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Scripta Nova.
 Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] 
Nº 69 (3), 1 de agosto de 2000

INNOVACIÓN, DESARROLLO Y MEDIO LOCAL.
DIMENSIONES SOCIALES Y ESPACIALES DE LA INNOVACIÓN

Número extraordinario dedicado al II Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)

EL LABORATORIO GENERAL DE ENSAYOS DE BARCELONA (1922):
LA TÉCNICA Y LA CIUDAD

Antoni Roca Rosell
Centre de Recerca per a la Història de la Tècnica
ETS Enginyeria Industrial de Barcelona
Universitat Politècnica de Catalunya



El Laboratorio General de Ensayos de Barcelona (1922): la técnica y la ciudad (Resumen)

El laboratorio fue uno de los componentes más significativos de la nueva industria basada en la ciencia (química y electricidad) que se desarrolló en el último tercio del siglo xix. El laboratorio era el centro de ensayos, pero también el escenario del aprendizaje práctico y teórico. El desarrollo de los laboratorios técnicos en Cataluña estuvo relacionado con la difusión de la industria basada en la ciencia y con la consolidación de las ciudades, que incluían redes de transportes, suministros y servicios. En 1922 se fundió un laboratorio oficial organizado a partirde las escuelas técnicas de la Escuela Industrial de Barcelona.

Palabras clave: Ingeniería, laboratorio, Escuela Industrial de Barcelona, relaciones técnica, ciencia e industria.


The Laboratorio General de Ensayos of Barcelona (1922): technical and city (Abstract)

The laboratory was the most significant component of the new science-based industry - chemistry and electricity- which developed in the last third of the nineteenth century. The laboratory was the centre for testing, but also the scene for practical and theoretical apprenticeship. The growth of technical laboratories in Catalonia was related to the spread of science-based industry and to the consolidation of modern cities, which included a network of transports, supplies and services. An official laboratory based on the engineering schools of the Escola Industrial de Barcelona was found in 1922.

Keywords: engineering, laboratory, Industrial School of Barcelona, relationship between technology, science and industry.


La ciudad moderna -industrial, de comercio y de servicios- incorpora (y oculta) un gran número de técnicas que hacen posible la vida y el trabajo de tantas personas en un espacio relativamente reducido. En relación con este conjunto de técnicas, el laboratorio técnico de servicio público surgió como elemento de garantía y de innovación.

Quiero considerar el caso del Laboratorio General de Ensayos de Barcelona, que fue reconocido como laboratorio oficial en 1922.(1) Se trata del primer laboratorio con esta condición en Cataluña, pero al mismo tiempo es una consecuencia muy representativa del tipo de desarrollo social y económico de Cataluña en las primeras décadas del siglo xx y de la orientación política del catalanismo en esa época. El Laboratorio se encontraba en la encrucijada de varias tendencias y procesos: primero, en Cataluña se estaba consolidando el proceso de industrialización y de modernización del la agricultura, lo cual representaba el crecimiento de las ciudades y la creación de nuevas demandas de servicios; segundo, el catalanismo político, que había irrumpido en la vida política a principios de siglo xx, principalmente a nivel municipal y en las diputaciones provinciales, promovía la renovación educativa, dentro de la cual jugaba un papel muy importante la creación de un sistema moderno de enseñanza técnica; finalmente, en el marco de una concepción fuertemente utilitaria, se pretendía la incorporación de la comunidad científica catalana a la escena europea. Para conseguir un mayor nivel de institucionalización de las actividades científicas y técnicas, en vista del absentismo del Estado central, se optó por utilizar las corporaciones locales, principalmente las diputaciones provinciales.(2)

La "Universidad" Industrial de Barcelona (1904)

Crear un gran centro dedicado a la enseñanza técnica fue uno de los grandes objetivos del catalanismo político en el primer tercio de siglo xx. Se admite que Cataluña puede considerarse una región plenamente industrial hacia 1900. Como es sabido, el proceso de industrialización se había iniciado en el siglo xviii, centrado en la industria textil de lana y algodón. Poco más de un siglo después, el sistema industrial catalán alcanzaba otros sectores productivos, como la construcción mecánica, la química, la transformación de productos agrarios y la producción de bienes de consumo.(3)

