Europa.
Dentro de Europa podemos establecer tres zonas diferenciadas en lo que se refiere al tratamiento legislativo de las diferentes formas de eutanasia, el homicidio consentido o el suicidio asistido.
La Europa del Norte, donde no están legalizados pero sus códigos penales castigan con penas leves el homicidio consentido, la eutanasia activa y la asistencia al suicidio.
La Europa Central, no existe homogeneidad, mientras en algunos países como Alemania, Austria, donde después de la Segunda Guerra Mundial el tema era especialmente espinoso, y no es hasta los años 80 cuando se ha producido un importante debate social, tanto el homicidio consentido, la eutanasia activa y la asistencia al suicidio siguen estando considerados como delitos, pero se castigan con penas leves, en otros son legales determinadas formas, en Suiza el suicidio asistido o en Bélgica y Holanda la eutanasia activa, bajo determinadas circunstancias.
La Europa del sur, la presencia de la Iglesia católica es muy poderosa, lo que hace que en estos países la legalización de la eutanasia activa se vea muy lejana. En Francia está considerada como homicidio o asesinato, en Italia se establecen penas muy graves para estos delitos.
En toda Europa, desde los años setenta en que aparecieron los primeros debates públicos sobre la eutanasia y sus diferentes variantes, se han producido importantes avances en el reconocimiento de los derechos humanos y la dignidad de los enfermos terminales y moribundos, ya se ha reconocido el derecho del enfermo a rechazar los tratamientos extraordinarios y a exigir la aplicación de los cuidados paliativos pertinentes que posibiliten una muerte menos traumática y más digna.