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Tres alumnas del grado de Educación Social de la Universidad de Barcelona, reconocidas por su excelencia académica
Por segundo año consecutivo, el acto Celebramos y captamos talento, del Colegio de Educadoras y Educadores Sociales de Cataluña (CEESC), pone el foco en el nuevo talento que sale de los grados de Educación Social de las universidades catalanas. Tres alumnas de la Universidad de Barcelona —Aisha El Mhassani, Elia Rubio y Myriam Reyes— recibieron el pasado viernes un diploma y el alta gratuita durante un año como colegiadas en el CEESC, como reconocimiento por haber realizado el mejor trabajo de fin de grado, las dos primeras, y por tener el mejor expediente académico, la tercera galardonada.
Tal como explica Joan Muntané, educador social, maestro y miembro de la Junta de Gobierno del CEESC, «en el acto también se convoca a profesionales con una trayectoria extensa y a profesorado que está al frente de los estudios de Educación Social, con el objetivo de facilitar el contacto y las sinergias entre los agentes de la profesión y la disciplina. Se intenta articular un encuentro con el pasado más reciente, el presente y el futuro, para conocer y dar voz al alumnado de las universidades catalanas que tiene el expediente académico con mejor calificación y también a los autores de los trabajos de fin de grado con la nota más alta».
Veinticinco años de la diplomatura de Educación Social y veinte años del CEESC
Este año, hace veinticinco de la creación de la diplomatura de Educación Social y veinte que se fundó el CEESC. Con la voluntad de reflexionar sobre cómo ha evolucionado la profesión en estos años y ver dónde se encuentra actualmente, a finales del año pasado, la Junta de Gobierno del CEESC presentó el Informe de l’estat de l’Educació Social a Catalunya (#InformeES). Entre otros, el estudio destaca los datos que hacen referencia a la tasa de inserción laboral: un 70 % de los graduados encuentran trabajo, pero solo un poco más de la mitad de ellos trabajan como profesionales de su sector.
En relación con la calidad de las enseñanzas de Educación Social, Muntané asegura que «hay que consolidar el grado y evaluar las primeras promociones para comprobar si salen bien preparadas». «Lo que sí sabemos —remarca el experto— es que los estudios de grado de las diferentes universidades se han aproximado a las experiencias, prácticas y realidades profesionales, lo que ha permitido hacer más competentes a los futuros graduados, aunque dada la multiplicidad de ámbitos de actuación y de realidades sociales, siempre es necesario revisar estos planes y actualizarlos posteriormente por la vía de la formación y el reciclaje continuado».
Ante retos como la multiculturalidad, las consecuencias de la crisis económica o los nuevos tipos de familia, Muntané apuesta por que los educadores sociales «se incorporen a la plantilla de las escuelas y se integren en el proyecto educativo de centro y en el claustro para favorecer nuevos debates y posibilidades en el seno de los equipos educativos».