Investigadores de la Universidad de Barcelona desarrollan una solución natural basada en antioxidantes para alargar la vida útil de las frutas de hueso
Más del 25% de la fruta producida y cosechada no se consume debido a su rápido deterioro y a la pérdida de calidad sufrida en la cadena de distribución. Uno de los tipos de frutas que más sufren esta situación son las frutas de hueso del género Prunus, como cerezas o ciruelas. Investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) han desarrollado una solución basada en antioxidantes que permite controlar el deterioro de estas frutas, aumentando hasta cinco días su vida post-cosecha a temperatura ambiente. El proyecto RIPLESS, liderado por el catedrático de la Facultad de Biología de la UB, Sergi Munné-Bosch, ha recibido una ayuda Producto del programa Industria del Conocimiento de la Generalidad de Cataluña de 150.000 euros para validar en condiciones reales esta prometedora innovación.
«Se trata de una alternativa innovadora con un triple impacto, ya que su aplicación garantiza el máximo aprovechamiento de los recursos naturales, proporciona alimentos nutritivos y seguros a la sociedad y reduce las pérdidas económicas derivadas del desperdicio alimentario», explica el catedrático, que también es miembro del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) y el Instituto de Investigación en Nutrición y Seguridad Alimentaria (INSA) de la UB.
Mejor conservación sin refrigeración
Las principales razones de los consumidores para descartar las frutas de hueso son la pérdida de calidad organoléptica y de firmeza, que también contribuye a aumentar la incidencia de patógenos. Además, en frutas como las cerezas, las técnicas tradicionales de conservación como la refrigeración reducen considerablemente su sabor y no evitan completamente la incidencia de estos microorganismos.
Ante este reto, la solución desarrollada por la UB se basa en una formulación de aceite en agua de antioxidantes que puede controlar la vida útil post-cosecha de estas frutas sin modificar las propiedades de calidad más valoradas por los consumidores, como el sabor, y al mismo tiempo, mantener su firmeza y reducir la incidencia de patógenos.
Además, el nuevo producto no requiere equipos específicos para su aplicación y puede utilizarse a lo largo de la cadena de distribución porque es compatible con los sistemas actuales de clasificación de frutas, que permiten reducir las operaciones manuales. En este sentido, también podría ser muy útil para la distribución nacional e internacional, especialmente en los casos en los que la refrigeración es difícil de implementar, como por ejemplo en los mercados nacionales donde el coste del transporte refrigerado lo hace poco rentable.
Reduce un 40% la incidencia de patógenos
El nuevo producto ha sido validado a escala de laboratorio, gracias a una ayuda de la modalidad Semilla del mismo programa de la Generalidad de Cataluña. En esta fase previa, los investigadores probaron diversas formulaciones y métodos de aplicación, hasta que identificaron una solución que aumentaba la vida postcosecha de cerezas y ciruelas hasta cinco y ocho días, respectivamente, reduciendo hasta un 40% la incidencia de patógenos, sin utilizar ningún sistema de refrigeración. En estos estudios también se obtuvieron mejores resultados que con otros productos similares disponibles en el mercado, puesto que la nueva tecnología es capaz de conservar mejor la firmeza de la fruta.
El nuevo proyecto, con número de expediente 2023 PROD 00013, permitirá acercar la tecnología al mercado, testándolo en condiciones reales y con más cantidades y variedades de frutas de hueso. Estas ayudas del programa Industria del Conocimiento de la Generalidad están destinadas a la obtención de prototipos ya la valorización y transferencia de los resultados de investigación generada por equipos de investigación de Cataluña.
Fuente: FBG