Historia
Los orígenes de la actual Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona se remontan a 1845, momento en que se incorpora como facultad a las pocas que había entonces, reducidas al ámbito de las artes en sentido general, el derecho y la medicina.
Durante siglos, solo los médicos disfrutaron de formación universitaria: la primera Facultad de Medicina de nuestro país fue la del Estudio General de Lérida de 1300. Los boticarios no gozaban de formación académica: eran artesanos ilustrados, organizados gremialmente; y eran los colegios de boticarios los que examinaban y autorizaban la práctica de la profesión, ejerciendo el control de la organización sanitaria central a través del Real Protomedicato.
A inicios del siglo XIX se crean los reales colegios de farmacia, predecesores de las facultades actuales. El de Barcelona se llamaba Real Colegio de Farmacia de San Victoriano. A partir de 1845, los boticarios van quedando atrás y la Universidad empieza a formar licenciados en Farmacia, que pueden instalarse sin restricciones corporativas en toda España. Estos flamantes farmacéuticos son a la vez químicos, biólogos y botánicos, dado que estas disciplinas todavía no disponen de licencia universitaria propia.
Cuando los estudios de la Universidad de Barcelona empiezan a desplazarse al campus de Pedralbes, a mediados de los cincuenta del siglo pasado, Farmacia es la primera facultad que se traslada y abandona las instalaciones de la plaza de la Universidad para ocupar un edificio rehabilitado que había sido concebido como residencia estudiantil. Y aquí seguimos, en las instalaciones del edificio central y el anexo, con el proyecto de la nueva facultad paralizado y con una expansión en el Campus de Torribera en los ámbitos de la nutrición, la tecnología de los alimentos y la seguridad alimentaria.
En nuestra Facultad son indispensables nuevas inversiones, la renovación de las aulas, la modernización y ampliación de los laboratorios de investigación y una ampliación global de los espacios, que siguen siendo nuestra principal preocupación y reclamación; unas mejoras que son indispensables para que la Facultad pueda ofrecer todo su potencial y rendimiento.
Jordi Camarasa García
Decano de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la UB