waelheit ende in die grote volheit van herten, soe wert hare geest altemale in minnen versinkende.ende hore lichame hare ontsinkende, hare herte versmeltende, ende al hare macht verderuende, ende seere wert si verwonnen met minnen, datsi cumelike hare seluen can gedragenende datsi dicwile ongeweldich wert haerre lede ende al hare sinne. Ende also gelijc alse .i. vat dat vol es, alsment ruret, haesteleke oueruloyt ende vut welt, also wert hi haestelec sere gerenen ende al verwonnen van der groter uolheit hars herten, so datsi dicwile hars ondanx vut moet breken.Die vifte maniere der minnen.
Selcstont gesciet oec dat die minne in der zielen starkeleke verwecket wertende stormeleke op ersteet met groten geruse ende met groter verwoetheit, alse oft si met gewout therte seere breken ende sele trecken vut hare seluen ende bouen hare seluen, in die ufeninghe van minnen ende int gebreken der minnen. Ende stout wertsi oec getrect in die begerte teruulne die grote werke in die pure werke der minnen, ochte terlangene die menichfoudeghe eischinghen van minnen. Ofte si begert te rustene in die suete behelsingen van minnen ende in die begerleke waelheit ende in die genuechlicheit van hebbinghen, so dat hare herte ende hare sinne dit sijn begerende ende erensteleke sukende ende hertelike meinende. Alsi hier in es, so es si so starc in den geeste, ende vele begripende in therte, ende vromeger an dien lichame, ende spoedegher in den werken, ende seere doende van buten ende van binnen, so dat hare seluen dunct dat al werket ende onledich es, dat an hare es.al es si oec al stille van buten. Met desen so gevuelt si so starc tragenisse van binnen ende so grote verhangenheit van minnen, ende vele ongeduricheiden in der begerten ende menegerande wee van groter ongenuechten. Ofte si gehevuelt weelicheit van groten gevuelne der minnen selue, sonder enich waeromme, ofte van dien datsi sonderlinge eischende es met begerten in der minnen, ofte van ongenuechten der onghebrukelicheit van minnen. Ondertusschen so wert minne so onghemate ende so ouerbrekende in der sielen, alse hare seluen so starkeleke ende so verwoedelike bernt int herte, dat hare dunct dat hare herte menichfoudeleke wert seere gewont, ende dat die wonden dagelix veruerschet werden ende verseert in smerteliker weelicheiden ende in nuer iegenwordicheiden. Ende so dunct hare dat hare adren ontpluken,ende hare bloet verwalt, ende hare march verswijnt, ende hare been vercrencken, ende borst verbernt, ende hare kele verdroget, so dat hare anscijn ende al hare lede gevuelen der hitten van binnen ende des orwoeds van minnen. Si gevuelt oec die wile dat een gescutte geet dicwile dor hare herte toter kele ende vort toten hersenen, alse of si hars sins gemissen soude. Ende also gelijc alse .i. verslendende vier dat al in heme trect ende verteert dat uerwerdegen mach, .alsoe ghevuelt si dattie minne uerwoeddelike binnen hare es werkende sonder sparen ende sonder mate, ende al in hare treckende ende terende. Ende hier mede wertsi sere ghequetst ende hare herte sere gecrenct ende al hare macht verderuet, hare siele wert ghevoedt ende hare minne gheuoestert ende hare geest verhangen; want die minne es so hoghe bouen alle begripelicheit, datsi negeene gebrukelicheit van hare enmach vercrigen. Ende van der weelicheide so begertsi selcstont den bant te brekene, niet de enecheit der minnen te scorne. Metten bande der minnen es si so sere beduongen ende metter onmaten der minnen es si al verwonnen, so datsi ne can gehouden mate na redene noch geuefenen redene met sinne noch sparen met maten noch geduren na vroetheit. So hare meer wert gegeuen van bouen, so si meer es eiscende; ende so hare meer wert uertoent, so si meer uerhangen wert in begerten naerre te comene den lichte der warheit ende der purheit ende der edelheit ende der gebrukelicheit der minnen. Ende altoes wert si meer ende meer getenet ende getrect, ende niet genuget no gesadet. Dat selue dat hare meest ganst ende sacht, ende dat hare sleet die wonden, dat geuet hare.allene ghesunde.Die seste minne.
