Nuevo informe de IPBES: Las especies exóticas invasoras plantean importantes amenazas mundiales para la naturaleza, las economías, la seguridad alimentaria y la salud humana
Los costos anuales superan ya los 423 000 millones de dólares y han cuadruplicado cada década desde 1970.
El Informe aporta pruebas, herramientas y opciones para ayudar a los gobiernos a alcanzar el nuevo y ambicioso objetivo mundial en materia de especies exóticasinvasoras.
La grave amenaza mundial que suponen las especies exóticas invasoras está infravalorada, subestimada y es, con frecuencia, ignorada. Según un nuevo e importante informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), muchas actividades humanas han introducido más de 37000 especies exóticas en regiones y biomas de todo el mundo. Esta estimación es prudente y crece, en la actualidad, a un ritmo sin precedentes. Más de 3500 de ellas son especies exóticas invasoras nocivas, que amenazan gravemente a la naturaleza, a las contribuciones de la naturaleza a las personas y a la buena calidad de vida. Las especies exóticas invasoras, a menudo ignoradas hasta que es demasiado tarde, constituyen un reto importante para la población de todas las regiones y países.
El Informe de la evaluación sobre las especies exóticas invasoras y su control, aprobado el sábado pasado en Bonn (Alemania) por representantes de los 143 Estados miembros de la IPBES, concluye que, en 2019, aparte de los cambios drásticos en la biodiversidad y los ecosistemas, el costo económico mundial de las especies exóticas invasoras superó los 423000 millones de dólares anuales, y que los costos se han cuadruplicado, al menos cada década, desde 1970.
«Las especies exóticas invasoras suponen una grave amenaza para la biodiversidad y pueden causar daños irreversibles en la naturaleza, incluida la extinción de especies a escala local y mundial, además de amenazar el bienestar humano», afirmó la catedrática Helen Roy (Reino Unido), copresidenta de la Evaluación junto con los catedráticos Aníbal Pauchard (Chile) y Peter Stoett (Canadá).
Los autores y las autoras del informe destacan que no todas las especies exóticas se convierten en invasoras: las especies exóticas invasoras son el subconjunto de especies exóticas, de las que hay constancia que se han establecido y propagado, y que provocan impactos negativos en la naturaleza y, a menudo, también en las personas. Se sabe que alrededor del 6% de las plantas exóticas, el 22% de los invertebrados exóticos, el 14% de los vertebrados exóticos y el 11% de los microbios exóticos son invasores, lo que representa riesgos importantes para la naturaleza y las personas. Las personas con mayor dependencia directa de la naturaleza, como los pueblos indígenas y las comunidades locales, corren un riesgo incluso aún mayor. Más de 2300 especies exóticas invasoras se encuentran en tierras que están bajo la custodia y cuidado de pueblos indígenas, lo cual supone una amenaza para su calidad de vida e incluso su identidad cultural.
Aunque históricamente muchas especies exóticas se introdujeron a propósito debido a sus beneficios percibidos para el ser humano, el informe de la IPBES concluye que los impactos negativos de las especies que se convierten en invasoras para la naturaleza y las personas son enormes. «Las especies exóticas invasoras han sido un factor determinante en el 60% y el único impulsor del 16 % de las extinciones mundiales de animales y plantas que hemos registrado, y al menos 218 especies exóticas invasoras han sido responsables de más de 1200 extinciones locales. De hecho, el85% de los efectos de las invasiones biológicas sobre las especies autóctonas son negativos», señala el catedrático Pauchard. Ejemplos de estos impactos son las formas en las que los castores norteamericanos (Castor canadensis) y las ostras del Pacífico (Magallana gigas) cambian los ecosistemas transformando así los hábitats, lo que conlleva, frecuentemente, graves consecuencias para las especies autóctonas.Casi el 80% de los impactos documentados de las especies exóticas invasoras sobre las contribuciones de la naturaleza a las personas son también negativos, especialmente a través del daño a los suministros de alimentos. Un ejemplo de ello podría ser el impacto del cangrejo verde europeo (Carcinus maenas) sobre los bancos comerciales de marisco en Nueva Inglaterra y el daño provocado por el mejillón de agua dulce (Mytilopsis sallei) en los recursos pesqueros de importancia local en la India.
