Bloque 4
Acompañar. Elementos relacionales. Claves metodológicas que articulan un hacer participativo con la infancia
Introducción
En este cuarto bloque nos centraremos en ofrecer tanto claves como dinámicas para que los distintos equipos técnicos, y aquellos otros agentes que se consideren, nos cuestionemos en conjunto nuestras formas de acompañar, conozcamos nuestro potencial y habilidades y reflexionemos colectivamente acerca de nuestras capacidades y la posibilidad municipal de acompañar los haceres participativos de las infancias.

Objetivos
Entendemos que para participar debemos generar un buen entorno y clima participativo; para ello, tenemos que conocer cómo interaccionan, se relacionan y sienten los chicos y chicas del grupo, pero también nuestros compañeros y compañeras.
Tenemos el desafío de llegar a cuantos más departamentos y espacios posibles y, para ello, es necesario conocer qué retos nos supone considerar la participación en el hacer diario, así como nuestras expectativas y motivaciones.
Para desarrollar un buen acompañamiento colectivo y municipal a las infancias, debemos de conocernos.
Siendo imprescindible este objetivo para el correcto desarrollo de las prácticas participativas. Defendemos el acompañamiento a la participación como un reto colectivo que aúna diferentes personas, saberes y trayectorias.
Por ello, uno de los objetivos de este bloque es establecer las bases para generar un espacio de trabajo entre iguales desde el buen trato que permita a todo el mundo expresarse y trabajar desde la tranquilidad.
Si bien la participación de las infancias es un tema que ocupa –y preocupa– a la Administración o las instituciones, estas están integradas por profesionales. Personas con potencialidades, saberes y habilidades.
Así pues, uno de los objetivos se enfoca a poder sacar el máximo provecho a esta diversidad de quien integramos este grupo y que en algún u otro momento nos relacionaremos o incidiremos en la participación de las infancias.
Sin inclusión la participación se desdibuja y muta hacia otras formas alejadas de la máxima democrática. ¿Nos hemos cuestionado qué capacidades y oportunidades para acompañar dicha diversidad ponemos en acción?
Tanto si la respuesta es positiva como si no, entendemos que reflexionar sobre la inclusión desde el acompañamiento nos permitirá conocer y articular diferentes acciones para que las infancias de nuestros grupos se sientan más y mejor acogidas en el entramado participativo.
Estos cuatro grandes objetivos se entrelazan entre sí, y al mismo tiempo pueden trabajarse de forma específica.
La finalidad de esta propuesta es reflexionar sobre el acompañamiento que, tanto individual como colectivamente, estamos ofreciendo a las infancias con la voluntad de avanzar.

En adelante, se ofrece un breve marco de referencia con algunas claves que invitan a la reflexión. Seguidamente, encontraréis cuatro propuestas de dinámicas, una enfocada a cada objetivo de los propuestos y expuestos en este bloque y, finalmente, una propuesta de evaluación que bebe de las claves y se reafirma en las dinámicas y que nos permitirá, de nuevo, retomar la línea reflexiva-crítica en nuestro acompañar.
Claves para acompañar a las infancias y su participación








Acompañar desde el conocimiento y respeto de la cultura de la infancia y sus modos de actuación.
La participación es posible dentro de unas coordenadas culturales de significados compartidos y accesibles colectivamente, que orientan nuestro pensar y actuar. De esta forma, el conocimiento y respeto de la cultura de la infancia y sus modos de actuación, singulares y distintivos, es fundamental para garantizar un acompañamiento que funcione como escolta y que asuma la legitimidad de las formas de actuar, pensar y decidir de los chicos y las chicas.
Esto incluye entender que las formas culturales están sujetas al cambio y que podemos revisar los marcos adultocéntricos desde los que usualmente pensamos el mundo y desde los que proyectamos los espacios y prácticas participativas, promoviendo una observación y escucha que nos permite aprender de la infancia.
Realizar un acompañamiento centrado en el grupo/persona, más que en la actividad.
Supone un cuestionamiento de nuestra cultura profesional, muy centrada en el hacer, en favor de una mayor atención al ser y el estar. Cómo cuidamos los espacios, los tiempos, los encuentros, las acogidas, las despedidas, las relaciones que establecemos y que promovemos, es clave en el acompañamiento.
