COMPETENCIA INTERESPECÍFICA |
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Tanto
en lo que se refiere a los recursos alimentarios como a los lugares de
nidificación, los competidores más directos del águila-azor perdicera
son otras rapaces como el halcón peregrino (Falco
peregrinus), el buho real (Bubo
bubo) y sobre todo el águila real (Aquila
chrysaetos). El azor (Accipiter
gentilis) presenta también una dieta similar a la del águila-azor
perdicera pero ocupa un ambiente de nidificación diferente. En cambio,
el buitre (Gyps fulvus) no compite con las águilas por el alimento pero sí
por los lugares de nidificación. También son frecuentes las peleas
territoriales con otras especies como el cuervo (Corvus
corax) y el cernícalo (Falco
tinnunculus). Si
bien la competencia con otras especies de rapaces no explica por sí
sola la disminución generalizada de las poblaciones de águila-azor
perdicera, en determinados casos sí que puede tener un cierto efecto a
la hora de dificultar la reocupación de territorios abandonados. Por
este motivo es importante evitar las actuaciones humanas que favorecen
que las águilas acaben de abandonar sus territorios. La mejor solución para evitar que la competencia interespecífica afecte al águila-azor perdicera es mantener poblaciones saludables del predador en cuestión. Ello se consigue reduciendo la mortalidad y conservando hábitats ricos en presas.
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