Historia
Hace aproximadamente cuarenta años atrás, el profesor Roberto Bergalli llegaba a Barcelona tras haber recuperado la libertad después del secuestro y encarcelamiento que sufrió en la dictadura cívico militar argentina. Es en ese momento, a partir de 1980, cuando unos cuantos jóvenes le conocimos personalmente en el Instituto de Criminología de la Universidad de Barcelona. Allí se organizaron unos primeros Seminarios y se impartieron unos primeros conocimientos de unas ciencias sociales que penetraban en la uni-direccionalidad de las ciencias penales que se nos habían transmitido con una orientación entre positivista y dogmática. El atractivo, las dificultades y el desafío que ello suponía, cautivó de inmediato a una joven generación de inquietos estudiosos y activistas.
La publicación, en 1983 de “El pensamiento criminológico. Un análisis crítico”, que co-coordinaron Roberto Bergalli, Teresa Miralles y Juan Bustos Ramírez, se convirtió en un referente obligado, durante muchos años y hasta el presente, de los estudios tanto de Criminología cuanto de la auténtica disciplina que siempre trabajamos por dar a conocer y lograr un (cierto) reconocimiento académico en España: la Sociología del control penal. La otra obra que, en forma de publicación periódica, afirmó más aún la senda iniciada por la anterior, fue la aparición (en 1986) de Poder y Control. Revista hispano-latinoamericana de disciplinas sobre el control social. Integrada inicialmente por un Comité de Redacción compuesto por Juan Bustos Ramírez, Victoria Camps, Antonio Doñate, Hernán Hormazábal y el propio Bergalli, esta publicación supuso la penetración en España de los trabajos de los pensadores más prestigiosos, desde una perspectiva crítica con el Sistema penal, que contribuían, desde diversos países de América Latina y también desde Alemania, Italia, Bélgica, Holanda, Gran Bretaña o Francia, a un tipo de reflexión absolutamente indispensable en los tiempos, todavía, de consolidación de un sistema democrático en el Estado español.
Junto a la aparición de estas obras le acompañó, asimismo, todo un cúmulo de actividades complementarias que fueron conformando un grupo de trabajo y estudio notable con visitas, seminarios y Jornadas en las que participaban Alessandro Baratta, Jock Young, Massimo Pavarini, Dario Melossi, Louk Hulsman, Tamar Pitch, Gerlinda Smauss, Sebastian Scheerer, Luigi Ferrajoli, Rosa del Olmo, Lola Aniyar de Castro, Raúl Zaffaroni y tantos otros y otras. Con muchos de ellos/as se decidió impulsar (en 1984-85) el Common Study Programme on Criminal Justice and Critical Criminology, como programa de estudios comunes y de cooperación inter-universitaria europea. Este Programa, que se extendió inmediatamente a otras Universidades europeas de Italia, España, Holanda, Alemania, Grecia, Bélgica y Gran Bretaña, se llevó a cabo en el ámbito del Programa “Erasmus” (después “Sócrates”) de la Unión Europea. El Common Study ha constituido en estas últimas décadas un sitio académico de encuentro y participación único, por el que han pasado centenares de estudiantes de los países nombrados (y de más de diez países de América Latina), quienes se formaron en las direcciones que se están comentando, y fueron elaborando y presentando sus Papers, Tesinas y Tesis doctorales para graduarse, lo cual ha ido constituyendo un importante corpus alimentado con tantas presencias.
En el ámbito de la Universitat de Barcelona, ello cimentó en la creación de un primer Master denominado como “Europeo en Sistema Penal y Problemas Sociales” en el ámbito del Departamento de Derecho penal y Ciencias Penales. Asimismo, poco después, se creaba la especialidad en Criminología y sociología jurídico penal del Programa de doctorado en derecho y ciencia política de la Universidad de Barcelona. Institucionalizada ya en estos últimos años, la especialidad ha recibido numerosos estudiantes (locales y de América Latina), que se han podido ir doctorando en estos años. A partir de 2008, con la transformación operada en los estudios universitarios europeos, se crearía el primer Master oficial en Criminología y Sociología jurídico penal, antecedente del actual Master en Criminología, Política Criminal y Sociología jurídico penal.