Alse die bruut ons heren vorder es comen.ende hoger geclommen in merren vromen, so geuult si noch andre maniere van minnen in naerren wesene ende in hogeren bekinne. Si geuult dat die minne verwonnen heft al hare wedersaken binnen hare, ende datsi ghebetert heft die gebrekingen ende ghemeestert heft dat wesen, ende hars selfs altemale sonder wederseggen geweldich es worden, also, datsi therte beseten heeft in sekerheiden ende gebruken mach in rasten ende ufenen moet in vriheiden. Alsi hier in es, soe dunct hare alle dinc wesen clene, ende licht te doene ende te latene, te dogene ende te verdragene, dat behort ter werdicheit der minnen. Ende so es hare sachte hare seluen te ufene in der minnen. Dan so geuult si ene godeleke mogentheit, ende ene clare purheit, ende ene geestelike sutheit, ende ene begerlike vriheit, ende ene onderstedege wijsheit, ende ene sachte effenheit te gode. Ende dan es si gelijc ere husurouwen die hare husce wale heeft begert ende wiseleke besceden ende scone gheordineert ende vorsienlike bescermt ende vroedelike behoedt ende met onderscede werct: ende si doet in ende si doet ute ende si doet ende laet na haren wille. Also gelijc met derre sielen, so es die minne binnen hare geweldelike regnerende ende mogendeleke werkende ende rustende, doende ende latende van buten en de binnen.na haren wille. Ende also gelijc als die visch die swimmet in die wijtheit van der vloet ende rast in die diepheit, ende als die vogel die vlieget in die gerumheit ende in die hoegheit van der locht, also gelijc geuult si haren geest vrieleke wandelende in die diepheit ende in die gerumheit ende in die hoecheit der minnen. Die geweldicheit der minnen heeft die ziele gerect ende geleidt, behuet ende besceremt, ende si heeft hare gegeuen die vroetheit ende die wijsheit, die suetheit ende die starcheit der minnen. Nochtan heftsi hare geweldicheit der zielen uerborgen tote dies male datsi in meerre hoecheit es geclommen ende datsi altemale hars selfs es worden vri ende dattie minne geweldeleker regneert binnen hare. Dan maectse minne so coene ende so vri, datsi en ontsiet noch menschen, noch viant, noch ingel, noch heilegen, noch gode selue, in al haren doene ofte latene, in werkene ofte in rastene. Ende si ghevuelt wale dattie minne es binnen hare alsoe wacker ende also sere werkende in der rasten des lichamen alse in vele werken. Si kent wale ende geuult dattie minne niet engheleget in arbeide noch in pinen in die ghene daer si in regneert. Maer alle die willen comen ter minnen, si moetense sueken met vreesen ende na volgen met trouwen ende ufenen met begerten, ende si ne mogent in sparen in groten arbeide ende in vele pinen ende in onghemake te dogene. Ende alle clene dinc moetensi achten groet tote dien male dat si daer toe comen dattie minne binnen hare regnere, die geweldelike wert der minnen weert, ende die alle dinc clene maket ende alle arbeide sachte, ende alle pine versutet, ende alle scout quijt. Dit es vriheit der conscientien, ende sutheit des herten, ende goetheit der sinne, ende edelheit der sielen, ende hoecheit des geests, ende beginsel des eweliken leuens. Dit es itoe hier een ingelec leuen, ende hier na volght dat ewelec leuen, dat god omme sine goetheit moete ons allen gheuen.Die.vij. maniere der minnen.
