La documentación cartográfica de la contribución de inmuebles, cultivo y ganadería (1845-1895): cartografía parcelaria de las provincias de Baleares, Lérida y Tarragona
La documentación geográfica y estadística generada por la reforma fiscal de 1845 es, para algunas provincias españolas, muy rica. La puesta en vigor de la Contribución de inmuebles, cultivo y ganadería dio lugar al levantamiento de un importante conjunto de planos municipales a gran escala, con detalle parcelario y registro estadístico anexo. Los planos parcelarios aportan una fuente homogénea de valor excepcional, tanto para el estudio de las estructuras agrarias como para la reconstrucción del paisaje rural del ochocientos. El propósito de esta investigación es recuperar y estudiar la cartografía parcelaria de carácter fiscal, que se encuentra dispersa y sin catalogar en su mayor parte.
Objetivos
1 – Localizar y catalogar la cartografía parcelaria de ámbito municipal, y las piezas estadística conexas, de las provincias de Baleares, Lérida y Tarragona.
2 – Estudiar el funcionamiento de la contribución territorial desde una perspectiva comparada, poniendo en relación las distintas experiencias provinciales.
3 – Analizar la planimetría parcelaria municipal, dando cuenta de su proceso de elaboración, escala, simbología y detalle de su contenido.
4 – Establecer una nómina provincial de geómetras.
Resultados
La investigación realizada ha permitido localizar, inventariar y analizar una abundante una abundante documentación catastral relativa a las provincias de Baleares, Barcelona, Lérida, y Tarragona. La investigación puede considerarse cerrada en el caso de Barcelona. Para el resto de las provincias citadas prosiguen las labores de búsqueda y catalogación. Sin embargo, podemos ofrecer ya una serie de conclusiones producto del trabajo realizado.
En Baleares, y en las provincias de Barcelona, Lérida y Tarragona la gestión de la Contribución de inmuebles, cultivo y ganadería se apoyó en una información estadística y cartográfica compleja. La formación de los amillaramientos, que contienen el reparto individual de los cupos tributarios, estuvo precedida, en bastantes casos, de una completa averiguación pericial, que consistió en el deslinde del término municipal, la medición de todas las propiedades, y la evaluación de su producto. Las operaciones citadas quedaron reflejadas en dos tipos de documentos distintos: a) libros de apeo o de medición de tierras, en los que se consignaba de modo literal el resultado de la operación, o b) mapas parcelarios municipales que representan el parcelario de rústica con identificación numérica de las parcelas. La documentación citada constituye una serie documental homogénea y de gran riqueza, ya que permite reconstruir el paisaje rural a escala parcelaria, y dar una idea precisa de la distribución geográfica de la propiedad agraria y de los usos del suelo (tipos de cultivos, superficie forestal, red viaria, poblamiento urbano y disperso, actividades industriales, etc.).
Los trabajos periciales requeridos para el reparto de la contribución territorial fueron encomendados a geómetras privados que actuaban como contratistas por encargo de los ayuntamientos y, eventualmente, como técnicos a sueldo de las administraciones provinciales de Hacienda. Algunos geómetras eran auténticos empresarios, capaces de organizar equipos de agrimensores que trabajaban simultáneamente en diversas provincias (uno de estos contratistas llegó a efectuar levantamientos cartográficos en Barcelona, Baleares, Lérida y Tarragona). La mayoría, sin embargo, operaban en el ámbito local (comarcal o provincial), y simultaneaban los trabajos de estadística territorial con fines fiscales con la práctica privada de la agrimensura.
El trabajo efectuado ayuda a esclarecer el proceso formativo de los agrimensores y los requisitos de ingreso en la profesión. Las relaciones de agrimensores titulados en los institutos de Figueres, Gerona y Lérida, de los examinados en la Academia de Bellas Artes de Barcelona, unido a la nómina de geómetras que hemos podido confeccionar a partir del inventario de la cartografía parcelaria de las provincias de Barcelona y Tarragona, hacen posible ofrecer una aproximación cuantitativa a la dimensión del colectivo profesional: durante la segunda mitad del siglo XIX se mantuvieron en activo en Cataluña alrededor de medio millar de geómetras. Una cifra que pone en evidencia la importancia de la profesión.