La ciudadanía en Roma.


La ciudadanía romana nace bajo la influencia griega, pero la especificidad propia de su cultura y de su historia da lugar a una concepción totalmente diferente.

Inicialmente Roma es un pequeño territorio que practica una política de continua extensión territorial, primero por toda la península itálica y posteriormente por casi toda Europa. De la importancia de conquistar continuamente nuevos territorios deriva el ideal romano de ciudadano: el civis et miles.

La gran extensión del Imperio Romano hace impracticable el ideal griego de ciudadanía activa, pero al mismo tiempo necesita de unos mecanismos que permitan controlar y contentar a la numerosa y variada población que se encuentra bajo influencia romana. Esto se consigue mediante la extensión de una ciudadanía sin implicaciones políticas, es la ciudadanía pasiva.


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