Diccionario histórico de perífrasis verbales

Fincar + gerundio

Daniel Cuní Díez
Universitat de Barcelona, Universitat Internacional de Catalunya y Universitat Oberta de Catalunya
Contenidos
Relación con otras construcciones multiverbales

Síntesis

Perífrasis verbal aspectual de valor durativo, sinónima de quedar(se) + ger. Se documenta en español desde el siglo xiii hasta el xvi, siempre con muy baja frecuencia de empleo.

Con fincar + ger se indica que el evento expresado por el gerundio se prolonga en el tiempo. En (1), fincava peleando puede glosarse como ‘se quedaba peleando, estaba peleando’.

(1) Gomez Ferrandez, hermano d’este Nunyo Ferrandez pregunto por el et dixieronle como fincaua peleando contra los moros. (Juan Fernández de Heredia, Gran crónica de España III, España, 1376-1391, corde)

La perífrasis se origina a partir de la combinación del verbo estativo fincar ‘quedar(se), permanecer, estar’ con un gerundio. Al combinar un verbo que significa ‘permanecer en un lugar’ con un gerundio, se activa un significado durativo. Permanecer en un lugar haciendo algo permite inferir metonímicamente que la acción se prolonga en el tiempo.

Esta construcción presenta muy pocos usos perifrásticos. A lo largo de la historia, en la mayoría de los ejemplos se percibe el sentido locativo propio del verbo fincar. Con frecuencia, incluso, aparece una referencia a un lugar concreto, ya sea por medio de un sintagma preposicional de lugar (2) o mediante un adverbio locativo (3). En (2), el rey envía a los suyos a una batalla y él se queda en su tienda jugando; en (3) los cristianos se quedan en la sierra (allí) esperando.

(2) El rey radulfo creyendo sin dubdo quelos suyos fuesen uictoriosos enuio los ala batalla. & el finco iugando a taulas en su tienda. (Juan Fernández de Heredia, Gran crónica de España I, España, 1376-1391, corde)

(3) Asi que era millor que la huest se partiesse el dia vinient d’alli, et los xristianos que eran en la sierra fincassen alli sperando la mercet de Dios. (Juan Fernández de Heredia, Gran crónica de España III, España, 1376-1391, corde)

En otros casos, aunque no aparece ningún marcador de lugar, del contexto todavía se infiere el valor locativo del verbo fincar. Así, en (4) se sobrentiende que la mujer se queda llorando en el lugar donde estaba con el duque.

(4) E besóla; e después tomóle las manos e besógelas. E fuese el duque. Ella fincó llorando. (Gutierre Díaz de Games, El Victorial, España, 1431-1449, corde)[1]

Por último, encontramos ejemplos perifrásticos como el de (5), donde ni aparece referencia locativa alguna ni se puede inferir del contexto. En (5), fincó viendo aquellas cosas puede glosarse por ‘se quedó viendo aquellas cosas’.

(5) Auie sentido de ueer la uilla. & de como se lauraua el tiemplo. & se recombrauan las uinnas & las huertas. & tod esto ueye el como por suennos. & finco assi ueyendo aquellas cosas. (Alfonso X, General Estoria. Cuarta parte, España, c 1280, corde)

Este cambio semántico corre parejo al reanálisis sintáctico de la construcción, formada por un verbo auxiliar y un verbo auxiliado en gerundio. Esta reorganización de la estructura de constituyentes supone que fincar deja de ser un verbo léxico que subcategoriza sus propios argumentos para formar una construcción perifrástica con un gerundio.

La perífrasis apenas muestras signos de evolución: se conjuga siempre en pretérito imperfecto de indicativo o en pretérito indefinido, aparece únicamente en tercera persona y los sujetos son siempre animados.

Contextualmente, la perífrasis adquiere matices inceptivos. Sin embargo, a diferencia de lo que se sostiene en Yllera (1980: 53), estos valores no forman parte de la semántica de la perífrasis, sino que se activan a través del contexto. En (6), fincó llorando puede glosarse como ‘empezó y se quedó llorando’. Ahora bien, el sentido inceptivo deriva de la oración temporal que precede a la perífrasis: una vez que Héctor se va enfadado, ella empieza a llorar.

(6) E desque don Hector ouo aquesto dicho, partiose della muy sañudo e ella finco llorando muy cuytada. (Anónimo, Historia troyana en prosa y verso, España, c 1270, corde)[1]

La desaparición de esta perífrasis pudo verse activada por la pérdida de la acepción de ‘permanecer, quedar’ del verbo fincar, que se mantiene en la lengua bajo la forma hincar, con el sentido de ‘introducir, o clavar, arrodillarse’ (dcech, s.v. hincar).

[1] Este ejemplo presenta problemas de fiabilidad ecdótica, según el trabajo de Rodríguez Molina y Octavio de Toledo y Huerta (2017), por lo que no se ha tomado en consideración para los cómputos estadísticos.

 

Discusión

Corominas, Joan; Pascual, José Antonio (1980-1991). Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (dcech). Madrid: Gredos.

Rodríguez Molina, Javier; Octavio de Toledo y Huerta, Álvaro (2017). “La imprescindible distinción ente texto y testimonio: el corde y los criterios de fiabilidad lingüística”. En Scriptum Digital, vol. 6: 5-68.

Yllera, Alicia (1980). Sintaxis histórica del verbo español: las perífrasis medievales. Zaragoza: Departamento de Filología Francesa. Universidad de Zaragoza.

Scroll al inicio