El efecto Trias

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Xavier Trias se distancia del independentismo para ganar votos con la base Convergente.

Xavier Trias presenta su lista electoral. Foto: Montse Gironès.

Lea Beliaeva Bander

La dimisión de Elsa Artadi de Junts per Catalunya “por motivos personales” en 2022 marcó una nueva oportunidad de ganar las municipales en 2023 para el partido. Según las encuestas internas del partido justo después de su nominación, Artadi no tenía el ‘je ne sais quoi’ político para animar a los votantes. En cambio, su candidatura a las próximas elecciones habría resultado en alrededor de cinco concejales como en 2019, lo cual  efectivamente, estaría lejos de expulsar a Ada Colau del Ayuntamiento. Casi un año después, en enero de 2023, los sondeos favorecían a Junts con un pronóstico de once concejales y en buena posición para la alcaldía. La respuesta a la pregunta de qué provocó este salto es Xavier Trias, ex alcalde barcelonés de Convergencia durante los años 2011-2015. Trias se unió a Junts después de haber abandonado al Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT) para reanimar la base y reconducir el partido hacia una victoria electoral, pero sin las siglas de Junts y con una marca propia: ‘Trias per Barcelona’. El efecto Trias había nacido. 

“La campaña de Trias intenta hacer lo que hicieron los socialistas en las autonómicas de febrero de 2021 que fue provocar un efecto”, explica Gabriel Colomé, politólogo de la Universitat Autònoma de Barcelona, en referencia a que Miquel Iceta cedió su posición a Salvador Illa como candidato de PSC en diciembre de 2020. Como resultado, PSC animó a los votantes y logró casi doblar el número de escaños de la Generalitat dos meses después. Contrariamente a la bomba socialista que cayó tiempo antes de las elecciones, Junts ha apostado por empezar la campaña electoral con la candidatura sorpresa de Trias, seis meses antes de las elecciones.

El peligro de empezar una precampaña tan larga con una sorpresa es que el tiempo puede jugar, muchas veces, en contra del candidato y es difícil mantener animados a los votantes. “Tiene que haber esperado hasta unas seis semanas antes de las elecciones,” advierte Colomé y elabora: “Van a pasar cosas que no controlas y tienes que hablar y defender tu posición”. Una de estas cosas ha sido la prevista sentencia de Laura Borràs, símbolo de la lucha independentista. El candidato no ha acompañado a Borràs al juicio, ni a la sentencia o comparecencias. Neus Munté, la número dos en la lista de Trias, ha asegurado una y otra vez que Borràs y el alcaldable “mantienen una relación amistosa en privado”. 

Folleto de la campaña ‘Trias per Barcelona‘. Foto: Montse Gironès

Ya en 2022, cuando Trias lanzó su candidatura, dejó claro que no formaba parte del núcleo independentista, sino que era convergente. “Tenía la obligación de no pasarme todo el día hablando de la independencia. Esto no va de secesión sí o no, va de ciudad”, explicó el candidato en una entrevista con Rac1. Y como candidato convergente ‘per Barcelona’, ha intentado difuminar la marca independentista de Junts. El objetivo es juntar las diferentes familias de la centroderecha nacionalista catalana, desde PDeCAT y Demòcrates hasta los junts más moderados. Como un intento de recuperar el espacio histórico del entonces Convergència y crear un frente común ‘anticolauista’. Y, este frente, está en congruencia y continuación con el Junts de Elsa Artadi, crítica de la alcaldesa.

El distanciamiento del independentismo de Laura Borràs y Carles Puigdemont, puede tener consecuencias negativas para Trias. La eurodiputada Clara Ponsatí expresó el pasado marzo: “las candidaturas que se presentan no ofrecen un proyecto que me ilusione”. Sin embargo, los votantes más esencialistas representan, según Colomé, sólo un 4% del electorado de Junts, por lo tanto, no es el grupo más importante de ganar. “La estrategia de Junts ahora es conseguir un buen resultado en Barcelona, porque Barcelona fija un poco la temperatura del resto de Catalunya”, explica el politólogo. 

Xavier Trias con los candidatos de su lista. Foto: Montse Gironès.

El problema de la campaña tan personal de Trias es que, posiblemente, los otros candidatos guarden las armas duras para cuando empiece la recta final de la campaña. Esconder las siglas de Junts y distanciarse del independentismo para crear una casa común nacionalista difícilmente le perjudicará tanto como su propio pasado como alcalde y como convergente. Con la gran cantidad de privatizaciones durante su época, el escándalo de corrupción de su teniente de alcaldía en urbanismo, Antoni Vives, o las acusaciones de esconder dinero en el extranjero, los otros candidatos podrían tener arsenal. Aun así, hasta ahora el efecto Trias ha conseguido que Junts forme parte de la pelea por la alcaldía. De cinco concejales en 2019 a poder posicionarse como el líder del ‘anticolauismo’ con unos diez u once concejales previstos, el 28 de mayo se sabrá si el efecto Trias conseguirá seguir los pasos de la estrategia socialista y ser alcalde por segunda vez.

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