Mantén la distancia de seguridad adecuada, cuida tu salud sexual
Las Universidades de la REUPS se sumaron el pasado 1 de diciembre a la conmemoración del día de la lucha contra el VIH-Sida.
Como cada año, las Universidades de la REUPS se sumaron el pasado 1 de diciembre a la conmemoración del día de la lucha contra el VIH-Sida; un problema de salud pública que, según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), afecta a más de 38 millones de personas. Este año dicho esfuerzo cobra una mayor importancia, si tenemos en cuenta que entre las repercusiones del COVID se encuentra la dificultad que muchas personas, a nivel global, han tenido para acceder a los sistemas de detección precoz y a los tratamientos adecuados.
A nivel estatal, según el Centro Nacional de Epidemiología, más de un 80% de las nuevas infecciones se relacionan con la vía de transmisión sexual y un 47,6% de los nuevos casos presentaron un diagnóstico tardío.
En cuanto a la población universitaria, estudios recientes informan de cómo todavía existe un porcentaje importante que realiza conductas de riesgo. Por ejemplo, solamente el 36,4% utiliza el preservativo de manera sistemática en relaciones esporádicas, un 25,7% en relaciones con parejas estables y un 25,2% cuando sus relaciones sexuales se producen tras consumir alcohol u otras sustancias. Además, si bien las mujeres informan mayor temor y probabilidad percibida de infectarse por VIH, no existen diferencias en cuanto a la realización de la conducta preventiva, y tampoco en cuanto a la intención de usar medidas preventivas en sus próximas relaciones sexuales. En el caso de la pareja estable, dicha intención se ubica en un 69,5% y en la pareja esporádica asciende hasta el 92,9%. Respecto a la realización de las pruebas de detección de anticuerpos, solamente un 50% conoce dónde realizarlas y un 20% la existencia del periodo ventana. Además, solamente el 5% reconoce habérselas hecho de manera expresa.
Teniendo en cuenta lo anterior, se observa como hoy más que nunca, el abordaje de la epidemia debe centrarse, como mínimo, en prevenir las conductas sexuales de riesgo, aumentar la detección precoz, garantizar el acceso a los tratamientos y eliminar cualquier forma de discriminación asociada al VIH-Sida.