Nuevos tiempos, nuevas fragancias, nuevas oportunidades

Este año ha entrado en nuestras vidas repleto de otras maneras de hacer y de no hacer; de dejar de hacer y de rehacer. Las agendas se han llenado de aplazamientos e incluso de ganas de que llegue el siguiente número al calendario para ver si cambia lo vivido, especialmente lo sufrido. Lástima que el nuevo año no venga precedido de un tráiler cinematográfico que nos permita avanzar cómo será. De todas maneras, terminará siendo, o debería terminar siendo, como nosotros queramos vivirlo.

Desde nuestra mirada de la neuroeducación, también ha sido una oportunidad para permitir sentir y respirar a la naturaleza y para otros grandes aprendizajes, como por ejemplo haber aprendido a recuperar lo esencial, lo que realmente es relevante o prioritario para nuestras vidas. Porque, cuando hablamos de aprender, no solo deberíamos referirnos a conocimientos y habilidades; las actitudes vitales son lo que al fin y al cabo nos va a movilizar.

Tiempo de renacimiento

Esta Navidad también invita a celebrar, pero desde otras perspectivas. Nos acercamos a este acontecimiento con ganas de reconectar con la vida, y ojalá sea al lado de la naturaleza que tanto nos aporta. Pero si la naturaleza está distante a nuestras posibilidades, al menos deberíamos querer acercarnos a lo que nos da vida. Navidad, una palabra que etimológicamente proviene del latín Nativitas, referida a “nacimiento”, también representa ese volver a nacer o celebrarlo, y nos invita a recordar y a revivir todas las navidades más sentidas, más añoradas, más evocadas. Revivir el pasado para afianzar el futuro.

Quizás este año haya alguna fragancia nueva o tal vez alguna más tenue en nuestro recuerdo, pero la memoria nos trae con fuerza esas escenas compartidas.

La Navidad también son días que nos invitan a dedicar nuestro tiempo a  reencontrarnos, festejar, descansar, y concebir futuro o futuros, sueños y proyectos. Y debería ser también el inicio de su realización, para ir un paso más allá y que no quedasen solo en sueños.

Una nueva agenda compartida

Un tiempo que se desvanece como lo hacen los días del calendario, abriendo una nueva agenda con mucho por anotar, mucho por soñar, mucho por compartir y mucho por vivir.

 Vosotros ya estáis en ella.