Uno de los obstáculos serios del proceso de industrialización catalana era la escasez de energía, por la insuficiencia de carbón y por la irregularidad del caudal de los ríos. La electricidad apareció, pues, como una opción posible, para la cual podía contarse con más recursos, dadas las características del Pirineo, con la condición de poder transportar electricidad a grandes distancias (cosa que empezó a ser tecnológicamente viable en la última década del siglo xix). En los primeros años del siglo xx, el proceso de electrificación de la industria catalana fue muy rápido acuciado por la escasez de los otros recursos.(4)

El proceso industrializador catalán se estaba realizando en gran parte en el contexto del desarrollo industrial de Europa, no sólo porque los empresarios y técnicos catalanes observaban el proceso en Inglaterra, Francia o Alemania, sino también porque empresarios y técnicos ingleses, franceses o alemanes instalaron sus negocios o delegaciones de sus empresas en Cataluña. En el caso de las industrias de tecnologías de base científica (química y electricidad), esta presencia de empresas y técnicos europeos era muy importante y favoreció el conocimiento directo de los centros educativos donde se habían formado en sus países de origen. Pareció que no era imposible crear centros similares en Cataluña y ésta fue otra de las bases de las reformas.

El mismo desarrollo industrial puso de manifiesto que se necesitaba más personal técnico y con una preparación adecuada, desde los niveles elementales hasta la ingeniería. Las iniciativas del Estado en este terreno habían tenido resultados bastante limitados. Además, la coyuntura económica catalana de la época era bastante singular, con una economía casi plenamente industrializada que tenía que convivir en una España donde todavía las formas arcaicas de producción eran dominantes, con muy pocas excepciones, singularmente, el País Vasco.

La ciudad de Barcelona había absorbido en 1897 algunos de los municipios del Llano de Barcelona y se estaba afianzando como un centro económico de un importante dinamismo. En este contexto se habían planteado cuestiones como la salud pública y la salubridad general de la ciudad y el establecimiento de servicios adecuados en distintos terrenos, como por ejemplo completar la red de cloacas o mejorar el abastecimiento de aguas.(5)

Por lo que se refiere a la situación política, en 1898 España perdió las colonias en América y en Asia, tras un enfrentamiento armado con la que entonces era sólo una potencia regional, los Estados Unidos de América del Norte. La derrota militar fue interpretada como una señal de inferioridad tecnológica.(6)

En este sentido, en 1900 el gobierno español incorporó por primera vez un ministerio de Instrucción Pública que al año siguiente promulgó una iniciativa legislativa por la cual se creaban escuelas industriales en distintas ciudades de España. En Cataluña, fueron creadas las escuelas industriales de Terrassa y de Vilanova i la Geltrú, pero la escuela industrial de Barcelona quedó pendiente de negociación.

Poco después, en 1904, contando con una subvención del Estado aún modesta, se constituyó el Patronato de la Escuela Industrial, con presencia de entidades públicas, como la Asociación de Ingenieros Industriales o la asociación patronal Fomento del Trabajo, y representación de las corporaciones locales, el Ayuntamiento y la Diputación provincial de Barcelona. Adquirieron el edificio de una gran fábrica en el Ensanche de Barcelona, la fábrica Batlló, que había sido desalojada poco antes y que ofrecía muchas posibilidades para albergar un centro técnico. En un discurso algo ampuloso con motivo de una visita real, Augusto de Rull se refirió a la visión que el Patronato tenía sobre el futuro de la Escuela Industrial:(7)

"Aquí podrá encontrar [el estudiante], sin fatigar el espíritu con exotismos, añoranzas y desamores, todo cuanto pueda pedir su educación física en gimnasios y juegos esportivos [sic] de toda clase, y servirán de estímulo a su afán de saber numerosos laboratorios, el primero de los cuales será probablemente el de ensayos que nuestro Municipio proyecta establecer,(8) y ante todo principalmente los grandes museos pedagógico, industrial y comercial. Estos museos, la más rica y grandiosa manifestación de la Escuela, constituirán el nervio de la enseñanza objetiva y servirán a la vez de aglutinante a las asociaciones profesionales que encontrarán en ellos la contrastación y la fuente de su comercio y perfeccionamiento."(9)

El planteamiento inicial era, pues, bastante ambicioso y incluía, como hemos destacado, con la presencia de "numerosos laboratorios" y "grandes museos" adjuntos a la enseñanza, con finalidades no sólo docentes sino también de investigación. El señor Rull reflejaba bien una opinión compartida extensamente en Cataluña, tal como se puede comprobar, por ejemplo, en el influyente documento sobre enseñanza técnica que el Fomento del Trabajo había publicado en 1900.(10)

