Javier Riutort Heredia. Investigador Post-Doctoral Margarita Salas UNED. javier.riutort.heredia@gmail.com
El yoga, en sus diversas formas, está teniendo desde hace ya un par de décadas un fuerte impacto en la esfera pública del Estado español. No solo es practicado en innumerables academias y estudios de yoga, así como en incontables gimnasios y casales de barrio, sino que también es enseñado en escuelas (tanto públicas como privadas y concertadas, incluyendo las religiosas) y es prescrito de manera extra-oficial en las consultas médicas. Sin duda, el yoga cuenta ya con cierta hegemonía como práctica terapéutica y deportiva. Esta eclosión de practicantes ha obligado una profesionalización y una regulación de su monitorización y enseñanza, debido a que se suele considerar como una práctica física, deportiva y terapéutica. No obstante, el yoga es mucho más que un ejercicio físico, postural o psicosomático, es una práctica espiritual que, en la mayoría de ocasiones, incluye filosofías, términos, conceptos y doctrinas de tradiciones indias, como por ejemplo las hindúes. Algunas preguntas que planteamos y queremos debatir son: ¿forman parte las filosofías de los yogas de su práctica psicosomática?; ¿está parte de la eficacia del yoga basada en las doctrinas espirituales como el karma, la aceptación o la rendición?; ¿deben enseñarse conceptos clave como el karma y la reencarnación en las clases de yoga, incluso si estas están insertas en un colegio o en un contexto laico?; ¿es inseparable la espiritualidad hindú del yoga? Así, debatiremos sobre los límites de la religiosidad, la espiritualidad y la filosofía en el yoga.