El miedo a la oscuridad, también conocido como nictofobia, escotofobia, acluofobia, ligofobia o mictofibia es un tipo de fobia específica. Dicha fobia viene generada por una percepción anticipatoria distorsionada de los que nos podría pasar al encontrarnos inmersos en un entorno oscuro. En la mayoría de ocasiones este miedo no va dirigido directamente al factor de la oscuridad, sino que es provocada por todos aquellas riesgos que imaginamos que están presentes en mismo lugar que nosotros, pero que la oscuridad nos impide ver y, por lo tanto, anticipar. El miedo a la oscuridad se considera normal entre los 2 y los 7 años. Como muchos otros miedos típicos de la edad, va desapareciendo de forma progresiva.
La nictofobia es una reacción natural de los humanos, ya que no estamos preparados para
ver bien en un entorno de oscuridad, donde siempre hemos tenido una importante
desventaja delante de los depredadores nocturnos. Es por esta razón que se atribuye una
relación de causa-efecto al miedo a la oscuridad como producto del proceso evolutivo.