Ya hemos sugerido que la subvención otorgada por el Gobierno español no era suficiente para iniciar las actividades de la Escuela Industrial. La situación empezó a desencallarse sólo después de 1907, con la llegada de Enric Prat de la Riba, dirigente de la Lliga Regionalista, a la presidencia de la Diputación de Barcelona. Efectivamente: en 1909 empezaron las clases de la Escuela de Industrias Textiles y, en los años sucesivos, fueron instalándose otras enseñanzas. La concepción pedagógica que inspiraba el proyecto de la Escuela Industrial de Barcelona consideraba la integración plena de la práctica técnica e industrial en el sistema de enseñanzas, incluidas, por supuesto las enseñanzas científicas y culturales. Se pretendía que los alumnos aprendieran las tecnologías en un entorno lo más cercano posible al trabajo industrial real. En este sentido, los laboratorios de cada escuela tenían la misión de familiarizar los futuros técnicos especialistas con los laboratorios industriales que ya existían, con mayor o menor desarrollo, en muchas industrias del país, principalmente las industrias químicas y las eléctricas.

La cronología del establecimiento de las distintas enseñanzas es la siguiente:(11)

1909:  Escola d'Indústries Tèxtils

1910:  Laboratori d'Estudis Superiors de Química

1911:  Escola Superior d'Agricultura

1913:  Escola Elemental del Treball

1913:  Escola de Teneria

1913:  Escola de Blanqueig, Tintoreria, Estampació i Aprestos

1917,1919:  Institut d'Electricitat i Mecànica Aplicades

Cada una de estas enseñanzas partió de esos principios pedagógicos que he mencionado. Para establecer la escuela de industrias textiles, por ejemplo, se adquirió la maquinaria de una fábrica completa. El laboratorio químico se montó a través de la compra de un laboratorio industrial privado que había fracasado por motivos empresariales. De esta manera, como decimos más arriba, la enseñanza técnica podía estar directamente ligada con las condiciones reales de trabajo.(12)

Al mismo tiempo, en el caso de la química, el mismo laboratorio se organizó para ser utilizado por la Escuela de Ingenieros Industriales, cuyo traslado a la Escuela Industrial parecía más o menos inminente, pero se retrasó algunos años, como comento más adelante. Los laboratorios de las escuelas habían sido pensados como laboratorios docentes, pero los dirigentes de la Diputación pensaban en utilizarlos en los distintos proyectos y servicios técnicos que estaban bajo su responsabilidad. En un informe de 1918, que consideramos que fue redactado por E. Terradas, se planteaba un plan general de utilización de los laboratorios existentes y sus posibles ampliaciones a otros campos, como por ejemplo la hidráulica y la aeronáutica.(13)

El Laboratorio General de Ensayos y Acondicionamiento

El Laboratorio General de Ensayos fue constituido en 1919 coordinando los distintos laboratorios de las escuelas y creando un acondicionamiento textil, es decir, una instalación para controlar la humedad de las fibras, complementario al ya existente en Terrassa desde unos años antes. El conjunto de laboratorios fue reconocido como laboratorio oficial en 1922.

Como hemos dicho, el establecimiento de los laboratorios en la Escuela Industrial no se refería únicamente a los objetivos docentes. La Diputación provincial de Barcelona (el principal organismo a través del cual actuaron políticamente las fuerzas políticas catalanistas y de izquierdas) estableció en el mismo recinto otros laboratorios de ensayo o de control. En 1907 la Diputación había creado formalmente un Laboratorio General de Investigaciones y de Ensayo que, como hemos visto, no había empezado a funcionar en 1908. Por la denominación, ya se ve que tenía un planteamiento universal como laboratorio técnico, pero se empezaron a instalar máquinas de ensayo de materiales pétreos. En 1916, según la Guia de les Institucions científiques i d'Ensenyança, el laboratorio disponía de una prensa Amsler de 30 toneladas para ensayos de compresión; una máquina Michaelis para tracción; dos martillos Bhöme y una amasadora de cemento; un aparato Amsler Laffon para medir la permeabilidad; una plataforma para ensayos de desgaste; una máquina de chorro de arena para el mismo tipo de ensayos; un compresor de aire para la máquina anterior; una máquina frigorífica sistema Lebrunn; una sierra doble circular para preparación de muestras; dos motores eléctricos; un aparato Bauschinger para variaciones lineales pequeñas.(14)

