Países anglosajones.
En estos países en un primer momento no se contempló la necesidad de legalizar la eutanasia pasiva, puesto que ésta se consideraba como la manifestación de la libertad que tiene el enfermo a rechazar cualquier tipo de tratamiento "stopping treatment". El problema se planteaba en los casos en que los enfermos son incapaces de manifestar su voluntad ya sea por naturaleza o bien por encontrarse inconscientes. En este supuesto y en esas sociedades es donde apareció por primera vez la figura de la "living wills" (últimas voluntades).
Es en el reconocimiento del derecho a la Eutanasia activa y al Suicidio médicamente asistido donde se han producido intensos debates sociales que han llevado a las diferentes situaciones jurídicas que hay en la actualidad.