El tiempo que dediquemos a hacer grupo, a conocernos, a generar relaciones de confianza y aprecio, favorecer la comunicación y cooperación, no es un tiempo perdido. Es un tiempo ganado que proveerá al grupo de competencias y habilidades para alcanzar sus metas. En esta línea, destacan las metodologías socioafectivas y experienciales, el arte y el juego.
Generar dinámicas de buen trato.
Nos referimos no solo a evitar situaciones de maltrato o actuar ante ellas –lo cual también es muy importante–, sino también a la atención de las necesidades personales, emocionales y relacionales que tenemos todas las personas, necesidad de:
- Vínculos y pertenencia.
- Sentirse parte del grupo o la comunidad.
- Aceptación y de refuerzo.
- Ser importante para las otras personas y que tu voz sea tomada en cuenta.
- Estimulación y experimentación, cuidando que los espacios generados permitan asumir nuevos retos, aprender y desarrollarse.
- Valores referentes y compartidos, que sean guía en esa cultura del buen trato y en la acción conjunta.
Regulando la intensidad en el acompañamiento.
La participación de la infancia exige un proceso de aprendizaje, nuestro acompañamiento debe promover las capacidades de autonomía, autogestión y liderazgo, no castrar dichas necesidades. Si se hace, no es acompañamiento. El grado de apoyo al grupo va de más a menos, del cuidado y un cierto dirigismo en el inicio, a la búsqueda de la autonomía en las últimas fases.
Es un logro cuando los procesos de acompañamiento a la infancia derivan en experiencias de asociacionismo y autogestión. De hecho, resulta interesante manejar la idea del acompañamiento como rol que puede ser aprendido y transferido en el medio plazo a los chicos y chicas para fomentar en ellos la idea de metaparticipación, mostrando que el apoyo adulto no es un requisito indispensable sino contingente en la exploración de una ciudadanía activa y participativa.
Validando y visibilizando los avances del grupo.
En la trayectoria de un grupo de participación pueden darse diferentes momentos en los que, como acompañantes de su participación, debemos rendir cuentas. Tanto hacia ellos y ellas como hacia otros cargos y profesionales de la Administración, municipio o entidad en la que se esté produciendo dicho proceso.
En estos espacios, y aunque se dé el caso de que los chicos y chicas no estén presentes, también debemos actuar desde la responsabilidad y comunicar de forma clara y transparente las necesidades, acuerdos y decisiones del grupo. Esto implica validar y visibilizar los avances que ocurren fruto de su trabajo y, por supuesto, siempre que sea posible, debemos velar por que sean los propios chicos y chicas quienes, estando presentes, puedan responder ante estos encuentros.
La posibilidad de promover una cultura comunitaria de acompañamiento.
Se trata de potenciar espacios de vida en los que la infancia puede desarrollarse con autonomía, porque se sabe cuidada y acompañada por la comunidad. Un ejemplo son las iniciativas de Caminos escolares seguros, las más exitosas son aquellas que han buscado implicar a la comunidad en este acompañamiento. En este caso, en su concepción más literal de “acompañar en el camino a casa”, pero con la garantía de autonomía, en el reconocimiento de que su bienestar importa, en el desarrollo de vínculos sociales, en la garantía de su derecho al juego libre.
Se trata de volver a hacer tribu, y sentir esa responsabilidad compartida comunitariamente.
La praxis del acompañamiento es dinámica entre la reflexión y la acción.
Acompañar la participación de las infancias desde una mirada capacitante y emancipadora debe darse en continua reflexión, individual y colectiva, sobre el propio papel ante las infancias y sobre el proceso que desarrollamos.
Una reflexión a la que debemos invitar a otras personas. Pese a que quizás quienes estamos leyendo esto seamos los más presentes ante el grupo de participación, todos los demás agentes que intervienen o interfieren directa o indirectamente con el grupo también deberían disponer de espacios propios para la reflexión de su ser, hacer y pensar con las infancias, así como de espacios para poner en común dicha visión y poder trazar las estrategias que se consideren oportunas para avanzar hacia el acompañamiento deseado.
¡Pasemos a la acción!
Esta actividad se dirige a las y los profesionales.
Objetivo
Conocer a los demás miembros del grupo, así como sus expectativas, deseos y motivaciones con la participación de las infancias.
Sirve para…
Fomentar el diálogo y el conocimiento intergrupal, explorando las opiniones y percepciones de los y las integrantes, favoreciendo un acompañamiento informado que intente avanzar hacia el respeto democrático basado en la aceptación de las opiniones de todas las personas, así como dar a conocer la imagen proyectada al grupo por cada individuo.