El Laboratorio de Ensayos empezaba, pues, significativamente vinculado a la construcción. Téngase en cuenta que uno de los campos de actuación de la Diputación era el mantenimiento y la construcción de caminos y carreteras y, en este sentido, el Laboratorio debía de cumplir un papel muy valioso. Por otro lado, la ciudad estaba planteándose grandes proyectos, el principal de los cuales se centraba en la remodelación de la montaña de Montjüic como emplazamiento de la Exposición Universal, prevista inicialmente para 1917, pero que terminó celebrándose en 1929.

Este laboratorio fue, pues, el origen del Laboratorio General de Ensayos de 1919. Poco después, como hemos mencionado, se instaló el laboratorio de química, con diversas funciones. Se trataba de un servicio de análisis y comprobación de la Diputación, que fue considerado incluso como Laboratorio provincial de Higiene;(15) pero, además, como hemos avanzado, el laboratorio también fue pensado como laboratorio docente de la Escuela de Ingenieros Industriales.

Quisiera tratar con algo más de detalle esta cuestión. En esa época, la Escuela se encontraba alojada en el edificio de la Universidad, donde tenía graves problemas de espacio y de acomodo de sus instalaciones. Desde 1866, la Escuela tenía un acuerdo con el Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona que le había permitido sobrevivir a la crisis que había provocado la desaparición de todas las otras escuelas de ingeniería industrial. Por esta vinculación con la Diputación provincial, la Escuela de Barcelona se planteaba trasladarse a la Escuela Industrial, dentro de la cual representaría la culminación del edificio tecnológico, que abarcaría así de la formación de aprendices a la ingeniería superior. Para paliar la falta de espacio en el edificio de la Universidad se acondicionaron los laboratorios químicos de la Escuela Industrial que empezaron a ser usados en 1910 por los alumnos.

El traslado de la Escuela de ingeniería industrial no se efectuó inmediatamente, como se había previsto, por el enfrentamiento del claustro de la Escuela y los dirigentes de la Diputación. En 1917 la Escuela pasó a ser únicamente dependiente del Estado central. Disponer de locales adecuados para esta escuela sólo fue posible con el giro de la situación política después del golpe de estado del general Primo de Rivera, que acabó con el poder de los partidos catalanistas. En 1927, la Escuela de Ingeniería Industrial se instaló en el recinto de la Escuela Industrial.(16)

Entretanto, la ruptura con la Escuela de Ingeniería Industrial dejaba la Escuela Industrial "descabezada" sin poder contar con la enseñanza superior. Es en este sentido que se utilizaba la denominación "Universidad" industrial. Para resolver ese problema, los dirigentes de la Diputación se propusieron crear otra escuela de ingeniería, que superase los defectos de la escuela oficial, donde se impartía, según ellos, una formación demasiado teórica y generalista (quizás a causa de la poca adecuación de las instalaciones). Confiaron a E. Terradas el diseño del nuevo centro de ingeniería.(17)

Empezó a funcionar en 1917 con el nombre de Instituto de Electricidad Aplicada. Dos años más tarde se amplió a la Mecánica. El nuevo centro se denominaba "instituto" porque trataba de aunar la enseñanza con el trabajo práctico en el taller y con el ensayo y la investigación en el laboratorio. En este sentido, el papel de los laboratorios estaba claramente definido: (18)

"la constitución de laboratorios de trabajo y de ensayo donde puedan nuestros técnicos, estudiando el país y sus problemas, mantener viva la actividad intelectual en los citados campos; donde dispongan los industriales de un laboratorio de ensayo de máquinas y materiales, tanto de los que reciban como de los que ellos mismos fabriquen; de un instrumento serio de comprobación del propio progreso y de lo que de fuera nos envíen, con la seguridad, a menudo, de que no se descubrirá el fraude posible y oculto. Con este fin se están organizando laboratorios ... que evitarán por lo pronto que en una región de la significación industrial que tiene Cataluña, precise recurrir a menudo a laboratorios instalados en poblaciones distantes."

La idea de combinar el laboratorio con la docencia no era nueva y estaba ya consolidada en la cultura científica y técnica catalana.(19) Señalemos, sin embargo, el hecho de que se pretendía ofrecer un elemento de calidad técnica para la industria y que, al mismo tiempo, se quería conseguir una mayoría de edad tecnológica en la región industrial catalana, dependiente en este sentido, de "poblaciones distantes", es decir, de los laboratorios de Madrid o del extranjero.

