En los principios de la justicia, concretamente en el principio de la diferencia, Rawls considera que las partes que intervienen en el pacto originario acordarían que solamente deben permitirse aquellas desigualdades sociales y económicas que benefician a los menos favorecidos socialmente. Esto hace pensar que Rawls entiende que las personas no se merecen sus cualidades, poniendo el acento en una separación entre las personas y sus aptitudes, su carácter, y las capacidades y cualidades naturales. Hay una separación entre el yo y lo que éste posee. No obstante, la concepción del individuo de Rawls no justifica de modo correcto el principio de la diferencia, ya que los dones que no son poseídos o merecidos por los individuos pueden serlo para la sociedad. Ello implicaría un concepto de sujeto diferente, porque su identidad como individuo estaría en parte constituída por su vinculación a la comunidad. Para Sandel, esto supondría recurrir a una concepción intersubjetiva de yo y a una concepción constitutiva de la comunidad que Rawls se ha comprometido formalmente a rechazar.