Descripción
Esta estrategia se desarrolla en tres fases, con una duración aproximada de 1 hora. Se realiza un cuestionario de unas 10-15 preguntas. Cada persona contesta el cuestionario como si fuera su compañero/a, tratando de imaginar sus opiniones y concepciones.
Una vez completados los cuestionarios, estos servirán como base para intentar adivinar a quién se refiere cada uno de ellos. Una vez conocida la persona a la que se refiere el cuestionario, esta completará y/o modificará aquellos aspectos que no se ajustan a sus opiniones o posiciones.

Pasos que se deben seguir
Recursos materiales y espacio
Esta dinámica es adaptable a espacios diversos, desde una sala de reuniones a espacios más polivalentes.
Como material necesitamos: tarjetas con el nombre de cada persona del grupo, una copia por persona del cuestionario con las preguntas (elaborado previamente) y bolígrafos.
Recomendaciones
Adaptación a NNA
El número de preguntas y su profundidad condicionará la duración de la actividad. Por ello, se aconseja adaptar su redacción y contenido para permitir, en la medida de lo posible, un grado de autonomía alto en la realización de la actividad, así como dinamismo para lograr que la actividad fomente la participación.
Esta actividad se dirige a las y los profesionales.
Objetivo
Asentar las bases para una comunicación cómoda y de buen trato entre iguales.
Sirve para…
Implicarnos en espacios participativos. Necesitamos sentir que esos espacios son seguros, de buen trato, que me van a permitir “ser”, en mi autenticidad, sin sentirme amenazado/a; y que voy a encontrar en ellos una fuente de satisfacción.
Todas las personas tenemos necesidades afectivas y relacionales, pero no todas somos iguales a la hora de percibir qué precisamos para verlas satisfechas.
Cuando generamos un espacio de trabajo compartido, es importante que las personas podamos expresar qué esperamos de ese espacio o grupo. Esta es una dinámica interesante para trabajar tanto con grupos de niños y niñas, como con el equipo profesional, y cobra aún mayor potencial en grupos mixtos, intergeneracionales, pues más allá de llegar a acuerdos sobre lo que esperamos de ese espacio, ayuda a la población adulta a comprender la mirada infantil, y viceversa.
Descripción
Se trata de definir colectivamente qué consideramos que es un espacio de buen trato, a partir de lo que cada persona indica que necesita para sentirse cuidada, y qué ofrece para cuidar el espacio y el grupo.
Esta estrategia consta de tres momentos o fases:
- La reflexión individual.
- La construcción colectiva.
- El compartir.
Toda la estrategia debe estar orientada a la toma final de acuerdos. La duración aproximada es de 1 hora.

Pasos que se deben seguir
Previamente, es importante haber desarrollado alguna dinámica dirigida para que las personas se conozcan entre sí, en caso de no conocerse ya. Es también interesante que se haya identificado el interés u objetivo del grupo, aquello que las une, ya que esto permitirá enfocar qué precisan de este espacio.
Recursos materiales y espacio
Esta dinámica es adaptable a espacios diversos, desde una sala de reuniones a espacios más polivalentes.
Como material necesitamos: tarjetas de tres colores, asegurando que cada persona del grupo tenga una de cada color, papel y bolígrafos. De ser posible, es interesante contar con un papelógrafo grande o una pizarra para organizar las ideas.
Recomendaciones
Adaptación a NNA
La misma dinámica sin necesidad de plantear demasiados cambios es transferible a grupos de chicos y chicas. Siendo, además, recomendable el posible trabajo conjunto junto a ellos y ellas. Ya sea desde la realización conjunta de la actividad como desde la posterior puesta en común de ambos grupos. Esto dependerá de la comodidad sentida de cada grupo para el desarrollo de esta dinámica y las posibilidades de conciliación horaria entre infancias y personas adultas.
Esta actividad se dirige a las y los profesionales.
Objetivo
Indagar en las fortalezas, limitaciones y posibilidades que tenemos como municipio y que se ponen en juego al acompañar el hacer participativo de las infancias.
Sirve para…
Reflexionar sobre el municipio acompañante de la participación. Todas las personas tenemos diferentes saberes, herramientas y emociones que se manifiestan y articulamos, consciente o inconscientemente, cuando acompañamos un proceso participativo. Del mismo modo, a escala municipal y como equipo, también. Somos la suma de las habilidades, saberes y herramientas que cada una de las personas aportamos además de los nuevos elementos que emergen en la unidad.