Se instalaron, pues, laboratorios de electricidad y de resistencia de materiales, en este caso absorbiendo el laboratorio de la Diputación. Para la electricidad, el laboratorio contó con un abanico muy completo de posibilidades, incluidos los ensayos a alta tensión, una instalación muy singular entonces en Cataluña y España.(20)

Hay que tener en cuenta que el director del Instituto, el mencionado E. Terradas, era también el director del Servicio Telefónico de la Mancomunitat y de su Oficina de Ferrocarriles. A partir de 1923, también dirigió la construcción del metropolitano "Transversal" de Barcelona, un enlace ferroviario convertido en metro, para unir el centro de la ciudad (la plaza Cataluña) con el recinto de la Exposición en Montjüic. El Laboratorio fue, sin duda, un soporte imprescindible para todas estas iniciativas y construcciones.

La Exposición Universal de 1929 estuvo centrada en "la luz". De hecho, el proyecto original de 1913 planteaba una exposición internacional de industrias eléctricas que coincidiese con una exposición de productos españoles. El estallido de la guerra mundial había obligado a posponer la celebración del certamen y, además, generalizó su planteamiento. Sin embargo, la electricidad y sus aplicaciones fueron los elementos más destacados de la Exposición a través de montajes muy espectaculares de iluminación eléctrica, destacando la avenida principal del recinto, culminada por las fuentes luminosas diseñadas por Carles Buigas. La existencia del Laboratorio de la Escuela Industrial también fue un elemento clave en este conjunto de realizaciones.

Además, a partir de 1927 el Laboratorio General de Ensayos fue usado por los estudiantes y los profesores de la Escuela de Ingenieros Industriales como laboratorio docente y de trabajo, con lo que el centro consolidaba su función docente e investigadora. La Escuela de Ingeniería Industrial permanecería en ese edificio de la Escuela Industrial hasta 1964, lo cual quiere decir que el papel docente del Laboratorio General de Ensayos fue muy dilatado.

Laboratorio, industria y ciudad

El Laboratorio General de Ensayos debe considerarse como uno de los principales apoyos tecnológicos de la modernización de Barcelona y Cataluña en los primeros años del siglo xx. En esta época la modernización iba de la mano de técnicas e industrias con base científica y, por consiguiente, en las cuales intervenían cada vez más personas con formación no puramente empírica. Como hemos visto, el origen y el desarrollo inicial del Laboratorio se inscriben en una institución de enseñanza e investigación técnica, la Escuela Industrial de Barcelona, uno de los grandes proyectos científicos y técnicos del catalanismo político de esta época.

En el caso de Cataluña, la modernización de la sociedad y del sistema productivo en los primeros años del siglo xx se basó principalmente en la extensión de la electrificación, que hacía posible el aprovechamiento de uno los pocos recursos naturales catalanes, la cuenca hidrográfica del Ebro y los Pirineos. La electrificación incluía, en primer lugar, la iluminación (de las calles, de las tiendas, de las fábricas y, más adelante, de los hogares); en segundo lugar, las comunicaciones (telegrafía y telefonía); y en tercer lugar, la fuerza motriz en las fábricas y en el transporte, sobretodo, en el ferrocarril.(21)

Es sabido que en muchos de estos aspectos, Cataluña y Barcelona fueron el escenario de las primeras realizaciones en España: se hicieron las primeras pruebas del teléfono Bell en Barcelona (1877); la primera fábrica de producción eléctrica se instaló también en Barcelona (1883); igualmente el primer ferrocarril eléctrico, el segundo metropolitano; etc. La Exposición de 1929 tuvo, en este sentido, un gran valor simbólico de consagración de una voluntad de estar en la vanguardia técnica e industrial.

Los laboratorios reciben en los últimos años un nuevo enfoque en los trabajos historiográficos.(22) Hasta ahora, el laboratorio secreto del alquimista o el cuarto destartalado del inventor habían sido vistos desde un punto de vista mistificador. Al mismo tiempo, los laboratorios industriales o los laboratorios nacionales de control de calidad o de establecimiento de estándares habían sido relegados a una posición secundaria, con poco interés para una historia de héroes y mártires. Las nuevas perspectivas de historia social han rescatado a unos (los laboratorios) de ese olvido y han situado a los otros (las corrientes que podríamos llamar quizás precientíficas, como la alquímia, o los fenómenos sociales o personales, como la invención) en un lugar más realista. Los laboratorios técnicos reciben hoy en día una nueva consideración por haber hecho viable un desarrollo industrial de calidad y una buena enseñanza técnica.