Noch heuet die salege ziele ene maniere van hoger minnen die hare niet luttel geuet van binnen; dat es datsi es getrect bouen menschelicheit in minnen ende bouen mensceliken sin ende redene ende bouen alle die werke ons herten, ende allene es getrect met eweliker minnen in die ewelicheit der minnen, ende in die onbegripelike wijsheit ende die ongerusleke hoecheit, ende in die diepe afgronde der godheit, die es al in alle dinc, ende die onbegripelec bliuet bouen alle dinc, ende die es onwandelec al wesende, al mogende, al begripende, ende al geweldeleke werkende. Hier in es si so moruleke gesonken in minnen ende so sterkeleke getrect in begerten, dat hare herte es sere douende ende ongedurich van binnen, hare ziele vloiende ende doiende van minnen, hare geest uerwoeddelike uerhangen van sterker begerten. Ende hier toe trecken al hare sinne, datsi wilt wesen int gebruken der minnen. Dit eischet si erensteleke te gode ende dit suct si hertelike van gode, ende dit moetsi sere begeren. Want minne enlaetse noch gecissen noch geresten noch in vreden wesen. Minne trectse bouen ende si heltse neder, si versuecse saen ende si queltse weder, si geeft die doot ende brinct dat leuen, si geeft gesunde ende wont dat weder. Si maecse dul ende vroet daer weder. Aldus trect si in hoger wesen. Aldus es si geclommen met geeste bouen den tijt in die ewelicheit der minnen die es sonder tijt, ende si es herheuen bouen menscelike maniere in minnen ende bouen hars selfs nature, in begerten daer bouen te wesene. Dat es hare wesen ende har wille, hare begerte ende hare minne, in die sekere waerheit ende in die pure clarheit, ende in die edele hoecheit.ende in die verwende scoenheit, ende in die suete geselscap van den ouersten geeste die al vloien van oueruloedeger minnen, die sijn int clare bekinnen ende int hebben ende int gebruken hare minnen. Die wile es daer bouen onder die geeste hare begerleke wandelinge, ende meest onder die bernende seraphine. In die grote godheit ende in die hoge drieuuldicheit es hare liefleke rustinge ende hare genuechleke woninge. Si suctene in sire maiesteit, si volget heme daer ende sieten ane met herten ende met geeste, si kintene, si mintene, si begertene so seere, datsi ne can geachten noch heilegen noch menschen noch ingle noch creaturen, dan met gemeenre minnen in heme daer si al mede mint. Ende heme allene heft si vercoren in minnen bouen al ende onder al ende binnen al. Met al der begerlicheit hars herten ende met al der cracht hars geests so begertsi heme te siene ende te hebbene ende te gebrukene. Hieromme es hare ertrike een groet ellende .ende .i. starc geuancnisse ende .i. sware quale. Die werelt uersmaetsi, erderike uerwasset hare, ende datten ertrike behort dat encan hore noch gesuten noch genughen. Ende dat es hare .i. grote pine, datsi so verre moet wesen ende so uremde scinen. Hare ellende enmach si niet vergeten, hare begerte enmach niet gestillet werden, hare uerlancnisse queltse iammerlike, ende hier mede wertsi gepassijt ende getorment bouen mate ende sonder genade. Hier omme es si in groet verlancnisse ende in starke begerte ute desen ellende te werdene verledecht ende van desen lichame ontbonden te sine. Ende so segtsie die wile met sereleken herten, alse die apostelen dede, die seide: “Cupio dissolvi et esse cum Christo”. Dat es: „Ic begere ontbonden te sine ende te wesene met kerste“. Also gelijc es die siele in starke begerten ende in weeleker ongeduricheit uerledicht te werdene ende met kerste te leuene. Niet van uerdriete des iegenwordichs tijts noch van ureesen des toecomens vernoys, maer allene van heiliger minnen ende van eweliker minnen so begertsi niedeleke ende doientleke ende sere verlancleke te comene in dat