"le produce un raro placer –el placer de la transgresión– y a menudo recrea posibles escenas que incluyen una intervención policial, la detención del Viejo, un interrogatorio lleno de preguntas con borrosas connotaciones sexuales […]. Pero una cosa es imaginar y otra muy distinta es tentar al diablo." (62)
Mesa, Sara
Biografía
Sara Mesa (Madrid, 1976) estudió Periodismo y Filología Hispánica y actualmente reside en Sevilla, ciudad donde sitúa gran parte de sus obras. Su narrativa está vertebrada por los abusos de poder, las relaciones problemáticas y el anhelo de libertad. Mesa elabora atmósferas inquietantes que someten al público lector a un cuestionamiento constante de las convenciones sociales. Es reconocida en el panorama literario por obras como Cuatro por cuatro (2013) o Un amor (2020), por su recepción en prensa y por su presencia en galardones como el Premio Herralde (2012), en el cual fue finalista.
Sinopsis
Casi, una adolescente de «casi» catorce años, se esconde cada día en el parque para huir de la escuela. El Viejo, un señor de cincuenta y cuatro, va al mismo parque para alejarse de una realidad que lo margina. Así empieza la historia de estos dos seres desarraigados, inadaptados e incomprendidos que tejen una peculiar amistad fomentada por conversaciones en torno a pájaros y a Nina Simone.
A través de una defensa de la inadaptación y la diferencia, la novela narra el rechazo por parte de la sociedad a esta relación, la cual encuentra su lugar entre lo que sucede, lo que parece suceder y lo que se interpreta de lo sucedido.
Reseña
Cara de pan enfrenta la dialéctica entre los estándares sociales y las identidades periféricas. Ambos protagonistas huyen de su propia marginalidad y acaban refugiándose en el mismo espacio: el parque, entendido como no-lugar, que favorece la pérdida provisional del rol social y la liberación de los convencionalismos. La voz narrativa no concede demasiados detalles, ni siquiera sus verdaderos nombres. Casi y el Viejo establecen sus propias identidades desde el cuestionamiento de los arquetipos y las imposiciones sociales, siendo el colegio y la familia para ella, y el psiquiátrico y la policía “de la mente” para él. Con la construcción de los dos sujetos anónimos, quien lee es testigo de la amistad que va forjándose, día tras día, desde la inocencia y la ingenuidad, aunque, a medida que avanza la novela, el pacto de lectura se rompe y atendemos a unos hechos distorsionados por el discurso colectivo.
Aquello que Casi escribe en su diario, cuya existencia se revela gracias a la voz narrativa, favorece la inmisericorde interpretación de las instituciones disciplinarias –la familia, el colegio, el hospital. Casi jamás reconoce ante las autoridades la ficcionalidad de sus historias, sino que concede espacio a la deducción. De esta manera, el quiebre del «horizonte de expectativas» (Jauss, 1967: 166-167) supone el quid de la obra: confundir lo que sucede, mezclado con lo que se espera y lo que se prejuzga, para que encaje con lo que no tiene nombre. Casi entiende que debe ocultar su amistad, aunque no haya nada que pueda resultar verdaderamente sospechoso; para el resto del mundo, el Viejo podría ser un depravado en razón de su edad y ella una niña débil, manipulada y seducida.
Si bien ambos son víctimas, solo Casi es leída socialmente como tal, pues el Viejo se anula como sujeto por su condición de enfermo mental. El análisis deshumanizador lo convierte en un peligro potencial para la sociedad. El diario que parecía en un principio tener como objetivo la atenuación de la marginalidad a la que Casi se ve sometida, describiendo aquello que cree que le ocurriría a cualquier chica de su edad si se encontrara en tal situación, solo acerca al Viejo a su condena. En la segunda parte de la novela, ella misma se da cuenta de que «mientras modificaba al Viejo, lo destruía» (111).
La lectura que Casi hace sobre el Viejo en su diario es la misma que se plantea el público lector en sus encuentros: ¿qué es lo que el Viejo busca de ella? ¿Cómo se teje la amistad intergeneracional, colectivamente estigmatizada, entre dos figuras marginadas? De la misma forma que el protagonista de Lolita, de V. Nabokov, cuestionaba los límites sociales, Casi construye su identidad en función de lo que se le prohíbe en su relación con el Viejo. De este modo, y a través de un lenguaje que evoca a la incomodidad de lo no dicho, Cara de pan se interpreta como un juego incesante por la búsqueda de las fronteras entre lo moral, lo socialmente correcto y lo inadecuado.
Autopoética
"Como a muchos otros escritores, me interesan los antihéroes. No es una premisa que me ponga de partida, pero cuando ves a ciertas personas y atisbas en ellas una herida ¿Acaso no te preguntas cuál es la historia que llevan detrás? Eso para mí es también una forma de escritura" (López, 2018).
Bibliografía crítica
Jauss, Hans-Robert (1967). La literatura como provocación [Trad. Juan Godo Costa], Barcelona, Ediciones Península.
López, Carmen (2018), “'Cara de pan', la turbadora historia de una adolescente y un cincuentón llamada a ser el libro del año” elDiario.es, 10/12/2023, <https://www.eldiario.es/cultura/libros/cara-llevado-sara-mesa-masivo_1_1872624.html>.
Gámez Bosque, Lara (2024), "Sara Mesa. Cara de pan", Lletra de Dona in Lletra de Dona in Centre de Recerca ADHUC—Teoria, Gènere, Sexualitat / Universitat de Barcelona, data de consulta