Apolònia.
Más conocida por Lònia. Mallorquina. Trabajó con su amiga Jerónima en Palma para la Agencia Marí, realizando informes confidenciales y comerciales. Lleva diez años en Barcelona, primero estudiando y trabajando como vigilante de seguridad en unos grandes almacenes. Hace cinco años abrió su propia agencia de investigaciones y contrató a Quim como ayudante. Su nombre (Lònia) es significativo dentro del contexto feminista español de los 80. A través de ella, la escritora reivindica una identidad no sólo femenina, sino también cultural, lingüística y política (del pueblo catalán).
Lònia es una detective fuerte y decidida, pero también es una mujer vulnerable. Es solidaria con otras mujeres que sufren diferentes formas de violencia por parte del hombre, pero se resiste a adoptar un rol materno con estos sujetos femeninos. No es militante feminista pero defiende los derechos y las libertades de la mujer a ultranza. Lònia sabe hacer bien su trabajo. Se deja llevar por la intuición, recurre a todas las medidas necesarias para acceder a la información (se hace pasar por periodista y no duda en pedirles ayuda a sus contactos masculinos haciéndoles falsas promesas). Tiene sus excentricidades, como coleccionar lápices de labios para celebrar sus triunfos y aliviar sus penas ante los fracasos. No usa pistola, pero domina las artes marciales. Rechaza la violencia gratuita y sólo pelea cuando en defensa propia.