Se trata, entonces, de identificar y conocer aquellos elementos que como municipio hacemos valer y, aquellos que por el contrario, nos juegan a la contra cuando acompañamos la participación de chicos y chicas en el municipio.
Descripción
Esta estrategia consta de dos momentos claramente diferenciados, con una duración aproximada de 1 hora.
Inicialmente, partiremos de una creación en conjunto y dialogada que pretende encajar las diferentes miradas presentes sobre el municipio como agente acompañante. Trataremos de identificar elementos a escala municipal que facilitan o dificultan la participación de las infancias.
Luego, la última parte de la actividad la dedicaremos a reflexionar y construir sobre esta identificación previa.

Pasos que se deben seguir
Recursos materiales y espacio
Esta dinámica exige un espacio con mesas que nos permita el trabajo en pequeño grupo.
Necesitamos material de artes plásticas: una base sobre la que realizar nuestro diseño (hojas de papel, cartulinas) y materiales diversos para elaborar nuestras creaciones. Puede ser desde rotuladores o lápices de colores, a otro tipo de materiales que nos permitan incorporar diferentes técnicas, como el collage (tijeras, pegamento, revistas, materiales de diferentes texturas, etc.). Es importante ser coherentes con una ética de sostenibilidad ambiental, emplear materiales reutilizables o de la naturaleza y evitar el desperdicio de recursos.
Recomendaciones
Adaptación a NNA
Esta dinámica puede llevarse también al trabajo con la infancia. En este caso, podemos centrar el análisis a través del arte en su participación en el órgano municipal o en el rol de representante que desempeñan.
Otra adaptación es realizarla conjuntamente, en grupos mixtos conformados por las infancias, el personal técnico del municipio y/u otros agentes implicados. En la primera parte se mantendría el trabajo individual, por separado, pero el dibujo del municipio se realizaría conjuntamente, integrando y contrastando las diferentes voces, tanto de personas acompañantes adultas como de los protagonistas de la participación, NNA.
Esta actividad se dirige a las y los profesionales.
Objetivo
Pensar y ampliar oportunidades sobre el acompañamiento participativo a las diferentes diversidades presentes en nuestro municipio.
Sirve para…
Cuando hablamos de acompañamiento en procesos de participación infantil. Debemos tener en cuenta que las infancias son diversas. Si queremos avanzar en espacios de participación inclusivos, no es suficiente con abrirlos a la participación de todos/as, porque está probado que, sin una mirada atenta a los ejes de desigualdad, esos espacios terminarán siendo homogéneos, integrados por NNA que ya acostumbran a participar.
De no adoptar el enfoque de la inclusión, correremos el riesgo de que aquellas infancias más vulnerables, debido a factores como el nivel socioeconómico, la diversidad funcional, la procedencia, la etnia, la edad, el género, la diversidad sexual, el territorio o las condiciones de vida singulares, queden fuera de esos espacios, reduciendo sus oportunidades educativas, acrecentando la desigualdad social y perdiendo su mirada a la hora de avanzar hacia comunidades más inclusivas y acogedoras de la diferencia.
Esta propuesta se orienta a que el equipo técnico analice las dinámicas sociales que se puedan dar en nuestro municipio y que puedan limitar el acceso a estos espacios de determinados niños y niñas, buscando estrategias para afrontarlas. Del mismo modo, nos permite identificar claves metodológicas en el acompañamiento en estos espacios de cara a conseguir una participación de alta calidad y en igualdad de condiciones para todos los niños, niñas y adolescentes.
Descripción
Se trata de definir colectivamente qué ejes de desigualdad están afectando a nuestra comunidad –especialmente a la infancia–, para poder encontrar y activar mecanismos para hacerles frente.
Esta estrategia se sustenta en una dinámica de construcción de conocimiento colaborativa que busca potenciar la inteligencia colectiva, con una duración aproximada de 1 hora y media.

Pasos que se deben seguir
Como paso inicial, tomaremos como referencia alguna de las múltiples categorizaciones de factores de desigualdad. Una de las posibilidades es partir del enfoque de interseccionalidad en el que se concreta una serie de ejes de privilegio y opresión que condicionan las oportunidades de vida y el acceso a derechos en nuestras sociedades. Esta propuesta nos ofrece, adaptado a la infancia, el análisis en función de:
- Género (niño/niña; normativo/no normativo).
- Procedencia (infancia migrante; rural/urbano; centro/periferia).
