Yacimiento: Monasterio femenino hospitalario de Santa María de Alguaire (el Segrià).
Campañas: 2016 hasta la actualidad.
Dirección: Maria Soler, Walter Alegría, Marta Sancho.
Coordenadas: 298716, 4623491 (UTM31N – ETRS89)
Ubicación y situación inicial:
El yacimiento se sitúa en la provincia de Lleida, en el municipio de Alguaire, sobre el peñasco conocida como sierra del Convent, que desde una posición privilegiada domina la llanura del Segrià. A pesar de la amplia extensión del sitio (4,6 ha), los vestigios visibles antes de empezar a excavar eran muy escasos. Por un lado, bordeando el yacimiento por los límites sudeste y noreste, se levanta un largo muro de tapia sobre hiladas de piedra que algunos autores interpretan como parte de una antigua fortaleza de origen andalusí, mientras que para otros constituye el muro perimetral de protección del recinto monástico. Más allá de esto, en el límite noroeste de la peña se vislumbraban los vestigios de una estructura de piedra que hoy sabemos que formaba parte del ábside de la iglesia conventual.
Breve trayectoria histórica:
De origen andalusí, el lugar de Alguaire aparece en la documentación condal a mitad del siglo XII, con la conquista y posterior cesión a la orden de San Juan de Jerusalén de la fortaleza ubicada en este lugar con el objetivo de fundar una comandancia hospitalaria. El monasterio femenino de Alguaire es heredero del fundado poco antes en Cervera, trasladado a mitad del siglo XIII a la sierra del Convent. Se trataba de un monasterio femenino de mujeres hospitaleras, integrado por las hijas de la más alta nobleza catalana, encabezadas por una priora. Sabemos que los dominios de dicho pedido fueron incrementándose durante la baja Edad Media, con posesiones no sólo en el término de Alguaire sino también en otros lugares de la plana del Segrià.
La trayectoria del monasterio vivió múltiples vicisitudes. Sabemos que el cenobio sufrió la irrupción de la Guerra Civil catalana del siglo XV, pero mucho más intenso fue la acometida de la Guerra de los Segadores, que en 1640 obligó a la comunidad a refugiarse en el palacio episcopal de Lleida. Su emplazamiento en territorio de frente y las dificultades económicas para continuar subsistiendo determinaron que en 1644 la comunidad se trasladara a Barcelona. En 1651, la peste afectó a la ciudad condal y las religiosas, después de once años de ausencia, regresaron a Alguaire.
La vuelta al monasterio no fue fácil porque el edificio estaba en ruinas y fueron necesarias obras de reparación. Las dificultades económicas y el mal estado del monasterio empujaron a la comunidad a solicitar, en 1684, el traslado definitivo a Barcelona. A pesar de la oposición inicial del obispado de Lleida, su marcha fue autorizada y las religiosas abandonaron definitivamente Alguaire en 1699, pasando a ocupar el palacio del Gran prior de Cataluña. En este emplazamiento continuaron, no sin algunas interrupciones, hasta 1880, cuando fueron trasladadas a Sant Gervasi de Cassoles y, posteriormente, en 1976, se instalaron en el nuevo monasterio construido en Valldoreix, que quedó deshabitado en 2007 por falta de vocaciones.
Intervenciones arqueológicas:
Las excavaciones arqueológicas se iniciaron en 2016 mediante un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Alguaire y la Universidad de Barcelona, con el objetivo de estudiar la trayectoria histórico-arqueológica del yacimiento. A partir del año 2018 estos trabajos se integraron dentro del proyecto “Castilos, Monasterios y Palacios. Poder, Territorio y Paisaje (siglos XII-XVII)” financiado por el programa de investigación arqueológica de la Generalidad de Cataluña y el Ayuntamiento de Alguaire.
Las excavaciones realizadas hasta la fecha nos han permitido documentar las estructuras correspondientes a la iglesia del monasterio. Los vestigios localizados nos muestran la existencia de una iglesia monumental de grandes dimensiones (5,5 m de ancho x 30 m de longitud). La nave del templo estaba cubierta con una bóveda sostenida por cuatro pares de pilares decorados con columnas de media caña. El templo disponía de crucero y un ábside sobrealzado, así como varias capillas laterales. Aunque la comunidad accedía a la iglesia a través de la puerta de comunicación con el claustro, la portada principal se situaba a los pies de la nave y tenía un carácter monumental.
BIBLIOGRAFÍA
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