Lletra de dona es un espacio de publicación y difusión de reseñas de obras escritas por mujeres, dentro de los ámbitos tanto de la creación literaria (narrativa, teatro, poesía, ensayo, autobiografía) como de la teoría crítica
"le produce un raro placer –el placer de la transgresión– y a menudo recrea posibles escenas que incluyen una intervención policial, la detención del Viejo, un interrogatorio lleno de preguntas con borrosas connotaciones sexuales […]. Pero una cosa es imaginar y otra muy distinta es tentar al diablo." (62)
“tan altos que los clientes pedían por favor que no te los sacaras, y los lamían esperando saborear un poco de esa gloria travesti, esa frivolidad tan honda, esos piesotes de varón coronados por zapatos de princesa puta.” (Sosa 173)
"La Maria es va quedar parada, mirant. A poc a poc, li va venir la por: ells se n’anaven, la vida ara era seva; però quantes coses en una vida! Un regal així tan gran, que el podria, que el podria carregar?"
¡No me hables cuando estoy al teléfono, Juan, que me da mucha rabia! Es el señor Miravet, que ha llamado su difunto suegro y su mujer se ha desmayao y está en el hospital con un shock. Señor Miravet, escuche, mi opinión es que su suegro pudo dar finalmente con esa vía de comunicación y, como hombre formal que era, cumplir la última promesa que le hizo a su hija.
“ya he caído en hablar de mis cosas y no puedo parar; pero antes de seguir, diré para mi descargo que no le doy valor a lo que cuento por tener relación con mi historia personal, sino en cuanto estos hechos privados tejen el proceso que me ha traído a entender las cosas de una determinada manera.”
Y la noche, como todo lo que nombrabas, se convertía en personaje de cuento. Era el duendecillo Noc, lo sentías revolotear con sus alas irisadas y negras, bajar dulcemente hasta ti, hasta tu boca abierta, y meterse en tu cuerpo.
Habéis empujado hacia mí estas piedras. Me habéis amurallado para que me acostumbre. Pero aunque ahora no pueda ni intente dar un paso, ni siquiera proyecte fuga alguna, ya sé que es por allí por donde quiero ir, sé por dónde se va. Mirad, os lo señalo: por aquella ranura de poniente.
Y no olvides una cosa -le dijo miss Lunatic-. No hay que mirar nunca para atrás. En todo puede surgir una aventura. Pero ante las ansias de la nueva aventura, hay como un miedo por abandonar la anterior. Plántale cara a ese miedo.
Las chicas sin novio andaban revueltas a cada principio de temporada, pendientes de los chicos conocidos que preparaban oposición a notarías. Casi todas estaban de acuerdo que era la mejor salida de la carrera de Derecho, la cosa más segura. Otras, las menos, ponían algunos reparos.
Solo sé que al alba, me desperté. Que, como el primer día de mi llegada a la isla, la luz gris perlada del amanecer acuchillaba las persianas verdes de mi ventana. Tenía los ojos abiertos. Por primera vez no había soñado nada. Algo había en la habitación como un aleteante huir de palomas.
Tenía en gran estima el otro objeto que había añadido a la colección, la bellota grande; pero siempre que la miraba se quedaba triste y perpleja. - Amelia, ¿qué significa esa bellota? - le preguntó el primo Lymon. - Ya lo ves; es sólo una bellota - contestó Miss Amelia -. No es más que una bellota que cogí la tarde en que murió papá. - ¿Cómo dices? - insistió el primo Lymon. - Digo que no es más que una bellota que vi en el suelo aquel día. La cogí y me la guarde en el bolsillo. No sé por qué. - Vaya una razón para guardarla - dijo el primo Lymon.
Sintió que la ira le invadía. Era una oleada de odio hacia el soldado, tan fuerte como el júbilo que había sentido sobre el caballo desbocado. Todas las humillaciones, las envidias, todos los temores de su vida confluyeron en aquel odio inmenso. Se levantó tambaleándose y echó a andar ciegamente por el bosque ya oscuro.
Bien, señoras ideas, pasen ustedes al salón de actos. Usted sí, usted es una dama respetable, admitida en la buena sociedad. Usted no, señorita. Usted es subversiva... [...] Usted es inmoral... Divertido, sí señor, pero inmoral... Si quiere que le diga la verdad -acérquese un poco- puede usted pasar al salón, siempre que se disfrace honestamente.
"No te creas que tienes el monopolio de la transexualidad. También yo de niño soñaba como tú con ser una mujer [...] Es un tormento, un suplicio continuo. Llegó un momento en que solo tenía dos posibilidades ante mí: o me suicidaba o vivía de mujer."
A pesar das ruínas e da morte, Onde sempre acabou cada ilusão, A força dos meus sonhos é tão forte, Que de tudo renasce a exaltação E nunca as minhas mãos ficam vazias.
E allora ho fatto un libro, e vi ho anche cacciato dentro la poesia, perché i nostri aguzzini vedano che in manicomio è ben difficile uccidere lo spirito iniziale, lo spirito d’infanzia, che non è, né potrà mai essere corrotto da alcuno.
He huido tantas veces de ti pero siempre estás a mi lado. Tus rodillas y mi forma de llorar, tus manos y mi sudor, tus ojos y mi mirada.
A diferencia del hombre musulmán, que establece su dominación por medio del uso del espacio (excluyendo a la mujer de la arena pública), el occidental manipula el tiempo y la luz. Esto último afirma que una mujer es bella sólo cuando aparenta tener catorce años.