- Diversidad cultural y étnica (cultura hegemónica/no hegemónica; variables que dificulten el sentirse atraídos por espacios de participación proyectados desde la cultura mayoritaria).
- Rendimiento académico (alumnado con mejor rendimiento/alumnado con experiencia de “fracaso escolar” o con necesidades educativas especiales; riesgo de que se seleccione para funciones de representación al alumnado con mejor rendimiento).
- Diversidad funcional (funcionalidad normativa/discapacidad; barreras existentes).
- Edad (dificultad para llegar o mantener la participación en ciertas franjas de edades; menor peso de la voz de las infancias más jóvenes en los espacios de participación, etc.).
- Clase social y condiciones de vida y familiares (situación normalizada/en vulnerabilidad; factores de incidencia).
- Otras: idioma, religión, sexualidad, etc.
Recursos materiales y espacio
Para esta dinámica necesitamos un espacio con mesas que nos permita el trabajo en pequeño grupo. Como materiales, deberemos tener tantas fichas de sistematización impresas como dimensiones que seleccione el grupo, así como bolígrafos.
La propuesta de tiempo en este caso es orientativa, dado que depende en gran medida de las dimensiones que queramos analizar, así como del número de personas integrantes del equipo de trabajo implicado en el análisis.
Se recomienda que los subgrupos de trabajos se configuren de forma diversa (departamento o concejalía a la que se vincula como profesional, edad, género, otros agentes, etc.), ya que esto refuerza la inteligencia colectiva.
Recomendaciones
Recursos para ampliar
Es interesante la lectura de la obra de Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan (2009) Los buenos tratos a la infancia, concretamente su capítulo 4, centrado en las necesidades infantiles de buen trato, que podemos hacer extensibles también a la población adulta.
Barudy J, Dantagnan M. Los Buenos tratos a la infancia: parentalidad, apego y resiliencia. Barcelona: Gedisa; 2005.
García E, Fusté A, Balaguer G, Ruiz J, Arcos M. Ejercicios de autoconocimiento y empatía. Barcelona: Universidad de Barcelona; 2019. Disponible en: https://diposit.ub.edu/dspace/handle/2445/131862.
Coll-Planas G, Solà-Morales R. Guía para incorporar la interseccionalidad en las políticas locales. Terrassa: Ajuntament de Terrassa; 2019. Disponible en: https://igualtatsconnect.cat/wp-content/uploads/2019/09/Publicacion-Igualtats-Connect-ES.pdf.
Mateos-Blanco T, Barba-Núñez M, Noguera-Pigiem E, Laforgue-Bullido N, Buxarrais-Estrada R, Gil-Jaurena I. Participación inclusiva de niños, niñas y adolescentes: visiones y retos municipales. En Novella AM, Sabariego M (coords.). Participación de la infancia. Oportunidades para avanzar como comunidad. Barcelona: Graó; 2023. Páginas 113-122.
Morentín‐Encina J, Noguera-Pigem E, Barba-Núñez M. Inclusion as a Value in Participation: Children’s Councils in Spain. Social Inclusion. 2022; 10(2):54-65. Disponible en: https://doi.org/10.17645/si.v10i1.4924.
Claves para seguir pensando
Se propone establecer una evaluación abierta que permita realizar un acompañamiento consciente y dirigido a fomentar la autonomía participativa de las infancias.
Para ello se propone una serie de indicadores descriptivos con los que poder aproximarnos a una valoración dinámica del acompañamiento de los procesos participativos:
Conocer y poner en común los significados compartidos de las culturas del grupo, incluyendo las formas comunicativas, participativas, los ritmos, las preocupaciones y preferencias con el ocio, la cultura y otros temas relevantes.
Entender y crear espacios que cubran las necesidades de buen trato y den seguridad a la participación de las infancias, identificando diversos elementos que puedan ser disruptivos o sean percibidos como negativos en relación con este.
Observar la implicación participativa desde el punto de vista de las capacidades y limitaciones autopercibidas por niños y niñas.
Comprender el acompañamiento como un proceso que tiene como objetivo desarrollar la autonomía de las infancias, entendiéndola como un proceso progresivo del que hay que tomar conciencia.
Establecer formas de acompañamiento que sean inclusivas ante la diversidad, mediante la reflexión en el diseño y la implementación, buscando adoptar aquellas que favorecen ser integradas con naturalidad por personas en riesgo de exclusión.
Organizar celebraciones colectivas que permitan visualizar los logros compartidos, así como establecer unos vínculos de cooperación duraderos y significativos.
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