Como Justyna Ward, cientos de familias se han ofrecido para recibir en sus casas a refugiados que huyen de la guerra gracias a grupos de redes sociales o la creación de plataformas de acogida.
ISABEL CARRILLO / ÓSCAR LLENA
Desde que comenzó la invasión, Europa entera se ha volcado para ayudar a Ucrania. Miles de personas, especialmente niños y mujeres, han dejado sus casas para encontrar una nueva vida más allá del conflicto. Sin saber cuándo podrán volver, la solución no es otra que la de buscar un asilo, y en muchos casos, ser acogidos en un nuevo hogar. Con esta voluntad han nacido distintas propuestas que cuentan con el apoyo del marco estatal de refugio.
A través de un grupo de Facebook para madres primerizas, Justyna Ward vio un anuncio en el que se pedían espacios en los que albergar a los recién llegados a España. Sin dudarlo un instante, se puso en contacto con el consulado ucraniano de Barcelona y recibió rápidamente a una familia de refugiados. Justyna es de origen polaco, pero ha crecido en Chicago y lleva varios años viviendo en Tossa de Mar, en la provincia de Girona. Hace escasos meses, se mudó a una casa con su pareja y su hijo, por lo que tenía espacio suficiente para acoger a una familia entera. “La primera familia que acogimos era grande, necesitaban un sitio donde quedarse una semana, el tiempo necesario para encontrar algo a largo plazo”, comenta. Justyna asegura que estaba nerviosa antes de acoger a la primera familia, ya que no sabía cómo iban a congeniar con ella. Sin embargo, comenta que “por ahora ha sido muy buena experiencia, nos hicimos muy amigos de algunas de las familias. El mes que viene es el cumpleaños de mi hijo y van a venir a celebrarlo con nosotros”.
Muchas de las familias que llegan a España necesitan alojamiento a muy corto plazo, de pocos días a escasas semanas. Una vez aquí, pueden ponerse en contacto con Cruz Roja para instalarse en un hogar más estable. Cuando acogió a la primera familia, Justyne se puso en contacto con los servicios consulares ucranianos para obtener más información sobre la gestión de refugiados en España, pero no le dieron grandes explicaciones; acogió a los refugiados por su cuenta. Sin embargo, advierte que empiezan a haber fraudes en las páginas de ayuda, por lo que aconseja no transferir dinero por internet y asegurarse de la veracidad de los mensajes recibidos por estas vías. “Algunos internautas con malas intenciones se hacen pasar por refugiados para sacar beneficios”, concluye. Este fenómeno también se da a la inversa, personas que dicen ofrecer alojamiento para recibir pagos por adelantado de los que huyen de Ucrania.
A Catalunya han llegado hasta ahora cerca de 20.000 refugiados ucranianos, de los cuales el 67,5% ha podido encontrar alojamiento gracias a redes familiares impulsadas por los servicios municipales de acogida y la Generalitat. Junto a estas ayudas, han surgido desde iniciativas como «Barcelona Helps» hasta grupos de Facebook y otras redes sociales que buscan facilitar su acogida. A través de estas plataformas, no sólo se establecen vínculos entre aquellos que buscan acogida y los locales que ofrecen asilo, sinó que se facilita el acceso a servicios cómo la educación o la alimentación.
Como Justyne, cientos de internautas están proponiendo habitaciones y alojamiento para refugiados ucranianos. Uno de los sitios web más utilizados es “I can help”, que concentra ofertas de alojamiento gratuito en toda Europa. De esta manera, aquellos que lo necesiten pueden consultar el mapa de la zona en la que se encuentran para contactar rápidamente con familias locales. Haciendo clic en los anuncios, aparecen las condiciones de estancia –como el tiempo máximo autorizado–, descripciones de las familias de acogida y datos de contacto.
De la misma manera, en sitios web institucionales como el de la Generalitat o anónimos como “Oh Mother Barcelona” se han creado páginas específicas para que la gente pueda acceder de manera sencilla a esta información.
Muy interesante.