Por otro lado, el estudio del papel de los laboratorios nos permite profundizar en cuestiones como las relaciones entre enseñanza e investigación, entre ciencia pura y aplicada y, en general, entre ciencia y técnica. El conocimiento científico y el conocimiento técnico tienen un alto grado de autonomía y, a la vez, relaciones mucho más estrechas de lo que se ha pensado. Desde el último cuarto de siglo xix, la consolidación de las escuelas de ingeniería como centros universitarios, la progresiva incorporación de la investigación aplicada en algunas universidades así como la vocación investigadora y docente de los laboratorios industriales representan el surgimiento de un nuevo tipo de técnica o de ingeniería, que he denominado ingeniería "de laboratorio". En el contexto catalán y español, en el cual las instituciones académicas han tenido bastantes dificultades para afianzarse como instituciones de investigación y de promoción técnica y cultural, el estudio de la realidad científica y técnica fuera del mundo académico es un reto que deberemos afrontar seriamente en el futuro.
 

Notas

1.  Hace unos años me planteé la situación de conjunto de los laboratorios técnicos en la Cataluña contemporánea y, en particular, la génesis de lo que denominé la ingeniería "de laboratorio", cuyo exponente más claro es, precisamente, el Laboratorio de Ensayos. ROCA ROSELL, A. L'enginyeria de laboratori, un repte del nou-cents. Quaderns d'Història de l'Enginyeria, 1996, vol. 1, p. 197-240.

2. Puede encontrarse un planteamiento general de este momento en ROCA ROSELL, A. Ciencia y sociedad en la época de la Mancomunitat de Catalunya (1914-1923). In Sánchez Ron, José Manuel (editor). Ciencia y sociedad en España. Madrid: ediciones el arquero/CSIC. 1988, p. 223-252.

3.  Ver, por ejemplo, MALUQUER DE MOTES, Jordi. La revolución industrial en Cataluña. In: SÁNCHEZ-ALBORNOZ, N. (comp.) La modernización económica de España 1830-1930, Madrid: Alianza editorial, 1985, p. 199-225; los distintos trabajos de Carreras y Jordi Nadal en Catalunya, la fàbrica d'Espanya. Barcelona: Ajuntament de Barcelona, 1985; CARRERAS, Albert. Cataluña, primera región industrial de España. In: NADAL, J.; CARRERAS, A. (dir. y coord.). Pautas regionales de la industrialización española (siglos XIX y XX). Barcelona: Editorial Ariel, 1990, p. 259-295.

4.  MALUQUER DE MOTES, Jordi. L'électricité, facteur de développement économique en Espagne. In: 1880-1980. Un siècle d'électricité dans le monde. París: Presses Universitaires de France, 1987.

5.  Ver, por ejemplo, GRAU, R. et al. El Naixement de la infrastructura sanitària de Barcelona. El nacimiento de la infraestructura sanitaria de Barcelona. Barcelona: Ajuntament de Barcelona, 1987 (Sèrie de Salut Pública, 6) y ROCA ROSELL, A. Història del Laboratori Municipal de Barcelona. De Ferran a Turró. Barcelona: Ajuntament de Barcelona, 1988.

6.  Relacionar un conflicto armado con la necesidad de renovación científica y técnica fue muy común en todo el mundo en la época del cambio de siglo xix al xx. Ver ROCA ROSELL, A.; LUSA MONFORTE, G. Un altre 98? Ciència i tècnica al tombant de 1900. Afers, 1998, vol. 31, p. 609-626.

7.  RULL, Augusto de. Acto seguido S.M. el Rey concedió la palabra al Sr. D. ..., Secretario del Patronato, quien leyó la Memoria siguiente. Visita de S. M. el Rey D. Alfonso XIII... Barcelona, 1908?, p. 9-22.

