Incomprensión legible
Este proyecto parte del interés en el aspecto político implícito en el lenguaje y en forma de crítica la creación de un código visual.
Sabemos que la educación no se restringe a lo que aprendemos en la escuela, una gran parte del aprendizaje lo realizamos de forma inconsciente y hace referencia a aspectos sociales de nuestro entorno. Esta parte del aprendizaje es visual, y contiene una fuerte carga política característica de cada contexto, lugar y época. Sin embargo, estas cuestiones no escritas son las que, en parte, conforman la base de nuestra cultura, se trata de aquellas ideas que rigen parte de nuestro comportamiento social y que al ser externas pueden estar indirectamente fomentando estructuras jerárquicas abusivas.
En este proyecto, tras haber puesto en duda una algunas de dichas ideas que hemos normalizado y que entran en conflicto con todo aquello que cuestiona dicha normatividad, como el debate sobre la distinción sexo/género/identidad o que promueven roles de poder y figuras autoritarias, concepciones que podemos encontrar en el trasfondo de nuestro lenguaje, (estructura, expresiones, términos).
Ante esto, en forma de resistencia a estas normativas conservadoras (opresiones), desarrollo una nueva narrativa visual sujeta a la escritura, de forma que la figura prime sobre el contenido, jugando con la dicotomía que se crea entre contenido y forma, de manera que, al contrario que en la realidad, el obstáculo comprensivo se presenta a priori, obligando al lector a poner atención en la escritura para descifrar su contenido (la palabra).
Con este juego de comprensión se evidencia la necesidad no sólo de conocer el código sino también la presunción que hacemos al considerar lo que vemos (como puede ser la lectura de una palabra) lo veraz, de forma que no se indaga en sus raíces o las connotaciones que puede haber absorbido. En este caso se invierte, de forma que el contenido (la palabra) conforma el trasfondo de aquello que, si conociéramos el código, no supondría ningún interés más allá de lo que se lee.
Este proceso de asociación del símbolo con su significante es el punto de inflexión del proyecto, la bidireccionalidad que se crea entre la comprensión legible junto a sus connotaciones y la lectura visual, que absorbe la totalidad de lo que se observa. Como reflexiona Gerardo Madera en su publicación de Nombre, Cosa, Cosa: Una cartilla en tipografías paralelas, las letras son cosas y están cargadas de intención. Un claro ejemplo de ello son las tipografías, que a pesar de diseñarse con determinada intencionalidad, pueden sufrir ciertas asociaciones políticas al emplearse en determinados contextos, como ocurrió con la tipografía Fraktur alemana que empleaba el régimen Nazi o la Futura de Paul Renner, que se contraponía a la anterior,en idea y forma, o como el collage de letras que inicialmente se empleaba para ocultar la identidad y que ahora conforma parte de la cultura punk.
Partiendo de esta comprensión de la tipografía, donde está también puede poseer cierto carácter político, surge un interés por deformar lo conocido y cuestionado desde dentro readaptar.
Por lo tanto, la tipografía que propongo, no sirve inicialmente al aspecto funcional comunicativo, sino que hace hincapié en su distorsión, donde la deformación de las letras es un acto político que pretende enfrentarnos a la necesidad de conocer el contexto y su trasfondo para comprender las connotaciones que acarrea, a partir de las cuales podemos observar que actitudes y roles estamos normalizando.
La formalización del proyecto se ha ido adaptando a medida que el proyecto evoluciona. La base del mismo es el desarrollo de una tipografía, lo cual ha sido todo un recorrido en sí.
El trabajo está influenciado conceptualmente por la novela 1984 de George Orwell, el proyecto y la novela comparten una crítica social, dicha narrativa se entrelaza con el desarrollo de la tipografía y la materialización del proyecto, tratándose de tres carteles que recogen las frases que conforman los tres slogans del Partido de Gran Hermano en la novela.
“LA IGNORANCIA ES LA FUERZA”
“LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD”
“LA GUERRA ES LA PAZ”
A pesar de que los carteles sean la materialización del proyecto, considero que el trabajo a encontrado sentido dentro de la composición de la tipografía, tratándose de la base del proyecto, a la que le he puesto mucho cariño y tiempo.
Los carteles son el resultado del cruce de la tipografía con las ideas que la propulsaron, los he abordado desde un primer contacto con el uso de la letra, y considero que me ha faltado tiempo para el diseño. Sin embargo, el proyecto en sí sigue abierto al tratarse en parte de un código visual que no tiene uso finito.