La pandemia ha puesto aun más sobre la mesa los trastornos del sueño, una realidad cotidiana e íntima muy extendida en las sociedades contemporáneas. La sobreexposición a las pantallas, el exceso de estímulos de todo tipo, el estrés laboral o escolar y la difícil conciliación familiar han ido alterando los hábitos y horarios de sueño. Son muchas las personas que reconocen que duermen mal o poco, y crece el número de afectados por trastornos como el insomnio o la apnea. En este dosier analizamos qué pasa cuando dormimos bien y qué pasa cuando dormimos mal o no suficientemente.
Dormir o no dormir, una cuestión de salud
El sueño es un estado natural y necesario de reposo del cuerpo y la mente en que la consciencia disminuye y la actividad sensorial está relativamente inhibida. La respuesta a los estímulos externos es mínima, por lo menos a los suaves, pero a pesar del estado de inconsciencia relativa el nivel de actividad cerebral se mantiene alto. De hecho, esta es la principal diferencia entre el sueño y otros estados de inconsciencia, como puede ser el coma. Todos los vertebrados duermen y se sabe que también lo hacen al menos algunos insectos, como las moscas y las hormigas, lo que indica que dormir tiene una importancia trascendental para la vida de los animales. Ahora bien, no todos los animales duermen de la misma manera.
Las personas, por ejemplo, acostumbramos a dormir una media de 8 horas diarias, aunque hay una cierta variabilidad que no afecta a un buen descanso. Los gatos, por mencionar otro caso, duermen el 70% del tiempo, y hay mamíferos como las ballenas y los delfines que no duermen nunca del todo: durante un rato duerme un hemisferio cerebral y el otro se mantiene completamente despierto, y después se intercambian el estado. En lo que respecta a los insectos, se ha visto que las moscas duermen varios momentos cada día, durante los cuales se quedan quietos e indiferentes a los estímulos exteriores suaves y las antenas se les relajan y les cuelgan. Para unos animales que se comunican en gran medida enviando y recibiendo señales con las antenas, esta relajación vendría a ser el equivalente al hecho de cerrar los ojos para nosotros. Las hormigas reina hacen unas 90 dormidas diarias de seis minutos cada una, mientras que las obreras hacen unas 250, pero solo de un minuto.
Si todos o casi todos los animales duermen, significa que este estado de semiinconsciencia debe tener un papel crucial para la vida. ¿Qué sucede cuando dormimos y qué efectos tiene dormir poco o mal?
En definitiva, dormir bien, es decir, tener un sueño reparador adecuado, aumenta la esperanza de vida y, sobre todo, incrementa la calidad de nuestra vida.
- Traducido del dossier «Els transtorns del son» escrito por David Bueno y publicado en el diario Ara el 18 de abril de 2021