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Espere, por favor...

Una perla y una lágrima. Leyenda tradicional aragonesa (III)

Dolores Cabrera y Heredia

El Correo de la Moda
Linguaxe
Español
Xénero
Novela por entregas
8
Páxinas
60-62
Data
1853

Resumo

Sol vuelve a Zaragoza como dama de compañía de un conde. Estando allí su madre muere y se le aparece en un sueño, implorándola que se arrepienta de sus acciones. Su hermana, Estrella, va a verla al día siguiente para decirle que su madre, en el lecho de muerte, la noche antes, la había perdonado. Ambas hermanas desaparecen. Las habladurías de la gente comentan que Sol fue a Roma con el fin de expiar sus pecados y, tras ello, se hizo monja. Su hermana, Estrella, siempre permaneció a su lado. 

Violencia de/contra as mulleres

Violencia institucional: iglesia (castigo “divino”, juicio y vergüenza)

“Su ángel custodio postrado ante el Señor, se cubria tristemente el rostro con sus alas: otro ángel tenia en su mano la fatal balanza en que debían pesarse las buenas y malas obras de Sol. No se hallaba en toda su vida un solo acto que sirviese de contrapeso al cúmulo de sus culpas. (…) A los ojos de Dios, no basta el no obrar mal; el que desprecia las ocasiones de ejercitar la virtud es también culpable. Sol conoció, que iba á ser irremediablemente condenada y juntó sus manos, para implorar la clemencia del Supremo Juez.” (61)

 

Violencia familiar (madre) y cultural (todos)

“¿Qué se hizo de ella? ¿A dónde se dirigió? Esto es lo que nadie supo. Segun unos, llegó en peregrinacion hasta Roma y allí confesó sus culpas al Vicario de Jesucristo; según otros, se retiró á un monasterio con Estrella que no quiso abandonarla jamás; pero en lo que todos convienen, es que cumplió fielmente los deseos de su madre y en que su arrepentimiento y caridad abrieron á su alma, las puertas del cielo” (64)

Localización orixinal

Biblioteca Nacional de España, Sede de Alcalá

Data

12 Oct 2024

Espazo(s)

Zaragoza, el Vaticano (Santa Sede)

Personaxes

Sol (pecadora), Estrella (hermana e hija abnegada), Dios (como “Supremo Juez”)

Autoría

Antonio Terrón Barroso