8. Tal como lo comentamos más adelante, el laboratorio fue establecido por la Diputación de Barcelona.

9.  Los énfasis en negritas están añadidos.

10. . Apareció en la revista El Trabajo Nacional, pero he consultado otra edición contemporánea. FOMENTO DEL TRABAJO NACIONAL. Proyecto de escuelas industriales elevado al Excmo. Sr. Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes. Industria e Invenciones, 1900, tomo 34, núm. 7, 18 agosto, 47-48; núm. 8, 25 agosto, 57-59; núm. 10, 8 septiembre, 73-74; núm. 11, 15 septiembre, 81-82; núm. 12, 22 septiembre, 89-90; núm. 13, 29 septiembre, 97-98; núm. 14, 6 octubre, 107-108; núm. 15, 13 octubre, 115-116.

11.  Mantenemos los nombres originales, ya que una de las caractrerísticas de la Escuela Industrial de esos años era su compromiso con la normalización del catalán

12.  Para la orientación de la Escuela Industrial de Barcelona y la constitución de las distintas escuelas, ver GALÍ, Alexandre. Història de les institucions i del moviment cultural a Catalunya 1900-1936. Llibre IV. Ensenyament técnico-industrial i tècnico-manual o d'Arts i Oficis. Barcelona: Fundació A.G., 1981.

13.  [TERRADAS, E.]. De l'instal.lació de laboratoris en els edificis de l'Universitat Industrial. 24 p. mecanoscritas, Arxiu de la Diputació de Barcelona, legajo 2.900. Otra copia, de 20 p.., en el legajo 3.752. Comento ampliamente este documento en ROCA (1996).

14.  DIPUTACIÓ DE BARCELONA. Guia de les Institucions científiques i d'Ensenyança. Barcelona: Publicacions del Consell de Pedagogia, 1916 , p. 58-59.

15.  Ver DIPUTACIÓ DE BARCELONA (1916).

16.  Sobre el conflicto de los ingenieros industriales y la Mancomunitat, ver ROCA ROSELL, A. Tradició i modernitat en la formació dels tècnics. El cas de la incorporació dels enginyers a l'Escola Industrial (c. 1915). Quaderns de Tecnologia, núm. 7, octubre 1993, p. 34-41.

17.  Sobre Terradas y su intervención en la política científica y técnica de la Mancomunitat, ver ROCA ROSELL, A.; Sánchez Ron, J. M. Esteban Terradas (1883-1950). Ciencia y Técnica en la España contemporánea. Barcelona: INTA/Ed. El Serbal, 1990.

18.  ESCUELA INDUSTRIAL DE BARCELONA. Instituto de Electricidad y Mecánica Aplicadas. Barcelona, 1920, p. 5.

19.  En ROCA (1996) hago una revisión de esta cuestión. Quizás haya que señalar, como referencia más cercana, el proyecto de 1910 de nueva Escuela de Ingeniería Industrial, donde se destacaba la necesidad de disponer de instalaciones de laboratorio adecuadas.

20.  Doy detalles de la composición de estos laboratorios en ROCA (1996). Ver: ESCUELA INDUSTRIAL DE BARCELONA (1920) y MANCOMUNITAT DE CATALUNYA. Laboratori General d'Assaigs i Condicionament. Barcelona, 1923. Hay una versión castellana de 1925.

21.  En el caso de la iluminación, el gas fue durante la segunda mitad del siglo xix y buena parte del xx el medio más utilizado y, en este sentido, fue un obstáculo para la electrificación. Ver ALAYO, J.C. Evolució de la tecnologia de la producció i distribució d'energia elèctrica. Catalunya en el període 1880-1920. Tesis doctoral, Universitat Politècnica de Catalunya, Barcelona, 1993. Para la industria del gas, ver ARROYO HUGUET, M. La industria del gas en Barcelona. 1841-1933. Barcelona: Ediciones del Serbal, 1996.

22. Citemos, por ejemplo, el trabajo de CAHAN, David. A Institute for an Empire. The Physikalisch-Technische Reichsanstalt, 1871-1918. Cambridge University Press, 1989. Recientemente, ha aparecido un extenso trabajo que realiza una visión de conjunto de los laboratorios industriales y la investigación, FOX, Robert; GUAGNINI, Anna. Laboratories, workshops, and sites. Concepts and practices of research in industrial Europe, 1800-1914. Historical Studies in the Physical and Biological Sciences, vol. 29, part I (1998), p.55-139; vol. 29, part II (1999), p.193-294. Este trabajo aparecerá próximamente como libro editado por la Universidad de Berkeley.
 

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