Una de las consecuencias del imperialismo cultural será la injusticia social. Las injusticias son debidas a que vivimos en un contexto social que no es neutral porque el imperialismo cultural provoca que ciertos grupos dentro de una sociedad sean estereotipados y marginados. Esta injusticia social se manifiesta como opresión y dominación. En su estudio de la sociedad estadounidense actual las formas más claras de dominación son el racismo y el sexismo, dos tipos de injusticia social referentes a la condición de grupo. La represión y dominación cultural se manifiestan también en la marginación de las minorías del debate público y en su despolitización.

La superación del imperialismo cultural y de las injusticias sociales exigen para Young una revolución cultural. La revolución cultural aspira a un cambio global en la sociedad. Para que pueda hablarse de revolución cultural, los nuevos hábitos sociales tienen que ser incorporados individuo por individuo, cambiando en último término el conjunto de la sociedad. Para Young esta revolución tiene que ser progresiva, no puede esperarse que de un día para otro la gente piense y actúe diferente.