Del mismo modo, el 85% de los impactos documentados afectan de forma negativa a la calidad de vida de las personas, por ejemplo, mediante impactos en la salud, con enfermedades como la malaria, la fiebre del Zika o del Nilo Occidental, propagadas por especies exóticas invasoras de mosquitos como las de los géneros Aedes albopictus y Aedes aegyptii. Las especies exóticas invasoras también perjudican los medios de subsistencia. Por ejemplo, en el lago Victoria la pesca ha descendido debido al agotamiento de la tilapia, como resultado de la propagación del jacinto de agua (Pontederia crassipes), que es la especie exótica invasora terrestre más extendida del mundo. La lantana (Lantana camara), un arbusto, y la rata común (Rattus rattus) son la segunda y tercera especies más extendidas en el mundo, con repercusiones de gran alcance sobre las personas y la naturaleza.
«Sería un grave error considerar las invasiones biológicas únicamente como un problema ajeno", afirmó el profesor Pauchard. «Si bien las especies que infligen daños difieren de un lugar a otro, estamos hablando de riesgos y desafíos con raíces globales, pero impactos muy locales. Y se tratade impactos a los que se enfrentan personas de todos los países, de todos los orígenes y en todas las comunidades: incluso la Antártida se está viendo afectada".
El informe muestra que el 34% de los impactos de las invasiones biológicas se registraron en América, el 31% en Europa y Asia Central, el 25% en Asia y el Pacífico y alrededor del 7% en África. La mayoría de los impactos negativos se han registrado en el medio terrestre (alrededor del75%), especialmente en bosques, zonas arboladas y zonas cultivadas, y un número mucho menoren hábitats de agua dulce (14%) y marinos (10%). Las especies exóticas invasoras resultan más dañinas en las islas, donde el número de plantas exóticas supera ya al de plantas autóctonas en más del 25% de todas las islas.
«La futura amenaza de las especies exóticas invasoras es preocupante», afirmó la catedrática Helen Roy. «Desde 1970, se ha detectado el 37% de las 37000 especies exóticas conocidas en la actualidad, principalmente a causa del aumento de los niveles de comercio mundial y de los viajes humanos. En condiciones "normales", prevemos que el número total de especies exóticas continuará aumentando de este modo».
«Pero es muy poco probable que todo siga como hasta ahora», continúa la profesora Roy. «Con la previsión de que empeoren los principales factores de cambio, es probable que el aumento de las especies exóticas invasoras y sus efectos negativos sea mucho mayor. Además, también es probable que la aceleración de la economía mundial, la intensificación y expansión de los cambios en el uso de la tierra y del mar, así como los cambios demográficos, provoquen un aumento de las especies exóticas invasoras en todo el mundo. Incluso sin la introducción de nuevas especies exóticas, las especies exóticas ya establecidas continuarán ampliando sus áreas de distribución y se extenderán a nuevos países y regiones. El cambio climático empeorará todavía más la situación». El informe destaca que es probable que las interacciones entre las especies exóticas invasoras y otros factores de cambio agraven sus efectos. Por ejemplo, las plantas exóticas invasoras pueden interactuar con el cambio climático, lo que provoca incendios más intensos y frecuentes, como algunos de los devastadores incendios forestales que han tenido lugar recientemente en todo el mundo, los cuales han liberado aún más dióxido de carbono a la atmósfera.
Los expertos y las expertas de la IPBES señalan que, en general, las medidas adoptadas para hacer frente a estos retos son insuficientes. Si bien el 80% de los países cuentan con objetivos relacionados con la gestión de las especies exóticas invasoras en sus planes nacionales de biodiversidad, únicamente el 17% dispone de leyes o normativas que abordan específicamente estas cuestiones. Esto también hace que aumente el riesgo de especies exóticas invasoras para los Estados vecinos. El informe revela que el 45% de los países no invierte en la gestión de invasiones biológicas.
