La investigación es una herramienta útil que orienta al profesorado, pero no determina qué puede funcionar en el aula, concluye Dylan Wiliam (profesor emérito del Educational Assessment en UCL Institute of Education).
Explica cómo la investigación no puede aportar recetas, pero sí indicaciones:
«Si bien la investigación educativa nunca puede decir a los docentes, líderes y legisladores qué hacer (las situaciones son demasiado variadas y complejas), puede sugerir qué prácticas es probable que tengan los mayores beneficios para sus estudiantes y las que probablemente sean menos efectivas. Sin embargo, incluso cuando dicha guía es respaldada por las evidenciaa, es importante señalar que puede no ser aplicable a todas las situaciones. Como resultado, maestros, líderes y legisladores deben ser consumidores críticos de la investigación educativa.”
Por lo tanto, se hace necesario conocer las aportaciones de la investigación para poder incorporar en la práctica educativa los descubrimientos e informaciones que puedan ser útiles en cada entorno educativo concreto.