Sentí la absoluta necesidad de volver a explicar, de quedarme sin sangre, a fin de que el equívoco se resolviera a favor de una verdad que estaba más allá de los hechos comunes. Pero logré darme cuenta a tiempo de cuán alto era el muro del desentendimiento para treparlo con mis propias uñas.
Somers, Armonía
biografía
Escritora uruguaya (1914-1994) en un primer momento ensombrecida por el boom latinoamericano y por los críticos que la tildaron de rara al no poder situarla en una genealogía apropiada, Armonía Etchepare, maestra de profesión, asumió el pseudónimo de Armonía Somers para escribir. Su primera novela -La mujer desnuda- aparece en 1950, y empieza a construir una obra situada en las antípodas del modelo realista imperante, con títulos como Sólo los elefantes encuentran mandrágora (1986).
sinopsis
La niña que protagoniza esta novela —cuyo nombre se omite— tiene una historia que contar pero demasiadas dificultades para ser comprendida. Huérfana e integrada en una familia sin parientes, hecha de retazos recogidos casi al azar, se inicia a la vida entre la sordidez y humillación que la existencia esconde. En el seno de un entorno abyecto crece su conciencia de estar deslizándose permanentemente al margen de un mundo enfermo que su mirada deseante no consigue descifrar, y que terminará por estallar en un crimen indecible. Solo un loro que todo lo ha observado dará finalmente las claves paródicas del relato, un Oliver Twist actualizado y adelgazado.
reseña
Combinando la sagacidad narrativa con una condensación metafórica selecta, Armonía Somers construye en esta novela un relato que bascula entre lo críptico de un punto de vista infantil que trata de bucear por una realidad opaca, y lo paródico de la constante interpolación de la trama con una personal reformulación de la historia bíblica de Tobías, evocada por un loro que, encarnando al mismo diablo, se erige en testigo privilegiado y reflexivo de los acontecimientos que animan el sórdido hormiguero por el que se desliza la niña protagonista.
Tras un crimen entre sus hermanos —que no lo son—, ésta relata a un inspector de policía la historia de su corta vida —que apenas alcanza los diez años. En tal confesión, su perspectiva infantil desenmascara las relaciones artificiosas e hipócritas que sustentan el mundo de los adultos, del que la separa un hiato comunicativo que nunca llega a superar. Frente a las palabras trituradas por el hastío de aquellos, la protagonista acude a una visión imaginaria y simbólica de la realidad que le permite evadirse y aislarse de un entorno amenazante, pero también dar cuenta de una iniciación a la vida que tiene más de naufragio existencial que de tránsito deseado.
Por eso, cuando tras su narración aparecen "Los rollos de Asmodeo", enésimo documento añadido al texto principal, en el que un loro ofrece su particular visión de la historia de Tobías y del relato de la niña, su relectura de los hechos no deja de hacer evidente lo que hasta entonces se ha ido presagiando: la enjaulada libertad que gobierna la vida de los seres humanos. Bajo tal rúbrica paradójica se desarrolla un relato que no hace sino confirmar el escaso margen que la sociedad reserva para singulares e inadaptados.
De ahí que un loro cuestione la moral que se aloja en la tradición, y una niña aborde a lomos de su imaginación una verdad que no encaja en sus palabras. Como se advierte en la revisión del texto bíblico, el mundo es el muro contra el que se estrella el deseo, la orilla del mar de donde la niña parece querer alejarse, pero que la succiona para asimilarla. Y así, aunque ella intente partir y olvidar su culpa, "ya no hay más remedio que vivir".
Escudero Prieto, Víctor (2008), "Armonía Somers. Un retrato para Dickens", Lletra de Dona in Centre Dona i Literatura, Barcelona, Centre Dona i Literatura / Universitat de Barcelona.