En un plano más positivo, el informe destaca que las futuras invasiones biológicas, las especies exóticas invasoras y sus repercusiones pueden evitarse a través de una gestión eficaz y enfoques más integrados. «La buena noticia es que, para prácticamente todos los contextos y situaciones, existen herramientas de gestión, opciones de gobernanza y acciones específicas que verdaderamente funcionan», afirmó el catedrático Aníbal Pauchard. «La prevención es, sin duda alguna, la mejor opción y la más rentable, pero la erradicación, la contención y el control también son eficaces en contextos específicos. La restauración de ecosistemas también puede mejorar los resultados de las acciones de gestión y puede incrementar la resistencia de los ecosistemas de cara a especies exóticas invasoras futuras. De hecho, la gestión de las especies exóticas invasoras puede contribuir a mitigar los efectos negativos de otros impulsores de cambio".
El informe considera que las medidas de prevención como la bioseguridad fronteriza y los controles estrictos de las importaciones han funcionado en muchas ocasiones, como los éxitos logrados en Australasia en la reducción de la propagación de la chinche apestosa (Halyomorpha halys). La preparación, la detección temprana y la respuesta rápida han demostrado ser eficaces para reducirlas tasas de establecimiento de especies exóticas, y son particularmente importantes para los sistemas marinos y de aguas conectadas. En el informe se destaca el programa PlantwisePlus, que apoya a los pequeños agricultores de África, Asia y América Latina, como un excelente ejemplo de la importancia de las estrategias generales de vigilancia para detectar nuevas especies exóticas.
La erradicación ha resultado eficaz y rentable para algunas especies exóticas invasoras, especialmente cuando sus poblaciones son pequeñas y de propagación lenta, en ecosistemas aislados como las islas. Algunos ejemplos de ello son la Polinesia Francesa, donde se ha logrado erradicar la rata común (Rattus rattus) y el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus). El informe indica que la erradicación de plantas exóticas es más complicada, debido a que las semillas pueden permanecer latentes en el suelo durante mucho tiempo. Los autores y las autoras añaden que el éxito de los programas de erradicación depende, entre otros elementos, del apoyo y el compromiso de las partes interesadas, de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
Cuando la erradicación no es posible por diferentes motivos, con frecuencia las especies exóticas invasoras pueden contener y controlarse, sobre todo en sistemas terrestres y de aguas cerradas, así como en la acuicultura. Un ejemplo es la contención de la invasión de la patata de mar (Styelaclava) en mejillones azules de acuicultura en Canadá. La contención puede ser física, química o biológica, aunque la idoneidad y eficacia de cada opción depende del contexto local. El uso del control biológico de plantas e invertebrados exóticos invasores, como la introducción del hongo roya (Puccinia spegazzinii) para controlar la vid amarga (Mikania micrantha) en la región de Asia-Pacífico, ha resultado efectivo, con éxito en más del 60% de los casos conocidos.
«Uno de los mensajes más importantes del informe es que es posible lograr avances ambiciosos en la lucha contra las especies exóticas invasoras», afirmó el catedrático Stoett. «Lo que se necesita es un planteamiento integrado específico para cada contexto, entre diferentes países y dentro de un mismo país, así como entre los distintos sectores implicados en la provisión de bioseguridad, incluidos el comercio y el transporte; la salud humana y vegetal; el desarrollo económico y otros. Esto tendrá beneficios de gran alcance para la naturaleza y las personas». En el informe se incluyen, las siguientes opciones, entre otras: la consideración de políticas y códigos de conducta coherentes entre sectores y escalas; el compromiso y la dotación de recursos; la concienciación y participación pública, a través de campañas de divulgación científica ciudadana como las que promueven «comprobar, limpiar y secar»; sistemas de información abiertos e interoperables; abordar las lagunas de conocimiento (los autores y las autoras identifican más de 40 áreas en las que se necesita investigación); así como una gobernanza inclusiva y justa.
«La inmediatez de la crisis de las especies exóticas invasoras, cuyos daños para la naturaleza y las personas son amplios y crecientes, hace que este informe resulte tan valioso y oportuno», afirmó la Dra. Anne Larigauderie, secretaria ejecutiva de la IPBES. «Los Gobiernos del mundo acordaron, en diciembre del año pasado, como parte del nuevo Marco mundial Kunming-Montreal de la diversidad biológica, disminuir la introducción y el establecimiento de especies exóticas invasoras prioritarias en al menos un 50% para 2030. Se trata de un compromiso vital, pero también muy ambicioso. El Informe sobre las especies exóticas invasoras de la IPBES proporciona las pruebas, herramientas y opciones para ayudar a que este compromiso resulte más factible».
Fuente: The IPBES Media Team
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