El proyecto MIRADAS es el eje principal de investigación del curso 2022-2023 que la escuela Octavio Paz dinamiza a través de las franjas de trabajo globalizado que vertebran el proyecto educativo. El proyecto investiga lo que hay tras cada mirada: el conocimiento de uno mismo, la relación con los demás; y también la relación con el entorno y la realidad social. Hacemos un itinerario de la historia personal, del contexto y de las maneras de vivir y aprender.
Perspectiva holística
MIRADAS facilita, desde una perspectiva holística, la personalización del aprendizaje, el pensamiento científico y democrático, el efecto social y transformador, la diversidad de lenguajes, la aplicabilidad en el día a día y la apertura de la escuela al entorno, teniendo en cuenta las aportaciones que en este campo se hacen desde la neuroeducación.
Con MIRADAS queremos conseguir despertar en los niños y niñas el espíritu de autosuperación, la consciencia de su propio aprendizaje y la visión del papel de uno mismo y del mundo más justa y sostenible. Queremos garantizar la eliminación de prejuicios de discriminación de género y de diversidad cultural como también fomentar actitudes curiosas y emprendedoras en un marco de realidad actual y virtual.
Perspectiva neuroeducativa
MIRADAS se enmarca en la neuroeducación de la mano de la Càtedra de Neuroeducació UB EDU1st y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible con la creación de alianzas con agentes y equipamientos culturales del entorno cercano para facilitar la experiencia y la profesionalidad en la escuela. Queremos que la relación entre los agentes implicados provoque conocimiento y crecimiento compartido que se transformen en aprendizajes vivenciales y significativos para los niños y las niñas.
El acompañamiento a todo el equipo humano de la escuela por parte de David Bueno, de Anna Forés y de Carme Trinidad garantiza la ampliación de la mirada pedagógica hacia la psicológica y la neurocientífica integrando las tres disciplinas en una: la neuroeducación. Este acompañamiento por parte de la Càtedra aporta un valor añadido a nuestro proyecto educativo.
Disponer de nuevas técnicas para entender cómo aprendemos y cuáles son las características del aprendizaje ayuda al equipo educativo de la escuela a potenciar todas las capacidades de los niños.
Las necesidades personales, la consciencia del propio aprendizaje, las emociones, la creatividad, la cooperación, la sorpresa y la experimentación son algunos de los ingredientes necesarios para garantizar una práctica neuroeducativa donde se pone en juego el cerebro, la mente y las ciencias de la educación.
Perspectiva DUA
Desde el equipo educador, gracias a la neuroeducación, trabajamos para que nuestras propuestas educativas garanticen una mirada hacia el diseño universal del aprendizaje (DUA), desarrollando así una educación inclusiva real.
Los principios de la neuroeducación han reafirmado nuestra mirada a la hora de entender y atender a niños y niñas, ya que nadie piensa de la misma manera ni tiene las mismas habilidades.
La búsqueda de un aprendizaje significativo, que sea el fruto de la investigación, el diálogo y la experimentación, han sido el andamiaje de los proyectos que a lo largo de los últimos siete cursos se han llevado a cabo en la escuela.
La presencia del proyecto día a día desde la instalación artística de la entrada supone un marco para pensar y reflexionar. Pensamos los proyectos como caminos que dejan pinceladas en la manera de hacer personal y de la comunidad.
Nuevas miradas y nuevos retos
Sin la pretensión de convertirnos en unos expertos, los conocimientos y experiencias nos llevan hacia nuevas miradas y nuevos retos. Si la facultad de pensar es inherente a todo ser humano, también lo es la de aprender y de forma clara se percibe que los caminos que se dibujan en los proyectos son tan importantes como las conclusiones finales.
El recuerdo de las situaciones vividas y aprendidas tiene diversas derivadas, de conocimientos, pero también aquellas que han despertado el interés y la motivación por aprender, la curiosidad, el hábito de cuestionar las propias creencias, el interés por validar nuestros pensamientos y nuestros hechos en contraste y diálogo con los de otras personas.
La suma de estas experiencias del día a día nos habilitan para afrontar retos nuevos en situaciones nuevas y nos permiten elegir la respuesta más apropiada posible en cada momento, basándonos en datos y hechos, pero también teniendo en cuenta que el acierto en las respuestas vendrá de la mano de la asertividad y de la sensibilidad hacia el entorno.
Una escuela con corazón, manos y cerebro
Centrar la atención en cómo los niños y las niñas estudian y aprenden haciendo valer la importancia de activar los conocimientos previos y conocer su estado emocional, y favorecer la autoevaluación entendiendo el error como una oportunidad de mejora, son entre otros los ejes que nos convierten en una escuela con corazón, manos y cerebro.