La era digital ha entrado con fuerza en el campo profesional y el sector de la industria cultural a menudo no ha reaccionado tan rápido. La adaptación de las instituciones culturales a las nuevas tecnologías es un proceso que tiene que ver con muchos factores: la organización de trabajo, los modelos de distribución, de difusión y de comercialización, la comunicación y es una clara forma de replantear los productos y servicios culturales. Cualquier proyecto cultural se puede beneficiar, de una forma u otra, de las posibilidades que ofrecen las tecnologías si se tiene claro el objetivo a alcanzar.