Historias Anónimas
“Anotar lo que se ve. Aquello que sea importante. ¿Sabemos ver lo que es importante? ¿Hay algo que nos llame la atención ? Nada nos llama la atención. No sabemos ver” [Especies de espacios, Georges Perec, la calle, 3, trabajos prácticos]
Historias Anónimas es un fotolibro que intenta dar una clave de lectura distinta a varios tipos de intervenciones que se encuentran en los muros de Barcelona de las cuales no sabemos quienes son los autores, cuando, como y las circunstancias en las que fueron creadas.
Este proyecto nace por la voluntad de compartir un punto de vista personal, una percepción distinta de la realidad. Me doy cuenta que habitualmente cuando caminamos poco observamos, tenemos la mente en otras partes menos que en el camino que estamos recorriendo. Muchas veces sin tiempo, moviéndose de aquí para allá con prisa. Si viéramos lo que nos rodea con más atención nos daríamos cuenta de cuantas cosas han estado ahí y no nos enteramos. Seguramente hemos cuestionado nuestra existencia, de donde venimos o a donde vamos.. pero no acostumbramos a modificar la perspectiva en la cual vemos la vida cotidianamente ..¿o si?
La ciudad es un museo donde las obras que yacen pasan desapercibidas. No solemos darles valor porque estamos concentrados en otras cosas más importantes que observar un rayón en un muro, u otra cosa insignificante.
La ciudad es un museo donde los artistas innatos e incomprendidos son anónimos, donde el arte y la expresión corre libre y gratis a disposición de todos. Todos son artistas, que han aportado a una parte de la identidad contemporánea local, porque está en constante cambio y lo que aparece en todas las estructuras urbanas la forman. Van a ser diferentes los tipos de intervenciones que se pueden encontrar en Barcelona los de una ciudad suramericana por ejemplo. Sus características políticas, sociales, culturales, antropológicas son distintas entonces la expresión que se manifestará en ella cambia de consecuencia.
Cualquier ser o cosa que esté en contacto con la ciudad probablemente dejará una marca y una huella de su existencia: animales, humanos, fenómenos atmosféricos... En el caso del ser humano la necesidad intencional de dejar una marca, una expresión, intervenir en el espacio publico ha sido una necesidad intrínseca desde que vivía en las cavernas. Su índole no ha cambiado mucho a través del tiempo, seguimos expresando las cuestiones de la realidad que vivimos. Todas las intervenciones son una expresión política en cuanto sugieren un punto de vista y una reflexión a quien las ve, cualquier acto que hagamos es un ejemplo donde expresamos lo que retenemos importante y lo que queremos que sea visto.
La ciudad es un soporte publico en el que es posible expresar cualquier cosa, es la libreta de aquellos que la viven, llena de anotaciones casuales, causales. Estas anotaciones son pensamientos libres, impulsos voluntarios e involuntarios, casualidades, fenómenos naturales. Un borracho que escribe algo en la pared a las 3 de la mañana, un pájaro que defeca encima de un coche, un niño que riega su comida, una piedra que cayendo de la construcción raya el suelo...¿Es banal la importancia de una marca que deja una bicicleta cuando frena y se desliza en el piso? ¿ o una columna de metal oxidada? Si ponemos atención a todas las intervenciones que no son evidentes, como un simple punto o una palabra, y tomamos conciencia del hecho de que en algún momento fueron creadas, si cambiamos punto de vista, dejamos al lado los prejuicios, vemos que todos tenemos algo que decir.
Las intervenciones públicas son un aporte para todos, símbolos que al interpretarlos en modo distinto podrían ser útiles para aquellos que las ven.
Fue difícil encontrar un método que me ayudara a trasmitir este punto de vista que trataba sobre la abstracción y la mirada poética. Dividiendo las intervenciones en categorías y poniéndoles un nombre arriesgaba que el resultado se transformara en algo plano, monótono y repetitivo. Decidí afrontar el tema desde otra perspectiva, siempre con la misma intención, decidí ser mas ligero y jugar con la imaginación y la ironía, tratando de encontrar las cualidades con las cuales podía crear un punto de vista más dinámico, vivo y simpático.
El objetivo no es solo dar un punto de vista diferente si no también recopilar una serie de imágenes interesantes que tengan un valor autónomo.
Los minimalistas, la primera categoría nace como controversia entre algo que aparenta ser serio, estudiado y su opuesto, de este modo se desarrolla el fotolibro, entre contrariedades irónicas.
El formato del libro es cuadrado a excepción de las páginas que contienen una categoría donde se desdobla una solapa, esta contiene un pequeño comentario que le dará un toque de color e ironía a las fotos que se comenzarán a ver en seguida. Es importante que el formato de libro sea cuadrado porque así la atención se localizará en el centro. Las imágenes son protagonistas y de este modo se aprecian mejor. El libro tiene una sobrecubierta que lo protege y al abrirlo también tiene la función de póster.