La intervención de la política y la administración pública en el ámbito cultural ha evolucionado, poco a poco, hacia una mayor confianza en la libre gestión de proyectos privados. Es por ello que desde el ámbito público no tan sólo se destinan esfuerzos a que los proyectos puedan llegar a los públicos sino también se ayuda, desde un inicio, a la producción y creación de proyectos culturales. Paralelamente, esto ha venido acompañado de una mayor colaboración entre los gestores culturales de los ámbitos público y privado.