lantscap der ewelicheit ende in die glorie der gebrukelicheit. Die uerlancnisse es in hare groet ende starc, ende hare ongheduren es swaer ende hart, ende hare pine es ontelleke groet, die si van begerten doget. Nochtan moet si in hopen leuen, ende hope doetse haken ende quellen. Ay heilige begerte der minnen, wie staerc es uwe cracht in der minnen der sielen het es ene salige passie ende .i. scarp torment.ende ene uerlangen quale ende ene mordeleke doet ende steruende leuen. Dar bouen encansi noch niet comen, hier neder enmachsi noch geresten noch geduren, ende om heme te pensene encansi van verlancnessen niet gedragen, ende sijns tonberne gheeft hare van begerten die quale, ende aldus so moet si leuen met groten ongemake. Hier omme eist, datsi noch enmach noch enwilt getroest werden.als die prophete seget: “Renuit consolari anima mea”. Dat es: „mijn ziele ontsegt getroest te sine“. Also ontsegt si allen troest dicwile van gode selue ende van sinen creaturen. Want alle die rasten die hare daer af mogen gescien, dat sterket meer hare minne ende trecket hare begerte in een hoger wesen, ende dat uernuwet hare verlancnisse der minne te plegene ende int gebruken der minnen te wesene ende sonder genuechte in ellenden te leuene. Ende so bliuet si ongesadet ende ongecosteghet in allen ghiften, om datsi noch daruen moet der iegenwordicheit hare minnen. Dit es .i. harde arbeidelec leuen, want si niet getroestet hier enwilt werden, si enhebbe vercreghen datsi suect so ongehermegleke. Minne heftse getrect ende geleidet ende geleret hare wege, ende daer heft si geuolget getrouwelike, dicwile in groten arbeit ende in vele werken, in groter uerlamenissen ende in starker begerten, in menich ongeduren ende in groter ongenuchten, in wee ende in wale.ende in meneghe quale, in sukene ende in eischene ende in deruene ende in hebbene, in climmene ende in hangene, in volgene ende in na langene, in node ende in commere, in doiene ende in uerderuene. In grote trouwe ende in vele ontrouwen, in lief ende in leet so es si in dogene gereet. In doet ende in leuen wilt si der minnen plegen, ende int gevoelen hars herten, dogetsi meneghe smerte, ende om der minnen wille so begertsi dat lantscap te gewinne. Ende alsi hare al in dit elende heft besocht, so es in glorien al hare toe ulocht. Want dar es recht der minnen werc, datsi dat naeste wesen begert, ende datsi meest uolcht den naesten wesene daer si der minnen meest in macht plegen. Hier omme wiltsi altoes der minnen uolghen, minne bekinnen ende minne gebruken. Ende dat enmach hare in dit ellende niet gescien. Daeromme wiltsi te lande wert tiden, daer si hare woninge in heft gesticht, ende daer si met minnen ende met begerten in rest. Daer wert alre lettenisse afgedaen, ende si wert daer liefleke van lieue ontfaen. Daer salsi niedeleke anesien datsi so morwelike heft gemint, ende si salne hebben te haren euweliken vromen, diensi so getrouwelike heft gedient. Ende si sal sijns gebruken met volre genuchten, dien si dicke in hare siele met minnen heft behelset. Ende daer sal si gaen in die bliscap hars heren, also als sinte Augustijn seget: “Qui in te intrat, intrat in gaudium Domini sui et cetera”. Dat es: „o here die in gheet in di hi geet in die bliscap sijns heren“. Ende hine sal heme niet ontsien; maer hi sal hem hebben alre best in den alre besten. Daer wert die siele geenicht met haren brudegome ende wert al een geest met heme in onscedeliker trouwen ende in eweliker minnen. Ende die hem geufent heft in den tijt der gratien, die sal sijns gebruken in eweliker glorien, daermen niet anders ensal plegen daer dan louen ende minnen. Daer moete god ons allen toe bringhen. Amen.
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