Un estudio reciente liderado por las investigadoras Montserrat Crespi-Vallbona y Cristina López-Villanueva analiza la resistencia ciudadana al proceso de turistificación en dos barrios de la ciudad: la Barceloneta y Hostafrancs.
La turistificación transforma la vida urbana de muchas ciudades que son destinos turísticos, lo que conlleva cambios en los usos y valores del mercado inmobiliario y provoca el desplazamiento de los sectores más vulnerables de la población. El objetivo de esta investigación, publicada en Current Issues in Tourism, es analizar las estrategias de los ciudadanos para enfrentar este proceso de transformación, considerando que la tradición asociativa y de protesta en los barrios puede atenuar la intensidad y los efectos de la turistificación.
El estudio busca comprender cómo los residentes locales y los grupos comunitarios gestionan y mitigan los efectos de la turistificación, un proceso que convierte áreas urbanas en zonas centradas en el turismo, lo que a menudo conduce al desplazamiento de la población y cambios en los valores de las propiedades locales. A través de entrevistas en profundidad y datos sobre alojamiento turístico y precios de la vivienda residencial, la investigación examina si la tradición histórica de activismo comunitario y cooperación en estos barrios puede reducir la intensidad de estos impactos.
Los hallazgos clave indican que la Barceloneta y Hostafrancs han demostrado resiliencia frente a la turistificación, en gran parte gracias a los esfuerzos proactivos de las asociaciones y cooperativas locales, así como a algunas medidas de apoyo por parte del gobierno local. Estos barrios han logrado preservar sus identidades únicas y mitigar algunos de los efectos negativos del aumento del turismo.
En la Barceloneta, un área históricamente muy turística, y en Hostafrancs, en los márgenes de las zonas turísticas, el estudio destaca diferentes manifestaciones de resiliencia. En la Barceloneta, los residentes han sido activos en la preservación de la cultura local y en la prevención de desplazamientos excesivos, mientras que Hostafrancs se ha centrado en mantener la vivienda asequible y en apoyar a los negocios locales frente a las crecientes presiones del turismo.
La investigación subraya el papel crucial de las acciones colectivas de los ciudadanos para contrarrestar los efectos adversos de la turistificación. Estas acciones incluyen la organización de protestas, la defensa de mejores políticas locales y el fomento de un fuerte espíritu comunitario para salvaguardar la integridad del barrio. El estudio concluye que, si bien el turismo puede impulsar el desarrollo económico, es esencial equilibrar estos beneficios con las necesidades y derechos de los residentes locales.
Los hallazgos contribuyen a los debates más amplios sobre la transformación urbana y la necesidad de prácticas de turismo sostenible que respeten y preserven el carácter de las comunidades locales.