Encontrar el origen
La etimología de la palabra “investigar” nos lleva al latín investigāre que alude a la acción de buscar, inquirir, indagar y que a su vez nos remite a la palabra vestigium, que significa “en pos de la huella”, “en busca de una pista”. El que investiga, como el célebre Sherlock Holmes, busca las huellas. Sigue una huella. Significa que ve lo que todos han visto ya, y dicho ya. Aquí está el desafío del investigador: ver lo que todos han visto y pensar lo que pocos han pensado hasta allí. En lo que todos han visto, debe encontrar lo inadvertido y desenvolver nuevas conclusiones.
Buscar y seguir pistas
En este contexto, hace unas semanas los estudiantes del Máster de Neuroeducación avanzada estuvieron buscando y encontrando pistas de la mano de Marc Guillem. Apasionado por la comprensión de los procesos de aprendizaje, tanto en el ámbito de la educación formal (maestro de Educación Física) como en el deporte (entrenador de baloncesto), investiga sobre la incidencia de las tareas motrices en el desarrollo de las funciones ejecutivas durante la infancia. Actualmente es profesor asociado en la Facultad de Educación de la Universidad de Barcelona y del doble grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (CAFE) y Maestro de Educación Primaria (MEP) de la Universidad de Vic.
Marc Guillem mostró su mirada del investigador y nos acercó a las experiencias personales, a las aventuras y desventuras, presentes en cualquier proceso de investigación. Un juego de equilibrio entre la rigurosidad requerida en la metodología experimental y la adaptabilidad personal necesaria para superar los innumerables contratiempos que aparecen.
Ambas, la objetividad, que se consigue gracias a los referentes académicos, y la subjetividad, fruto de las decisiones con las que se debe lidiar, mantienen una tempestuosa convivencia, como si de una tragicomedia shakesperiana se tratase.
Causalidad frente a casualidad
Ya en los primeros pasos aparecen numerosos retos que es imprescindible resolver en pos del éxito en la investigación. Entre ellos conocer y comprender el estado de la cuestión para delimitar el objeto de estudio. Profundizando en cada uno de los conceptos protagonistas de nuestro marco teórico, es decir, asimilando los conceptos desarrollados por otros autores, resulta posible construir una pregunta significativa. Este adjetivo, el de significativo, posibilitará generar hipótesis basadas en relaciones causales y, en consecuencia, evitar las relaciones casuales.
Afrontar retos, desafíos y decisiones
Pero en este tortuoso camino surgen constantemente nuevos desafíos. Entre ellos destaca determinar cuáles son las variables cuya manipulación se convertirá en el objeto de estudio. Aquellas que nos permitirán la medición de la eficacia de nuestra propuesta. Pero, a la vez, evitaremos todas las variables que pueden ser perturbadoras. Es en este momento cuando se agradece la rigurosidad con la que se ha construido el marco teórico. Solo gracias a él es posible superar todos los contratiempos: acudir a los expertos para la caracterización de los instrumentos de evaluación, justificar en los estudios previos las selección de la muestra, referenciar cada decisión en investigaciones anteriores. Un retorno constante a la bibliografía hace posible ajustar el proceso de investigación a nuestra realidad.
Explorar, comprender y construir en comunidad
Finalmente, en el epílogo del viaje se originan nuevas preguntas que construirán otras hipótesis y permitirán empezar nuevos retos. Nuestras conclusiones son el punto de partida de otras experiencias investigadoras.
Desde la mirada del que se adentra y se inicia en esta apasionante aventura, la investigación se muestra como un proceso de intra-investigación, un recorrido personal, de autoconocimiento y diálogo interno a lo largo del camino, un camino lleno de valles y montañas, de espejismos y descubrimientos. Al mismo tiempo, se trata de un proceso de inter-investigación que se da en relación con otras personas, desde una dimensión colectiva y en el devenir de la secuencia pregunta-hipótesis-pruebas-respuesta-reflexión. Con todo ello, se va generando una mayor comprensión del fenómeno de estudio y se va construyendo el nuevo conocimiento.
Así entendemos que “el investigador es un explorador que camina siguiendo el rastro, las huellas, los vestigios de otros como él” (López, 1996). Aun cuando parezca que trabaja solo, en realidad camina sobre las huellas de otros (Booth et al. 2001).
¿Sobre qué fenómeno te apasionaría investigar? ¿Te animas a compartirlo con nosotros?
Referencias
Booth (2001)
López x (1996)
A mi me gustaría investigar sobre la «plasticidad emocional» es decir, qué factores biológicos, históricos, neurológicos, caracteriales etc tienen influencia en la superación y adaptación, o no, de las crisis vitales intrínsecas al camino de la vida.
Gran artículo, una pena que cada vez se dediquen menos recursos a la investigación.
Pero cuándo y dónde nace investigar?
Estoy comenzando con un instituto de investigación bíblica.
Gracias por tus Tips.
Aún veo más allá, Dios te va aclarando y revelando lo necesario para tu entorno hoy.
Dice en Eclesiástes «Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, ya fue; y Dios restaura lo que pasó»
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