Sirera tiene un plan: optimismo y moderación para sumar votos

Lea Beliaeva Bander

Daniel Sirera, el candidato del Partido Popular para las próximas elecciones municipales de Barcelona, nunca ha visto un alcalde de su partido dirigir la capital catalana. “Si mandaron a una persona a la luna, ¿por qué no puede ganar el PP las elecciones en Barcelona?”, pregunta retóricamente el candidato. Aunque el sueño es alcanzar la vara de alcalde en cuatro años, la versión de “ganar las elecciones” esta vez para Sirera sería duplicar la cantidad de concejales en el Ayuntamiento y pasar de dos a cuatro. Bajo el lema ‘Barcelona Sensata’, el alcaldable por el PP pretende abarcar los votantes de la centroderecha para poder recuperar la Barcelona de 1992. Para Sirera, una versión de ciudad más cosmopolita, abierta y atractiva que la de Ada Colau.

El candidato se define como “moderado” y sus ideales son clásicos conservadores: bajar los impuestos, destituir el independentismo, privatizar partes del sector público y acabar con algunas políticas sociales. En este último punto no entra en detalle y se justifica: “Todavía estamos haciendo el programa electoral”. Lo que sí queda claro es que no está en sus planes pactar ni con Ada Colau ni con algunos de los partidos independentistas, aunque no descarta pactar con Trias. Del mismo modo, deja una puerta abierta a otras colaboraciones que el candidato explica a viva voz: “Pactar con el PSC podría ser mejor que con VOX”. Y justifica, “ahora gobernamos con VOX [en Castilla y León], porque no nos quedó otra opción”. A la vista, Sirera rebosa cercanía con una mirada atenta a la persona con quien habla, y alterna entre castellano-catalán según el interlocutor. Al mismo tiempo, su comportamiento es el de un político habituado a hacer campaña electoral y nunca pierde una buena oportunidad de foto para sus redes sociales. Las mejores fotos las cuelga en Instagram, donde documenta tanto detalles de su vida personal como sus trayectos por los barrios de Barcelona y los encuentros con los vecinos. “Me gusta hablar con la gente. Si soy alcalde no estaré encerrado en la oficina todo el día, estaré con la gente escuchando”, explica con una sonrisa. Twitter es otra red social de la que hace uso. Sus más de 10.000 publicaciones están dedicadas a mensajes políticos,  que frecuentemente atacan a sus oponentes.

A pesar de no gozar del mismo renombre que otros candidatos como Ernest Maragall de ERC o Xavier Trias de Junts, a Sirera no le falta experiencia política. Ha sido militante y presidente en Nuevas Generaciones, la sección juvenil del Partido Popular. Y en los años 90 ha pasado por el Parlament como diputado y por el Ayuntamiento como concejal, previo a presidir el Partido Popular de Catalunya en 2007. “Cuando aceptó la candidatura para la alcaldía, nos hizo mucha ilusión en el partido, porque Dani nos representa”, recuerda Víctor Martí de Villasante, cuarto de la lista electoral y amigo de Sirera. “La gente tiene una idea equivocada de lo que es el PP y con Dani podemos mostrar que somos un partido moderado”, explica Martí. Un argumento congruente con el giro que ha querido dar Alberto Núñez Feijóo desde que ha asumido la presidencia del partido. 

Antes de ser elegido a dedo por Feijóo para ser el candidato a la alcaldía, llevaba un año siendo jefe del gabinete del Partido Popular Valenciano. “En Valencia tenía estabilidad, pero decidí volver a Barcelona y luchar, aunque sabía que iba a ser difícil”, explica Sirera y continúa: “Si hubiera permanecido en Valencia, siempre me habría preguntado: ‘Y si lo hubiese hecho, ¿habría ganado?’”. Según las encuestas elaboradas a principios de abril, el candidato obtendría tres concejales en las elecciones municipales de mayo, resultados similares a los del año 2019. Si el plan de Daniel Sirera es conducir al PP a la alcaldía de Barcelona, como la NASA llevó al hombre a la luna, deberá cuestionarse cómo su optimismo y moderación sumará más barceloneses a su causa.