El aumento de la biodiversidad en las ciudades no es sólo un indicador de bienestar medioambiental, sinó que también aporta beneficios socioculturales como la reducción de niveles de estrés y la creación de espacios educativos.
RORY ELLIOTT ARMSTRONG
Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), Barcelona es un ejemplo a seguir en cuanto a ciudades sostenibles. El plan del gobierno de Ada Colau, la actual alcaldesa de la ciudad, incluye proyectos como las supermanzanas y los ejes verdes, los cuales consisten en conectar las calles mediante pasillos verdes e incrementar el espacio peatonal. Este modelo de ciudad ha destacado Barcelona en la cumbre del clima COP 26, el pasado noviembre.
Una de las maneras de incrementar el verde en las ciudades, ya sea para establecer huertos o crear áreas más salvajes, es aprovechando el espacio de las azoteas. El ayuntamiento de Barcelona destina ayudas para este tipo de proyecto y ha convocado ya dos concursos donde se han seleccionado un total de 20 ganadores. Casi 70% (1.764 hectáreas) de las azoteas en Barcelona son planas y accesibles, y 20% de estas presentan condiciones óptimas para el aprovechamiento de energía solar.
Terrats d’en Xifré
Uno de los proyectos ganadores es el de Terrats d’en Xifré, un jardín silvestre de 1500m2 que tiene intención de cubrir toda una manzana de azoteas en el barrio del Born. El responsable es el estudio Mataalta, fundado por Sergio Carratalá Lamarca, el cual se basa en un concepto de conservación llamado Rewilding. Este consiste en intentar devolver a un espacio lo más que se pueda su estado original. Aparte de 10.000 plantas autóctonas, el jardín también incluye hoteles de insectos, huertos verticales, placas solares, y espacios para socializar. El objetivo final es el autoabastecimiento, lo cual se consigue mediante la recogida y uso de agua de lluvia, el aprovechamiento de la energía solar y el compostaje de materia orgánica.
Beneficios
A nivel de propietario o usuario de la propiedad, los beneficios de las azoteas verdes incluyen la incrementación del precio del edificio, la incrementación de la impermeabilidad, el aislamiento acústico, el aislamiento térmico (tanto para el frío como el calor), y la producción de energía solar a partir de paneles solares, lo cual también se puede utilizar para calentar el agua.
En cuanto a beneficios ambientales, las cubiertas verdes reducen el efecto “isla de calor”, que consiste en que la ciudad tiene una temperatura más elevada que en el campo. También ayudan con la captación de aguas pluviales, lo cual puede prevenir inundaciones en el sistema de alcantarillas de la ciudad, reducen la contaminación atmosférica mediante la captación de dióxido de carbono y la producción de oxígeno, crean nuevos hábitats para los animales y potencian la agricultura urbana.
Disminuir el estrés
Jaume Marlès Magre, investigador en el Instituto de Ciencias y Tecnología Ambientales en la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), explica que la biodiversidad es un indicador de bienestar y qué, según los últimos estudios, después de que una persona pase dos horas en el bosque, se puede observar una disminución en sus niveles de cortisol (la hormona relacionada con el estrés). “El verde no cura, pero sí puede ayudar a una persona hospitalizada a mejorar el ánimo”.
Según Marlès, los aspectos más importantes que hay que tener en cuenta cuando se está construyendo una zona verde son: la biodiversidad (de flores, frutas, semillas, fauna, etc), la resiliencia; por ejemplo que las plantas estén adaptadas al clima y no requieran mucho mantenimiento, y que las especies hagan un servicio al ecosistema, como producir sombra o captar gases de efecto invernadero.
Un uso adicional de los huertos urbanos es el de educar y concienciar. Muchas escuelas en Barcelona ahora incluyen un huerto dónde los alumnos pueden aprender de primera mano cómo funcionan y crecen las plantas. Marlès cree que las mejores herramientas para combatir los actuales problemas de la crisis climática son la educación, la concienciación y la divulgación. “Cuando pones la tele cada noche, que no hablen siempre de si Messi ha ganado el balón de oro”. Sobre todo, Marlès resalta la conciencia de la población de saber porqué se hacen ciertas acciones, por ejemplo, si no se está utilizando pesticida en las calles es porqué quizá algunas de las ‘malas hierbas’ pueden ser beneficiosas para el ecosistema.
Problemas
Según Juan Mora, portero del edificio que alberga el proyecto dels Terrats d’en Xifré, la pandemia ha afectado el uso de los jardimes. Su apertura se retrasó casi un año y ahora mismo sólo se puede acceder a la azotea los días laborables de nueve a cuatro, lo cual dificulta disfrutar de la zona a los trabajadores con horario diurno. Otros problemas incluyen el comportamiento de los usuarios y el aumento en la presencia de mosquitos. Mora explica que “no es mi trabajo recoger las colillas de la gente”.
Es obvio que los espacios verdes son necesarios y que van a ir ocupando cada vez más espacio en el cielo de Barcelona. El balance de pros y contras está claramente inclinado hacia un lado. Las azoteas verdes traen consigo todo un rango de beneficios ambientales y sociales. Nuestra tarea ahora como sociedad es saber cómo cuidarlos y sobre todo, respetarlos.
Muy interesante. Creo que el periodismo es una buena herramienta para informar y concienciar a la sociedad y este articulo lo demuestra. Más allá de crear una noticia que aspire a ser un titular o genere revuelo entre los lectores, las noticias como esta inspiran fe y esperanza en las futuras generaciones y además influyen en la concienciación y promueven una educación que si no se desarrolla tendremos los días contados.