Muerte Paliativa.
En la actualidad, asistimos a la denominada "muerte paliativa", donde los cuidados finales al enfermo deben estar dirigidos hacia: el control de los síntomas (dolor), una información veraz y un apoyo emocional. Frente a la consideración de la muerte como el fracaso de una medicina centrada en curar enfermedades y la actitud de resignación y abandono con que la tecnología aborda a los enfermos terminales, reflejada en la expresión "ya no hay nada que hacer", surgió en Gran Bretaña a finales de los años 70 el movimiento "Hospice" de ayuda a los enfermos desahuciados, cuyo espíritu se recoge en la frase: "Si podéis curar, curad; si no curáis, calmad y si no podéis calmar, consolad".
Los Cuidados Paliativos son un tipo especial de cuidados diseñados para proporcionar bienestar o confort y soporte a los pacientes y sus familias en las fases finales de una enfermedad terminal. Procuran conseguir que los pacientes en los días que les resten estén conscientes y libres de dolor, con los síntomas bajo control, de tal modo que estos últimos días puedan discurrir con dignidad, en su casa o en un lugar lo más parecido posible, rodeados de la gente que les quiere. Los Cuidados Paliativos ni aceleran ni detienen el proceso de morir, solamente intentan estar presentes y aportar los necesarios conocimientos médicos y psicológicos, y el soporte emocional y espiritual durante la fase terminal en un entorno que incluye el hogar, la familia y los amigos.
La medicina paliativa es la mejor forma de atender al enfermo terminal, pero no es la panacea. El proceso de morir será más llevadero con la ayuda de un equipo que palie el sufrimiento. Muchos enfermos que piensan en la eutanasia dejarán de hacerlo mientras tengan alivio con cuidados paliativos, pero éstos nunca serán la alternativa a la eutanasia, porque siempre habrá enfermos que no deseen seguir padeciendo un sufrimiento que consideran insoportable y, en el ejercicio de su libertad, demanden voluntariamente ayuda para morir con dignidad.
Desde que en España apareció la primera Unidad de Cuidados Paliativos en 1987, se han creado más de 200 unidades de curas paliativas, que atienden a algo más del 26% de los enfermos terminales. La distribución es muy desigual por todo el Estado, destacando Cataluña y Canarias con programas con cobertura del 60 al 90%.
Si solo un tercio de las personas muere de forma inesperada, y el resto sufre un deterioro progresivo de la salud, para los que, en la mayoría de los casos, la medicina puede predecir la muerte, no se entiende como la medicina paliativa sigue sin estar al alcance de todos los enfermos y familias que la necesitan.