Hace algo más de 20 años diseñamos el proyecto denominado “Abrir la cárcel” por el que un grupo de profesores/as decidimos acercarnos a algunos Centros penitenciarios de Cataluñapara el desarrollo de una actividad cultural y académica. Pensamos entonces en el importante rol que podían desempeñar otras Instituciones públicas en el camino de trazar canales de circulación y comunicación entre personas privadas de libertad y la comunidad. Y, en ese contexto, creímos que podía ser especialmente importante lograr el contacto e introducción de la Universidad en la cárcel. Estábamos entonces convencidos de que podían producirse positivos resultados de esta “intersección de instituciones”, entre otros: la capacitación de la población reclusa permitiendo una diversificación en el reparto del acceso a la cultura; la construcción (con todo su significado simbólico) de espacios “libres” en el interior de la cárcel donde pueda ser reproducida la dinámica universitaria (binomio profesor-estudiante).
Fue así como hacia finales de la década de 1990 un grupo de profesores/as y jóvenes investigadores/as (Mónica Aranda, Miquel Izard, Pep García Borés y otros/as), constituimos las Asociación contra la Cultura Punitiva y de Exclusión Social y logramos que la entonces Administración penitenciaria de Cataluña aprobara el proyecto denominado “Abrir la cárcel” para el desarrollo de una serie de Seminarios que impartimos durante el curso académico de 1999-2000. Se impartieron unos primeros cursos sobre Derechos Fundamentales, Música, Psicología e Higiene. Pese a la favorable acogida del colectivo de internos e internas, la resistencia opuesta desde sectores del sindicalismo penitenciario provocó el cese del proyecto iniciado (y posteriormente también la renuncia del Director del centro penitenciario). Pese, también, al intento del entonces Vicerrector de Investigación de la Universidad de Barcelona, Marius Rubiralta, por continuar el proyecto paralizado, no fue posible seguir ejecutándolo. La consecuencia inmediata de aquel incidente fue la creación del Observatorio del Sistema Penal y Derechos Humanos que, como Centro de Investigación de la misma Universidad, fue creado –inicialmente- para realizar el trabajo de monitoreo de una institución que, como la penitenciaria, había demostrado una opacidad y resistencia que asombró (negativamente) a las autoridades universitarias de entonces, las cuales depositaron en nosotros la confianza necesaria para la creación del OSPDH. Esa fue la verdadera razón de la creación de nuestro Centro de investigación, cumpliendo así casi proféticamente la intuición foucaultiana de que allí donde existe poder pueden, tal vez, surgir posibilidades de resistencia.
A principios del mes de mayo de 2001, el OSPDH se creó formalmente y el mismo fue integrado por numerosas personas que han dado lo mejor de sí mismos/as en los campos de la investigación desde el Derecho, la Psicología, la Ciencia Política, la Sociología, la Filosofía, las Ciencias de la Comunicación, la Antropología, la Economía. Diversas áreas de trabajo integraron el corpus del Observatori como puede comprobarse navegando por la web. Desde tales áreas del conocimiento, trabajaron desde el principio, y en épocas divesas, Mónica Aranda, Roberto Bergalli, Marta Monclús, Iñaki Anitua, Cristina Fernández, Alejandro Forero, Héctor Silveira, Pep García Borés, Jordi Cabezas, Joan Antón Mellón, Camilo Bernal, Montserrat Carbonell, Alejandra Manavella, Marcela Aedo, Gabriela Rodríguez, Gemma Nicolás, Cristina Garés, Rachele Stroppa, Sheila Marín, Juan Manuel Ternero, Rodrigo Chaverra, Natalia Giraldo, Keymer Ávila, Miquel Izard, Carme Vivancos, Katherine Olivieri, Paula García, José Navarro, Mónica Serrano, Aura Roig, Elena la Torre, Nicolás Laíno, Gabriel Bombini, Markela Sitara, Iván Montemayor, Bruno Rotta Almeida, Bruno Amaral Machado, José Carlos Moreira, Juan Manuel Ternero, Damián Zaitch, Ramiro Sagarduy .
Hemos trabajado en numerosos proyectos nacionales e internacionales, en Europa y en América Latina. Actualmente, nuestra presencia en importantes redes y organizaciones internacionales (como la Organización Mundial contra la Tortura, el Comité para la prevención de la tortura del Consejo de Europa, el European Prison Observatory, el European Group for the Study of Deviance and Social Control, la Red Eurolatinoamericana de prevención de la Tortura, la Asociación Interamericana de Defensorías Públicas, entre otros), acreditan esta dedicación y compromiso riguroso.
En nuestro vigésimo año de existencia, podemos y debemos decir que continuaremos el trabajo iniciado a pesar de tantos obstáculos encontrados en estas dos décadas.
Iñaki Rivera Beiras, Director del OSPDH